Cepeda lleva sus “heridas” con gallardía y clase. Basta una oportunidad para demostrar que aún le queda combustible y vuelve a hacer sonreír a quienes lo idolatran.
(Por Reynaldo Cruz)
Para varios fanáticos del béisbol en Cuba, Frederich Cepeda está acabado. Con 35 años de edad y 18 Series Nacionales jugadas, con medallas acumuladas en citas olímpicas, panamericanas, mundiales, intercontinentales, más una Serie del Caribe, tres Clásicos Mundiales de Béisbol y dos incursiones en la Nippon Professional Baseball, el espirituano, subcampeón nacional en el 2002, ha tenido una carrera más que productiva. Sin embargo, ante los ojos de algunos, ya esta está llegando a su fin.
Parece en cierto modo que para un deporte en el que aún hay jugadores mayores que Cepeda rindiendo con calidad, la fanaticada comience a descartar a un hombre que, por momentos, sigue demostrando que todavía le queda ese pop para conectar, impulsar carreras y hacer las cosas bien en la caja de bateo.
Desde su explosión en la temporada 2002, cuando llevó a los Gallos de Sancti Spíritus hasta el séptimo juego de la final de la Serie Nacional con Holguín, Cepeda se convirtió en uno de los bateadores más admirados de toda la Isla. Incluso cuando Oscar Gil burló su empeño ponchándolo con bases llenas, dos outs y el empate en tercera base en el principio del noveno, para dar el triunfo a los holguineros, la gente no reprochó a Frederich. ¿Y cómo podían hacerlo? No tenían derecho, pues él era precisamente una de las principales fuerzas que condujeron a los yayaberos a ese momento de casi gloria.
Cepeda, a la hora de seleccionar los lanzamientos, es como el mejor curador escogiendo los cuadros para una exposición, decantando entre lo bueno, lo regular y lo malo; y se convierte en un tigre esperando a que aparezca la presa indicada para devorarla.
Cepeda, a la hora de seleccionar los lanzamientos, es como el mejor curador escogiendo los cuadros para una exposición, decantando entre lo bueno, lo regular y lo malo; y se convierte en un tigre esperando a que aparezca la presa indicada para devorarla. De torneo en torneo, año tras año, Cepeda fue uno de los bateadores cubanos que con más rapidez se adaptaron a la verdadera zona de strike, luego de varios meses y casi un centenar de partidos jugando con la desastrosa zona empleada en las Series Nacionales (sin culpar a los árbitros, ¿bien?).
Podría decirse que, internacionalmente, el debut del espirituano no fue nada bueno. En la Copa Intercontinental de La Habana 2002, justo cuando varias dudas en torno a su calidad se levantaron (aún estaba fresca la imagen del ponche ante Holguín), Cepeda mostró apenas un promedio de bateo de 179, con un OBP de 477 y un slugging de 529. Sin embargo, fue su productividad lo que sí mostró una cara distinta, con 15 boletos, 13 anotadas y 11 empujadas (cinco de ellas en el juego de la semifinal contra República Dominicana). La cantidad de pasaportes que obtuvo sin duda alguna fue la primera credencial de lo que veríamos del espirituano en los años por venir.
De allí en adelante, su producción fue más que efectiva (descontando la lamentable incursión en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, en los que se fue de 12-1, tal vez sufriendo del sophomorejinx, en la cita continental de Río 2007, en la que pegó dos hits en 21 turnos, y en la Copa Mundial de 2005, donde una lesión lo condujo a un pírrico promedio de 184). En la Copa Mundial de la IBAF 2003 mostró ya sus credenciales de gran bateador, al marcar una línea de 406, 444, 906, con cuatro jonrones y nueve empujadas.
Los números internacionales de Cepeda, aunque es extremadamente difícil acceder a todos por diversas razones, son excelentes, y tal vez los que mejor ilustren su clase sean los que mostró en tres Clásicos Mundiales de Béisbol, en los que exhibe un promedio de 449, con un OBP de 548, un slugging de 855 y un escandaloso OPS de 1 403.
