Los argumentos técnicos de ejecutores e inversionistas dan fe de la garantía de los trabajos efectuados en el viaducto de esa localidad.
“Los proyectistas tienen razón en dos cosas: nosotros violamos lo que decía el proyecto, porque no pusimos la cantidad de acero que llevaban los anclajes del puente y se alteró el replanteo y atención a las pilas o apoyos del mismo; en lo que sí discrepamos y no podemos estar de acuerdo es en que se diga que afecta la durabilidad y que está limitado a un 60 por ciento de su capacidad portante”.
Si el criterio esgrimido por el ingeniero Pedro Lisván García, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Movimiento de Tierra de la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus, hubiera sido del conocimiento de los especialistas encargados del proyecto del puente de la comunidad de Agabama, en Fomento, tal vez habría quedado abierto el canal de comunicación que a todas luces faltó entre cada una de las partes que participaron en la ejecución del paso fomentense.
Tras la publicación del reportaje “Puente que nace torcido…”, en el que se exponen las opiniones de Rubén Hernández Pérez y Pedro Julio Polanco, proyectistas de la obra, Escambray retoma el tema a partir de los razonamientos de los ejecutores e inversionistas.
En el mencionado trabajo los proyectistas hacían referencia a violaciones del proyecto, entre ellas la alteración del replanteo y atención a las pilas o apoyos del puente, algo en lo que no difieren los técnicos del Micons, quienes esgrimen a su favor suficientes argumentos técnicos para demostrar la seguridad futura del puente de marras.
EL PUENTE EN PAPELES
“Se plantea que nunca se consultó a los proyectistas para verificar los trabajos de anclaje del puente y que por tal motivo no garantizan la calidad en la ejecución porque no hay documentación técnica que lo avale. Es válido aclarar que entre la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus y la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería no existe relación contractual, es obligación del constructor cumplir estrictamente con lo pactado mediante contrato con la inversión, y en el mismo no se especifica que sea obligación del constructor consultar con el proyectista durante ninguna de las etapas de la obra”, notificaron a este órgano de prensa los directivos de la Empresa de Construcción y Montaje (ECMSS) en el territorio, quienes precisan, además, que en la memoria descriptiva solamente se especifica que la presencia de los proyectistas era obligatoria una vez que se ejecutaran los barrenos y estos quedaran limpios.
“Los barrenos de los primeros seis cimientos se hicieron entre los días 20 y 22 de enero y la memoria descriptiva tiene un cuño de Planificación Física del 5 de marzo; es decir, si se hicieron los barrenos y el anclaje en enero, ¿cómo guiarse por una memoria descriptiva que llegó en marzo, casi dos meses después de ejecutarse los trabajos?”, alega Pedro, el director de la entidad constructora.
“Por otra parte —acota Vladimir Otero González, director adjunto de la ECMSS—, según recoge la Resolución No. 91 del Ministerio de Economía y Planificación, el proyectista tiene entre sus obligaciones y funciones principales realizar de oficio, durante la fase de ejecución de la inversión, el Control de Autor de todos los proyectos contratados e informar periódicamente al inversionista en caso de que la gravedad de las deficiencias detectadas así lo aconsejen.
“De igual modo, debe exigir al inversionista la paralización parcial o total de la inversión y de igual manera expresar en el Libro de Obra, bajo firma, sus criterios y observaciones acerca del desarrollo de los trabajos durante la ejecución de la obra. Sin embargo, la primera nota existente en el Libro de Obra por parte de los proyectistas es del día 13 de junio. No obstante, el Control de Autor No. 1, que es donde los proyectistas certifican violaciones de proyecto durante la ejecución, tiene fecha del 3 de julio del 2014, a punto de dar por terminada la obra”, precisa el directivo.
“Ciertamente violamos la cantidad de acero, se hizo una adaptación al proyecto, lo estamos reconociendo. Se hicieron adecuaciones en ese particular, y en lugar de poner 16 barras se pusieron 12, pero eso ni afecta la durabilidad del puente y mucho menos la resistencia. Se pedían 7.24 toneladas y tiene puesto 7.21; solo 0,03 tonelada de diferencia y hay puestas allí más de 300 barras de tres cuartos, además de todas las cabillas de media espaciadas a 50 centímetros, que se adicionaron y no estaban en el proyecto original. Además, el puente tiene suficiente cantidad de acero, 7 toneladas de acero no es cualquier cosa. No lo hicimos exactamente como decía el proyecto, pero no compromete la obra”, aclara Vladimir.
A sabiendas de que también se incumplió lo establecido en el proyecto en relación con el replanteo de las pilas del puente, los ejecutores de la UEB Movimiento de Tierra asumen que tampoco compromete la vida útil del pasadero. “Los cimientos quedaron todos alineados y estaban diseñados para que tres de ellos sobresalieran 40 centímetros, eso se cambió. Cuando el río arrastra objetos es porque ya viene por encima del nivel del puente, que es en sí un estiaje que se diseñó para que cuando el río crezca, este quede sumergido de manera que cualquier objeto que sea arrastrado por el río en sus crecidas, aunque se hubiesen ejecutado los cimientos según el proyecto, nunca se iría por debajo del puente. Por colocar tres de ellos distantes a 40 centímetros de los demás no se afecta la durabilidad y la resistencia del puente y tampoco limita a un 60 por ciento de su capacidad portante”, refiere Pedro.
