En la misa, el Papa Francisco llamó a los hijos de esta tierra a vivir la revolución de la ternura y del cariño.
El Arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Dionisio García Ibáñez, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, entregó a Su Santidad el Papa Francisco una copia del documento elaborado por una representación de los mambises cubanos para solicitar ante el Vaticano que la Virgen de la Caridad del Cobre fuera declarada Patrona de Cuba.
Visiblemente emocionado, Monseñor Dionisio García Ibáñez le aseguró al Sumo Pontífice que esta Santa Misa que él ha presidido deja inaugurado el Año Jubilar Mariano en Cuba, así como le prometió orar por su persona y por su Ministerio, en atención a sus muy frecuentes pedidos a que recen por él.
El Papa Francisco, en la Santa Misa oficiada esta mañana en la Basílica Menor del Santuario Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, se refirió al pueblo cubano como a un “pueblo noble y digno” y llamó a los hijos de esta tierra a ser cada vez más misericordiosos y a vivir la revolución de la ternura y del cariño.
Tercero que visita el Santuario Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, al aludir a la Virgen allí presente el Sumo Pontífice la calificó de “bendita, cubana por excelencia” y dijo que ella “custodia nuestras raíces, nuestra identidad, para que no nos perdamos en caminos de desesperanza”.
“Queremos una iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación, que sepa acompañar todas las situaciones embarazosas de nuestra gente, no borrándonos, sino caminando con nuestros hermanos, todos juntos”, dijo Su Santidad.
Durante la lectura del Santo Evangelio, el Papa ha aseverado: “La alegría que brota de saber que Dios está con nosotros despierta el corazón, nos lleva a compartir la alegría recibida con el servicio en bien de otros”. También recordó, en clara alusión al modo idóneo para cumplir los propósitos, que la Virgen María, primera discípula, “fue a paso lento, pero constante, pasos que no corren para llegar rápido”. Luego significó: “No iba María ni agitada ni atormentada” y agregó que ella “ha sido la mujer que visitó a tantos hombres y mujeres, niños y ancianos, jóvenes, protegió la lucha de todos los que han sufrido por defender los derechos de sus hijos”.
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