Los números internacionales de Cepeda, aunque es extremadamente difícil acceder a todos por diversas razones, son excelentes, y tal vez los que mejor ilustren su clase sean los que mostró en tres Clásicos Mundiales de Béisbol, en los que exhibe un promedio de 449, con un OBP de 548, un slugging de 855 y un escandaloso OPS de 1 403. Además, ha pegado seis cuadrangulares, anotado 17 carreras, empujado 23 y ha necesitado 6.3 turnos para poncharse, al tiempo que ha mostrado buena vista, al recibir un boleto por cada 0.73 ponche. En el primero de los tres torneos más fuertes que ha mostrado el béisbol en el planeta a nivel de selecciones nacionales, fue pieza fundamental en la ubicación de Cuba en el segundo puesto y pegó jonrón y doble (a la derecha) para empujar tres de las seis carreras que anotó su equipo.
Los que han hecho leña del árbol caído y han preferido utilizar con el bateador ambidextro la conocida frase de “ya su carnaval pasó” deberían recordar lo que hizo en la Serie del Caribe este 2015, cuando fue nombrado el jugador más valioso del torneo, y llevó a Cuba prácticamente de la mano a la conquista del cetro. Su jonrón en la semifinal de los pasados Juegos Panamericanos de Toronto 2015 nos recordó que aún puede batear.
¿Y qué le ha pasado en Japón? Pues varias cosas, en primer lugar habituarse a las costumbres niponas no es algo que pueda considerarse como coser y cantar, aunque a eso hay que sumar el hecho de que Cepeda salió de una larga —larguísima— cadena de cambios en los sistemas de entrenamiento, desde el tope contra el equipo universitario de Estados Unidos, un tope con Nicaragua, la Serie Samurái en Japón, la Serie Trueno en Taipéi de China, más la Serie Nacional y el equipo Cuba al Clásico Mundial de Béisbol, para luego reincorporarse a la misma.
A diferencia de los otros dos peloteros que firmaron en Japón, tiempo después (dígase Alfredo Despaigne y Yulieski Gourriel), ya el espirituano tenía una edad en la que su curva de rendimiento debía, por ley de la vida, comenzar a descender. Sus números en Series Nacionales así lo indicaban, y las personas que se supone sepan de béisbol tenían que tenerlo en cuenta, sobre todo si se analiza que tenía en su hoja de servicios lesiones en las rodillas.
¿Por qué entonces fichar con un equipo que toma parte en una liga en la que no hay bateador designado y que para ser regular necesitaba por obligación ponerse el guante y salir a defender una pradera? Frederich Cepeda es, amigos, cuando más, un problema a la defensa. Su producción ofensiva ha sido sin discusión la mejor del equipo Cuba en la última década y media, pero con el guante debe ser de esos jardineros que ubican a la defensa porque simplemente hay otro gran bateador que está lesionado o es mucho peor fildeador. Fin de la historia. Su presencia en los Yomiuri Giants podía tranquilamente traducirse en dos cosas: bateador emergente o simplemente un jardinero que podía ubicarse en la pradera izquierda, siempre como teniendo como precedente una situación desesperada.
Lo que pasaba en ese entonces era que el club Yomiuri, interesado inicialmente en Alfredo Despaigne, opción que descartaron debido a que pensaron que el asunto del pasaporte falso en México podría traer mala publicidad al conjunto más mediático de la Tierra del Sol Naciente, estaba dispuesto a pagar una alta suma de dinero (el equivalente de más de un millón y medio de dólares) por Frederich, y la Federación Cubana de Béisbol, con no manifiesta pero sí clara avidez por sacar una tajada, no hizo estudio alguno de factibilidad ni analizó un momento las implicaciones que podría tener dicho fichaje para la carrera del pelotero. Tal vez temiendo que los directivos de los Conejos Naranjas fuesen portadores de la filosofía del “todo o nada”, y se fueran a casa sin firmar a nadie más, decidieron hacer el fichaje y, por supuesto, notificar luego al jugador.