Nunca estuvo la entidad inversionista ajena a cada objeto de obra, asegura Vladimir al explicar cada paso dado por el Micons, una entidad que ha ejecutado en las últimas cuatro décadas 93 puentes, entre ellos 10 estiajes. La historia de la obra, recogida en fotos y en más de 30 videos tomados por pobladores del lugar a los que Escambray tuvo acceso, habla de grandes encabillados y fundiciones hasta altas horas de la noche, una memoria gráfica que engorda con las actas de los trabajos ocultos de los momentos de la barrenación, elaboración y colocación de acero de anclaje y que al parecer demuestra que el puente Agabama, afortunadamente, no va a colapsar.
COMUNALES SE DEFIENDE Santiago López Pelegrín, subdirector de Inversiones y Desarrollo de la Dirección de Comunales en Fomento, con suficiente currículum en el sector, asegura que desde los primeros pasos en la construcción del puente de Agabama confió en la capacidad y conocimientos de los especialistas de la UEB Movimiento de Tierra, perteneciente a la Empresa Provincial de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus. “Toda la acción del hombre y los pasos que se dieron se discutieron con los jefes técnico y de brigada de la construcción y nosotros nos ocupamos de visitar la obra y controlar su ejecución”, precisa. Aun cuando conocían que de no seguir lo contemplado en el proyecto violaban lo que recoge la Resolución No. 91 del Ministerio de Economía y Planificación, ¿la entidad inversionista desestimó el criterio de los proyectistas? “Las dudas que teníamos las evacuamos, pero cuando el proyectista dejó las recomendaciones del incremento del acero no contactó con Comunales, además, lo hizo cuando ya el pasadero estaba hecho. Es verdad que no se hizo lo que decía el proyecto, pero más adelante analizamos y llegamos a la conclusión de que realmente sobraba acero en los anclajes. “El otro cambio inconsulto fue el de los tres soportes que debían hacerse con una diferencia de 40 centímetros de altura en relación con el resto y se hicieron casi en línea, ahí es posible que el constructor se haya equivocado. Esa segunda vez los ejecutores debían haber consultado al proyectista. Realmente la única modificación que los constructores no consultaron con nosotros y tampoco con los proyectistas fue el de la cantidad de acero que llevaban las pilas del puente”, puntualiza Santiago. Leidys Pentón Guevara, al frente de la entidad inversionista Comunales, en Fomento, no discrepa mucho de ese criterio cuando afirma que “cada modificación por parte del Micons se consultó con nosotros y avalamos cada una de las acciones que se hicieron, algo diferente al actuar de los compañeros de proyecto que después de empezada la obra nunca fueron a ver el puente”. ¿Hasta dónde resulta válido prescindir del Control de Autor? “Esas inconformidades las conocíamos desde antes —señala Santiago—, e incluso nos reunimos con el proyectista principal y le dimos una respuesta de los cambios en el proyecto, paso por paso, y lo único que no tuvo arreglo fue lo del acero. A mi juicio, cuando se tomó la decisión de aumentar el número de barras, aun a sabiendas de que sobraba acero, había que consultar a Rubén. Lo que faltó entre nosotros fue la comunicación, tal vez por falta de experiencia en una obra como esta”. De hecho, la dirección de Comunales reconoce que a veces consultan las modificaciones con los proyectistas y otras no. “No se suplementó el contrato de Control de Autor, lo estamos haciendo ahora para poder pagar el único que hicieron a la obra después de un año y medio y cuando está casi terminada”.
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para los interesados en esta web podran ver algunas fotos tiradas al puente en las primeras etapas de construccion…
http://www.fomentografia.com
saludos
Las crecida del rio pond ran a pure a el puente, y estas Seran las que le den la razon a uno y se las quitara a otro….
Jajajaja veamos el puente Luego de las crecidas…. ESo es lo que data quien tiene la razon!!!
el puente Agabaa es una muestra de lo mal que esta el proceso inversionista en el pais, los constructores no hacen lo que dice el proyecto porque sencillamnte se sienten superiores y los proyectistas hacen un proyecto que no les interesa, el dueño comunales no le interesa su puente donde vamos a parar con eso, es increible con la profecionalidad de la universidad cunbana que los ingenieros se choteen de esa manera.
si no se recupera en cuba la seriedad en todo el proceso inversionista no tendremos el deseado desarrollo, nadie vela por el cumplimiento de la ley de inversiones. eso es lo que le estamos ofreciendo a la inversion extrangera que tanta falta nos hace.
Sigan le la pista a las cabillas,si es que ya no están en el techo de alguna casa.