Queridos compatriotas;
Queridos amigos solidarios:
Ustedes bien lo saben, hoy es distinto, hoy tenemos muchos amigos en todas partes del mundo que conocen nuestra situación, que conocen nuestro caso y que nos apoyan e impulsan en todo momento en esta larga batalla por nuestra libertad. Pero hace 15 años, tras nuestro arresto, nosotros fuimos aislados totalmente y se nos encerró en aquellas celdas del llamado Hueco. Allí comencé a escribir poemas; no sabía si realmente eran poemas, pero esa fue mi forma más eficaz de resistir aquel brutal e injusto castigo.
Hoy yo quiero compartir con ustedes algunos de esos poemas que con un lápiz muy pequeño y con un alma llena de inocencia escribí en el mes de enero de 1999, durante aquellos largos 17 meses en confinamiento solitario.
La verdad
De frente a tu mirada he vuelto a amanecer.
Sin miedo a mi dolor sano mi herida
Tomando en tu jardín la más querida
Flor llena de tu aroma y de tu ser.
De frente a ti hoy sigo caminando;
Con paso firme el sol cubre mi huella.
Cuán hermoso es poder seguirte amando,
Multiplicar mi amor por cada estrella.
Bien sabes tú que hay días de dolor
Cuando el aliento se hace más profundo.
Solo la vida es vida si hay valor
De llevar la verdad de frente al mundo.
Llegaremos al Sol
Llévame hoy con tu esencial aurora
A tu morada de madera pura.
Cuando mi mano abra la espesura,
Regálame una estrella sin demora.
Llévame más allá del crudo invierno
Con tu llama de paz ilumina mi mesa
Y hagamos a la par la gran proeza
De hacer un mundo que no tenga invierno.
Tomados de la mano caminemos
Sin tener miedo al ocaso infinito,
Llegaremos al Sol, no importa el mito,
Si somos firmes siempre venceremos.
De cara al Sol
No me niegues la sombra que da el río.
No me limites a una sola canción.
No me quites un mar que ha sido mío.
No me apartes mi estrella de pasión.
No me demores más en tu camino.
No me trates de ver sin mi razón.
No me incites a cambiar de destino.
No me juzgues sin ver mi corazón.
No me pongas mirando hacia lo oscuro,
No me intentes matar como a un traidor,
Soy hombre y bueno, tenlo por seguro
y un día he de morir de cara al Sol.
Lleguen a ustedes, queridos amigos, nuestro infinito agradecimiento, una vez más, por su apoyo, por su solidaridad, por su inmenso amor.
Les reitero que para entender la colosal injusticia que se ha cometido, basta leer los documentos de nuestro caso.
¡Sigamos adelante!
¡Cinco abrazos fuertes!
¡Venceremos!
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