El resultado de Cepeda en su primer año con los Kyojin no fue para nadie el esperado, excepto para sus muchos (sí, aunque no tenga el apellido Gourriel también tiene) detractores, quienes disfrutaron cada momento crítico de los que tuvo como profesional en el segundo más fuerte circuito rentado del planeta.
Sin embargo, es necesario entender hasta qué punto fue de veras tan deplorable su actuación, pues para un jugador que promedió apenas 194, un OBP de 333 y un OPS de 722 son sin lugar a dudas una total paradoja. Pero no resulta tan paradójico si se tiene en cuenta que recibió 23 boletos contra apenas 21 inatrapables y sí se tomó 38 ponches, algo no tan común en él, pero entendible si analizamos el poco descanso que había tenido y el ritmo que ha llevado a lo largo de su carrera.
Un análisis más a profundidad de las últimas 10 temporadas de Cepeda arroja que en efecto ha habido cierta regresión, pero que esta no es tan terrible como muchos podrían querer hacer ver. Por ejemplo, hasta la 54 SNB, a la que se incorporó tarde y luego abandonó temprano en beneficio de los Giants, la peor productividad de Cepeda en materia de carreras creadas (utilizando una fórmula de poca complejidad al no poder contar con todas las estadísticas) fue la Serie 51 (2011-2012), con 57.5, en la que sin embargo sí produjo varias anotaciones (105). Fue precisamente esa serie en la que mayor diferencia ha tenido entre las carreras producidas y las carreras creadas, pues excedió en anotaciones producidas a la temporada siguiente, en la que participó en 20 partidos más. Otro dato curioso de esa campaña 51 es que el espirituano mostró en ella su mejor momento en cuanto a la disciplina en el plato, al necesitar 10.63 turnos para tomarse un ponche y obtener 2.71 boletos por cada vez que abanicó (su segunda mejor marca de por vida).
Lo que sucede también es que la comparación se establece además con la mejor temporada de su carrera, esa que precisamente podría utilizarse como referencia para marcar el inicio del descenso: la Serie de Oro. En esa temporada (contando los play off) Cepeda hizo cuanto quiso con el madero en manos, empezando por un OPS de 1 301, más su mayor cantidad de vuelacercas (31) y su mejor productividad (146 CP y 131.6 C. Creadas). A partir de ese momento, todo lo que hiciera iba a ser tomado como regresión y a nadie iba a importarle el cansancio o las lesiones, o ambos.
Casi acabada la Serie 53, el espirituano se embarcó rumbo a Tokio, donde además de comer sushi, jugar en el mismo Tokyo Dome donde sufrió como todos los cubanos la derrota contra Holanda en el Clásico Mundial de 2013, y aprender a decir algunas cosas en japonés, iba a tener que asumir el reto de ser el primer cubano en firmar por más de un millón de dólares con el beneplácito de las autoridades deportivas de la isla. Su inicio fue prometedor, pero vio un limitado tiempo de juego debido mayormente a su ya mencionada ineficacia defensiva y al hecho de ser extranjero. Y poco a poco fue desplazado a un rol mayormente de emergente, que cumplió con la mayor decencia posible, pero que le dificultó hacer los ajustes pertinentes y acostumbrados entre turno al bate y turno al bate, además de también sufrir dolencias.
Ya iniciada la Serie 54, y aún “sin sacudirse el polvo del camino”, Frederich fue llamado a llenar un espacio en la alineación cubana para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, momento que debía haber sido respetado por las desesperadas autoridades del béisbol cubano como una oportunidad para el espirituano de descansar, disfrutar de su familia, relajarse.
En la Serie Nacional, su rendimiento fue, cuando menos, aceptable para los 26 encuentros que disputó, con promedio de 356, cinco batazos de cuatro esquinas, 16 anotadas y 14 empujadas, entre los equipos de Sancti Spíritus y Artemisa. En el alto para la Serie del Caribe fue llamado a incorporarse a la escuadra cubana y fue, como todos conocemos, el MVP de la justa.
