Renacer agrícola en San Luis (+fotos)

Fuerzas del sector se enfrascan en devolver a una parte del Valle de los Ingenios, en Trinidad, cultivos típicos como la caña de azúcar y los frutales, así como reanimar la reforestación y la ganadería Nadie puede quitarle a la naturaleza el acierto de haber creado ese entorno irrepetible que

Fuerzas del sector se enfrascan en devolver a una parte del Valle de los Ingenios, en Trinidad, cultivos típicos como la caña de azúcar y los frutales, así como reanimar la reforestación y la ganadería

Florecientes potreros vuelven a integrarse al paisaje rural del atractivo sitio.

Nadie puede quitarle a la naturaleza el acierto de haber creado ese entorno irrepetible que terminó inscribiéndose en la geografía mundial con nombre propio: Valle de los Ingenios, otrora escenario que propició hace casi dos siglos el florecimiento económico y sociocultural de la villa de Trinidad, la tercera fundada en Cuba por los españoles hace medio milenio.

Sin embargo, tan atractivo paraje vio opacado durante años su esplendor cuando la caña de azúcar, el cultivo emblemático de la zona, cedió el suelo al marabú, una planta invasora que se adueñó allí de casi todos los espacios y hasta la mismísima condición de Patrimonio de la Humanidad concedida al sitio en 1988 se sintió amenazada.

Varios intentos de abolir el marabuzal asomaron en los últimos tiempos, pero no fue hasta el segundo semestre del 2013, en los albores del aniversario 500 de Trinidad, que un programa de trabajo aglutinó voluntad y recursos para empujar el renacer agrícola, que antecedió el desbroce del aromo.

“La transformación es palpable, hay otro paisaje y el tren turístico cuando pasa ya se ve”, dice Manuel Trimiño, trabajador desde hace 19 años en el Bar Mirador, situado en la Loma del Puerto, locación obligada para quien añore deleitarse con ese pedazo de la naturaleza cubana.

CAÑA EN GUARICO

El área que se ha rescatado para la explotación agrícola y ganadera es la parte que está visible desde el Mirador, perteneciente al Valle de San Luis, más de 300 hectáreas (ha) y alrededor del 80 por ciento de ese terreno se encuentra en uso, expuso Sergio Hernández Reyes, subdelegado de la Agricultura en Sancti Spíritus.

“Se dedicarán al cultivo de la caña 130 ha, otras 120 a la actividad forestal con frutales intercalados, una pequeña área de café y el resto a la ganadería. Durante un tiempo el Valle fue improductivo, prácticamente un paisaje de marabú, a más de un año de iniciado este programa de trabajo el panorama cambió, contamos con fuerza permanente en varias actividades —alrededor de 100 hombres— y también con líquido para atender el rebrote del marabú”, explica el subdelegado.

Entre las ocupaciones dadas al suelo aparecen la siembra de 51 ha de cedro, eucalipto y mango y otras 54 de caña, con la posibilidad de ampliar este cultivo en octubre, y se planifica sellar la tierra destinada a la gramínea en el 2015.

Una de las ideas esenciales es mantener la caña como cultivo estable en la zona de Guarico, el asentamiento principal del Valle de San Luis, y será destinada a la producción de azúcar en el central Melanio Hernández, del municipio de Taguasco, cuya Unidad de Atención a Productores asume la preparación del terreno para la siembra, de acuerdo con Alexander Marrero, presidente de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Micons, perteneciente a la empresa agropecuaria FNTA, la base productiva encargada de atender la plantación.

“Cuando empezamos a sembrar la caña un sábado por la tarde en agosto, la gente de Guarico nos decía: ‘Están locos, eso se lo comen los animales’; y no fue así, este programa tiene seriedad, contamos con trabajadores fijos, ahí está la plantación creciendo y pronosticamos entregar en la zafra 2015-2016 unas 6 000 toneladas de caña”, expresa el presidente de la UBPC.

“Este es el cultivo histórico de la zona, cuando se cerró el central FNTA prácticamente cambiamos la caña por el marabú, la gente de aquí tuvo que buscar otras opciones laborales y dolía ver esos suelos improductivos. Por eso nos alegra la recuperación que se acomete, para que vuelva la vida a Guarico y los alrededores; ahora sí parece que el trabajo va en serio”, refiere Juan González Bencourt, jefe de lote en el área cañera en pleno desarrollo.

