Los gobiernos de Cuba y Estados Unidos mostraron voluntad para continuar dando pasos en el proceso para restablecer las relaciones diplomáticas y cooperar en temas de interés mutuo, pese a sus profundas diferencias.
Los dos países coincidieron en que la ronda de diálogos para el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas constituyó un paso importante en el camino hacia esa decisión anunciada por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el pasado 17 de diciembre.
Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), al frente de la delegación cubana, aseguró a la prensa que el intercambio realizado en el Palacio de Convenciones se desarrolló en un clima “respetuoso, profesional y constructivo”, mientras la jefa de la delegación norteamericana, Roberta Jacobson, lo consideró “positivo y productivo”.
Jacobson dijo que se han tomado acciones para ejecutar los compromisos del Presidente de Estados Unidos para restablecer las relaciones diplomáticas y la apertura de las respectivas embajadas, y reconoció que será un proceso muy largo, pues no se limita al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en cada país.
“Hoy hemos dado nuevos pasos en esta dirección”, acotó.
Ambas diplomáticas concordaron en que este proceso debe regirse por los principios de las Convenciones internacionales sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares.
La propuesta de un diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana y la reciprocidad, sin menoscabo a la independencia nacional y la autodeterminación de los pueblos fue reiterada por la delegación cubana.
La Jefa de la delegación cubana a la ronda de conversaciones consideró que se pueden ir identificando oportunidades para áreas de interés común a fin de desarrollar una cooperación beneficiosa para ambos países, la región y el mundo.
“Para Cuba esto significa el respeto recíproco al sistema político, económico y social de ambos Estados, y evitar cualquier injerencia en los asuntos internos o amenazas respecto a elementos culturales, políticos u otros”, subrayó Vidal.
Sin embargo, dijo, es difícil explicar que mientras Cuba continúa en una injusta lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional, haya un restablecimiento de las relaciones diplomáticas, y mostró profunda preocupación por la situación de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, que durante un año ha carecido de un banco para realizar sus operaciones, debido al recrudecimiento de las medidas financieras del bloqueo impuesto a la Isla.
Los representantes gubernamentales coincidieron en que va a ser un proceso largo que requerirá de trabajo de ambas partes para resolver temas importantes.
“En nuestro caso –enfatizó Vidal- el levantamiento del bloqueo será esencial para normalizar las relaciones”.
Ambas partes deben centrarse en la búsqueda de solución a los problemas que enfrentan y que, a pesar de las diferencias profundas que existen entre los gobiernos, deben aprender a convivir pacífica y civilizadamente con estas, subrayó.
Las delegaciones intercambiaron sobre temas de interés bilateral y pasaron revista a la cooperación en algunas áreas de interés común y la ampliación de estas en nuevas esferas.
Fue revisado el estado de la cooperación en seguridad aérea y de aviación, respuesta a derrames de hidrocarburos, entre otros, e identificaron nuevas áreas como el enfrentamiento al narcotráfico, al terrorismo y epidemias, además de que Cuba propuso un encuentro para definir las modalidades de cooperación para enfrentar de manera más efectiva el virus del Ébola en África Occidental.
La delegación cubana expuso la disposición a intercambiar con Estados Unidos sobre monitoreo sísmico, hidrografía y cartas náuticas, y participar en investigaciones conjuntas sobre especies marinas, establecer colaboración científica sobre medio ambiente, mitigación del cambio climático y prevención de desastres naturales.
Vidal informó que sobre el tema de derechos humanos ambas delegaciones mostraron profundas diferencias y Cuba reiteró la propuesta que hizo hace un año al gobierno de Estados Unidos de “sostener un diálogo respetuoso y sobre bases de reciprocidad para abordar nuestras posiciones sobre derechos humanos y democracia”.
Los representantes de Cuba trasladaron la disposición a discutir la delimitación de la Zona Oriental en el Golfo de México y se interesaron por los próximos pasos para la implementación de un Plan Piloto para establecer el servicio de correo postal entre los dos países.
Ante preguntas de los periodistas Vidal subrayó que confía en un futuro mejor para ambos países, “somos vecinos, tenemos profundas diferencias pero hemos visto cómo en el mundo pueden convivir pacífica y civilizadamente países también con profundas diferencias”, en función de encontrar solución a problemas comunes y contribuir a un mejor bienestar para todos.
En las conversaciones del miércoles, las delegaciones reiteraron el compromiso expresado en los acuerdos migratorios, de asegurar una emigración legal, segura y ordenada.
Sin embargo, contradictoriamente el representante de Estados Unidos, Edward Alex Lee, subrayó que su gobierno está totalmente comprometido a mantener la Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos-pies mojados.
Vidal, por su parte, subrayó que existen razones para afirmar categóricamente que esa ley y esa política constituyen el principal incentivo para la emigración ilegal, el tráfico de personas, el fraude de documentos para entrar ilegalmente a Estados Unidos y a las entradas irregulares a ese país desde terceros, por parte de cubanos que viajan legalmente al exterior.
Es una política y una ley, enfatizó, que confieren solo a los cubanos un trato preferencial y único, que no recibe ninguna otra ciudadanía del mundo, y consideró que luego de estudiar ambas medidas, Cuba cree que está en manos del Gobierno de Estados Unidos y el poder ejecutivo modificar esa política.
En el caso de la Ley de Ajuste, solo el Congreso puede cambiarla, pero el Gobierno tiene potestad para pronunciarse sobre la manera en que se implementa esa ley, acotó.
La ronda migratoria de este miércoles es la octava que se realiza durante el gobierno de Barack Obama. El primer encuentro entre ambos países para dialogar sobre estos asuntos se produjo en septiembre de 1994 y una década después, durante la presidencia de George W. Bush se interrumpieron.
Al término de estas rondas de conversaciones, Cuba ratificó la voluntad de contribuir a la mejoría del clima bilateral y avanzar hacia la normalización de las relaciones.
El pasado 16 de enero entraron en vigor las medidas anunciadas por el presidente Barack Obama que eliminan algunas restricciones al comercio y los viajes de determinadas categorías de estadounidenses a Cuba, que modifican la aplicación de ciertos aspectos del bloqueo contra Cuba, que sigue vigente.
Estas medidas constituyen solo un paso en el largo camino por recorrer para desmontar muchos otros aspectos del bloqueo que solo puede ser levantado por el Congreso de los EE.UU. pero el Presidente tiene capacidad para, mediante la modificación de otros aspectos de su aplicación, dejar vacío el contenido de las leyes que lo codifican y que llegue a ser solo un cascarón hasta su definitiva eliminación.
Aun cuando el presidente Obama insistió en el llamado al Congreso a levantar el bloqueo en su discurso a la nación y se conversa en La Habana para iniciar el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas, la normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos será un proceso largo y complejo que tendrá que empezar por la supresión de esta medida unilateral impuesta a la Isla hace más de medio siglo.
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