Luego, fue autorizado a saltarse el resto de la Serie Nacional para asistir a los campos de entrenamiento de primavera con el Yomiuri, que a pesar de sus números del año anterior decidieron volver a contratarle. Aunque fue de los que más batearon en los campos, no abrió como regular, y nuevamente le costó tener tiempo de juego.
Sin embargo, sí no escapó de asistir a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, donde, por cierto, se salió con un cuadrangular en el juego semifinal contra Estados Unidos. Sí, ese que se tuvo en el bolsillo.
Relegado ahora a las Ligas Menores (o el Ni-gun, para decirlo en japonés), Cepeda está, ante los ojos de muchos, tocando las puertas del retiro. Sin embargo, lo que necesita no es otra cosa que un descanso apropiado y con todas las de la ley, toda vez que en los últimos tiempos ha tenido un desgaste tremendo, que habría podido soportar hace cuatro años, pero no hoy. Después de todo, los peloteros de Grandes Ligas terminan de jugar en septiembre y octubre y no reportan al campo de entrenamiento hasta marzo, en años de Clásico Mundial de Béisbol, un poco antes. Eso les da, como mínimo, cuatro meses para descansar, pero teniendo en cuenta sus salarios y las posibilidades que esto brinda, descansar de verdad física, mental y espiritualmente.
Desde el inicio de la Serie Nacional 53, el espirituano compró pasaje para un viaje que aún no termina, jugando la temporada casi en la totalidad de los juegos; apenas sin recuperarse de las largas travesías en ómnibus Yutong de entre dos y 14 horas, firmó con los Kyojin y estuvo con ellos hasta que fueron eliminados en la Fase Final de la Serie Clímax en la Liga Central, evento del que salió con un cuadrangular; tras su regreso a Cuba, se unió al equipo que iba rumbo a Veracruz, jugó parte de la primera etapa con Sancti Spíritus, fue escogido nuevamente por Dany Valdespino para jugar con Artemisa y luego jugó en la Serie del Caribe, volvió a Cuba y viajó a Japón. Este rango de tiempo suma más de año y medio, para quienes saben y gustan de sacar cuentas, algo que a lo mejor Despaigne y hasta Gourriel puedan sentirse menos, pero que es más difícil para un jugador de 35 años que ha sufrido varias lesiones en su carrera deportiva.
No obstante, y contra viento y marea, Frederich Cepeda Cruz lleva sus “heridas” con gallardía y clase. Basta una oportunidad para demostrar que aún le queda combustible en el tanque y manda a silenciar a sus detractores al tiempo que vuelve a hacer sonreír a quienes lo idolatran.
No obstante, y contra viento y marea, Frederich Cepeda Cruz lleva sus “heridas” con gallardía y clase. Basta una oportunidad para demostrar que aún le queda combustible en el tanque y manda a silenciar a sus detractores al tiempo que vuelve a hacer sonreír a quienes lo idolatran. Ha sido tanta su dedicación a este deporte que es más fácil para todos olvidar su ponche contra Oscar Gil en el 2002 o el otro contra Loek van Mil en el 2013, e incluso sus infortunios recientes en Japón.
En la mente de todos, grabados como las hazañas de los héroes homéricos en la Ilíada, quedan su jonrón en la final de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 o en la del Clásico Mundial del 2006, su vuelacercas de oro ante Australia en la Copa Mundial de Taipéi de China 2007, su enorme sacrificio jugando lesionado (y aun así produciendo para el equipo) en un play off en el que sus adorados Gallos volvieron a flaquear, su rendimiento en la pasada Serie del Caribe…
Muchos podrán pretender borrar todo eso, fingir que nada pasó, y que las proezas ofensivas de Cepeda en la escuadra nacional son obra de la fantasía. Pero si analizan bien, tendrán que reconocer que ha sido el que mejor y el que con más constancia y entrega ha defendido la camiseta de la selección nacional de Cuba en los últimos 14 años; ha sido el mejor bateador cubano (y uno de los mejores del planeta) en los tres Clásicos Mundiales de Béisbol. Lo menos que podemos hacer, en vez de intentar demeritarlo, es quitarnos el sombrero y reverenciarlo, celebrar la carrera que ha tenido.