A un costado de Guarico los obreros riegan herbicidas al área de caña recién plantada.

RANCHO VALLE DE LOS INGENIOS

La reanimación del lugar incluye regresar a esos predios la actividad ganadera, proyecto a cargo de la entidad de Flora y Fauna, que abarca acondicionar cuatro patios para acoger más de 100 ejemplares de ganado vacuno racial y en un futuro incorporar dos patios de desarrollo.

“Me entraron temblores cuando me plantearon la tarea de recuperar la ganadería; esto estaba duro, el marabú metía miedo, ha habido que trabajar fuerte; ya tenemos un patio casi listo para recibir los primeros animales y hay que seguir con los otros, el reto es grande porque encontrar ganaderos en Trinidad es un dolor de cabeza” manifiesta Ramón Aladro, director de la unidad de Flora y Fauna Rancho Valle de los Ingenios.

Norberto Dorta, director de la Unidad Empresarial de Base de Flora y Fauna Sancti Spíritus Sur, precisa que el alambre para cercar —se necesitan unos 400 rollos— es el recurso más comprometido para adelantar el proyecto de la ganadería racial en el Valle, un empeño que ocupa actualmente a unos 60 obreros en labores de chapea, riego de herbicidas y mantenimiento de potreros y plantaciones.

En la recuperación agrícola del Valle participan varias entidades y se busca preservar los valores del sitio, eliminar la planta invasora, rescatar los bosques, sembrar frutales de bajo crecimiento que no interfieran el paisaje, fomentar los pastos y una pequeña área de caña para comida animal, subraya Norberto Dorta.

“El mayor desafío radica en mantener lo realizado y buscar la sostenibilidad del Valle de los Ingenios —apunta—, este proyecto inicial de recuperación asciende en valores a cerca de 2 millones de pesos, de ellos 835 000 gastados solo por Flora y Fauna.

“Damos pasos para desarrollar el producto turístico de paseo en coche y monta de caballo, este último lo queremos comenzar en noviembre, en un recorrido por diferentes locaciones que duraría unas cuatro horas; además está el proyecto de recuperar la hacienda El Abanico, situada al fondo del Valle, junto a la montaña, el cual requiere primero construir varias viviendas para las familias que habitan la instalación”, explica el directivo de Flora y Fauna.

El área que se ha rescatado para la explotación agrícola y ganadera es la parte que está visible desde el Mirador.

OTRO PAISAJE

“Trabajo aquí desde 1980, hacía zafras como operador de alzadora, he conocido el Valle en las buenas y en las malas y sí creo que la transformación es posible, tenemos una fuerza de calidad, gente de Sabanilla, Magua, Manaca, Trinidad; cuando hice la última zafra en el 2005 no me fui porque aquí lo que hacen falta son brazos, sobre todo ahora para construir los patios ganaderos y caerle arriba al rebrote de marabú”, comenta Alberto Soto, hoy obrero de Flora y Fauna.

Por otra parte, Norberto Carpio, director de la Oficina del Conservador de Trinidad y El Valle de los Ingenios, puntualiza: “Resulta esencial rescatar la parte agrícola para caminar en el desarrollo sostenible del Valle de los Ingenios como un conjunto paisajístico que ostenta la condición de Patrimonio de la Humanidad, otorgada en un momento de esplendor productivo, pero la paralización  del cultivo de caña a raíz de las transformaciones en esa rama afectó notablemente ese paisaje, de ahí que lo hecho últimamente reviste gran importancia para el sitio.

“Para el 2015 estamos proponiendo proyectos dirigidos al rescate de los senderos típicos como el camino Real, algo valioso para la movilidad del Turismo y de la población de los asentamientos enclavados en la zona, porque es creciente la demanda de ese lugar y la aspiración apunta a explotar el Valle como turismo de Naturaleza, interactivo y especializado”, subraya Carpio y acota que las proyecciones van más allá del empeño agrícola y de la reanimación paisajística, acciones que, de hecho, apuntalan los valores para mantener la condición Patrimonial.

“Se trata —dice— de explotar el destino en toda su potencialidad turística y ya se habla de un macroproyecto que propicie el desarrollo desde la participación de las estructuras que convergen y participan en la vida del atractivo escenario”.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

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