Preservar cada detalle de su vetusta arquitectura llega como pretexto para impulsar cerca de un centenar de acciones constructivas en espera del aniversario 500 de Trinidad, ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Por Carmen Rodríguez Pentón
Mientras que los historiadores todavía intentan definir la fecha fundacional de la tercera de las villas cubanas, diferentes empresas, organismos, instituciones y el pueblo en general protagonizan una estrategia que se extenderá hasta el 2014, encaminada al desarrollo local y al aumento de la calidad de vida a partir de labores constructivas y nuevas inversiones en plazas, plazuelas, avenidas, paseos y otras sendas de interés, así como los accesos principales y sitios patrimoniales de Trinidad.
Según declaraciones ofrecidas a Escambray por Ramón Naranjo, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en el sureño territorio, ya se desarrolla un grupo de acciones que tienen que ver con el patrimonio tangible e intangible de la ciudad y obras de desarrollo social relacionadas con la rehabilitación de inmuebles.
En lo social, explicó el directivo, el programa incluye la reparación de viviendas en el Centro Histórico, con lo que se han beneficiado calles emblemáticas como Santa Ana, Amargura, Las Tres Cruces y calle Real del Jigüe, donde se han reparado fachadas y segundas crujías, labores de gran impacto en la población.
Se pretende, además, la rehabilitación de inmuebles históricos, entre ellos el Palacio Malibrán, donde radicará el Centro de Documentación del Patrimonio, y la Casa Frías, posteriormente el Centro de Interpretación de la ciudad, mientras que los espacios públicos recibirán también el empuje renovador por los 500 años con trabajos en las plazas Carrillo, Santa Ana, el Museo de Lucha contra Bandidos y el parque infantil de La Popa.
Mención especial merece el Valle de los Ingenios, igualmente Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde se trabaja en la restauración de las haciendas Guáimaro, Buenavista, Guachinango, El Abanico, el sitio San Isidro, futuro Centro de Interpretación Arqueológica del lugar, así como el sitio Manaca-Iznaga, antiguo barracón de esclavos y el único que se conserva en Latinoamérica.
El fin es preservar una ciudad con casi cinco siglos a cuestas, llena de patrimonios irrepetibles, elementos de una riqueza natural y cultural que pertenecen a toda la humanidad y, por ende, un hito que queda como un legado permanente para incalculables generaciones.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.