Números internacionales de Frederich Cepeda (Sin contar los Juegos Panamericanos de Toronto 2015)
Año | Evento | AVG | Otros datos |
2002 | Copa Intercontinental | .179 | 10 JJ, 15 BB, 13 C, 11 CI; 5 CI en Semifinal |
2003 | Juegos Panamericanos | .083 | De 12-1 |
Copa Mundial | .406 | 9 JJ, 4 HR, 9 CI, .444 OBP, .906 SLG ; 2 HR en final | |
2004 | Juegos Olímpicos | .455 | 9 JJ, 10 C, 15 H, 2 HR; de 4-2, BB, HR, 2 CA en final |
2005 | Copa Mundial | .184 | .279 OPB, .211 SLG; lesionado, tuvo que batear todo el tiempo a la zurda |
Clasif. Olímpico COPABE | .361 | 9 JJ, 10 C, .415 OBP, .556 SLG | |
2006 | Clásico Mundial | .385 | 8 JJ, 2 HR, 8 CI, .500 OBP, .731 SLG, 6 BB; 2B, HR, 3 CI en final |
Juegos Centroamericanos | .400 | 3 HR, 6 C, 8 CI, .483 OBP, .880 SLG | |
Copa Intercontinental | .433 | 9 JJ, 9 C, 9 CI, 8 BB, .538 OBP, .567 SLG | |
2007 | Juegos Panamericanos | .095 | De 21-2 |
Copa Mundial | .444 | 8 CI, .512 OBP, .694 SLG | |
2008 | Juegos Olímpicos | .308 | 9 JJ, 11 C, 2 HR, 10 BB, .500 OBP, .654 SLG |
2009 | Clásico Mundial | .500 | 6 JJ, 5 C, 3 HR, 10 CI, .538 OBP, .958 SLG |
Copa Mundial | — | Solamente disponemos de la información de que recibió numerosas bases por bolas. | |
2010 | PrePanAm | .382 | 11 JJ, .12 BB, .543 SLG, .549 SLG (Nota: Luego de este evento fue arbitrariamente excluido del roster a la Copa Intercontinantal de Taichung por una supuesta indisciplina que nunca existió) |
2011 | Copa Mundial | .386 | 12 JJ, 13 C, .480 OBP, .705 SLG |
Juegos Panamericanos | .333 | 5 JJ, 5 C, .400 OBP, .572 SLG | |
2013 | Clásico Mundial | .474 | 6 JJ, 7 C, 5 CI, 3 2B, 7 BB, .615 OBP, .895 SLG |
2014 | Juegos Centroamericanos | .353 | 5 JJ, 5 C, 2 HR, 4 CI, .476 OBP, .824 SLG |
2015 | Serie del Caribe | .471 | 5 JJ, 2 2B, 7 CI, MVP |
Datos tomados de la página de Frederich Cepeda en BR-Bullpen |
Estadísticas de Frederich Cepeda en Clásicos Mundiales de Béisbol
Año | JJ | VB | C | H | 2B | 3B | HR | CI | TB | BB | K | OBP | SLG | AVG | OPS |
2006 | 8 | 26 | 5 | 10 | 3 | 0 | 2 | 8 | 19 | 6 | 7 | .500 | .731 | .385 | 1.231 |
2009 | 6 | 24 | 5 | 12 | 2 | 0 | 3 | 10 | 23 | 2 | 1 | .538 | .958 | .500 | 1.497 |
2013 | 6 | 19 | 7 | 9 | 3 | 1 | 1 | 5 | 17 | 7 | 3 | .615 | .895 | .474 | 1.510 |
TOT | 20 | 69 | 17 | 31 | 8 | 1 | 6 | 23 | 59 | 15 | 11 | .548 | .855 | .449 | 1.403 |
Estadísticas tomadas de World Baseball Classic |
Estadísticas de Frederich Cepeda en la NPB
Año | Edad | Tm | JJ | VB | C | H | 2B | 3B | HR | CI | BB | K | AVG | OBP | SLG | OPS |
2014 | 34 | Yomiuri | 52 | 108 | 11 | 21 | 3 | 0 | 6 | 18 | 23 | 38 | .194 | .333 | .389 | .722 |
2015 | 35 | Yomiuri | 20 | 21 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 | 7 | 6 | .000 | .250 | .000 | .250 |
Tot | 72 | 129 | 12 | 21 | 3 | 0 | 6 | 19 | 30 | 44 | .163 | .319 | .3 |
Muy buen articulo. Señores no hablen mas de la edad 35 años eso no es nada en grandes ligas esa es la edad en la que los peloteros estan e su punto lo que le ocurre e este animal de la pelota cubana es el trajin que tienen con el vete pa qui vete pa alla asi no hay cuerpo que aguante. Cepeda esta entero en estos momentos en cuba no hay bateador mas dificil que el de pichar. Para mi y estoy seguro que para muchos el bateador mas completo que hay y que habra por mucho en Cuba. CEPEDA eres el mejor .
no creo q halla cubano conocedor d pelota q pueda señalar a cepeda en aspectos negativos d forma global
Cepeda,si algún dia lees esto ,mi consejo es que tu historial deportivo nadie te lo puede quitar y lo que a veces no se valora es el esfurzo que un deportista tiene que hacer para mantener su carrera, todo lo que se escriba de UD es poco, siempre has sido un hombre sencillo y de completa identidad espirituana , tu familia vive cerca de mi hijo y eres muy querido en el barrio ,ese valor es insustituible ,felicidades amigo ,cuando el hombre tiene popularidad corre todos esos riesgos pero camina siempre hacia el futuro ,la gloria la tienes ya en tus manos y quisieran muchos haberla alcanzado.
NAIN:
Eres un FANATICO-LUNATICO, q es eso de vende patria, acaso los entrenadores q van a otros paises a realizar su trabajo son vende patrias….no seas estupido…
En mi opinión el trabajo periodístico constituye una EXCELENTE valoración de ese gran pelotero espirituano. Mis deseos de éxitos a Cepeda y mi felicitación al autor.
es el mejor, lo critican ahora por su mala racha pero cundo bateaba y ganaba titulos lo querian
Hola ..Cepeda es un gran pelotero entre los mejores de Cuba y todavia puede seguir dando glorias a nuestro beisbol espirituano y cubano gracias..
Estoy seguro que la aficion tambien agradeceria un trabajo profundo sobre otra gloria espirituana:El fomentense Kendry Morales
Ese es el mejor de CUBA no digan mas que figurin Gourriel que lo unico que hace es batear fly y 2play
eres un envidioso, cuando era de ss lo adoraban
nunca los quisimos aqui mas cuando en Beijing debia dar un fly y bateo para 2 play por encreidos y vende patria quieren ir a jugar a grandes liga ojala y sea pa que vea que no es mas que un engreido
Sin dudas espectacular artículo, coincido 100 % con el periodista, Cepeda necessita un descanso, a pesar de su edad le faltan muchas alegrias que darnos al pueblo espirituano y a nuestro país, es un pelotero con el que hay que contar siempre, para mi a sido uno de los mejores de todos los teimpos en Cuba y sin dudas el mejor de SS, con el mayor respeto que se merecen otros buenos jugadores que há dado nuestra provincia. Con Cepeda hay que seguir contando em nuestro equipo nacional. Veo muy bien el descanso que la Comisión Nacional le va a dar cuando regresse de Japón, bien merecido que lo tiene.