La actual sequía afecta el abasto y los embalses del territorio. La presa Zaza se mantiene con el segundo volumen más bajo de la última década
El agua se agota cada día más en los embalses del territorio en el cierre de un período seco donde, según las estadísticas preliminares, solo cayeron alrededor de 175 milímetros de la lluvia habitual, apenas algo más del 60 por ciento del promedio histórico para la etapa, que se extiende desde noviembre hasta abril.
Las presas espirituanas contienen hoy unos 270 millones de metros cúbicos, aproximadamente el 20 por ciento de su capacidad de llenado, con una situación más desfavorable en la Zaza, Higuanojo, Dignorah, Lebrije, La Felicidad, Aridanes y Banao II, según detalló a Escambray Betsy Arteaga, especialista de la subdirección técnica de Recursos Hidráulicos en la provincia.
Los acuatorios que abastecen a la población, Tuinucú, Siguaney y Lebrije, presentan un panorama alentador, excepto la presa de Jatibonico, que suministra a una parte de ese poblado y que no rebasa el 20 por ciento, pues se le retiró la prevención hidrológica este año y después de ese momento apenas han ocurrido precipitaciones en su zona.
La situación más complicada aparece en el mayor embalse de Cuba, con su segundo volumen más bajo en la última década: unos 180 millones de metros cúbicos de agua, prácticamente la mitad de lo que almacenaba en igual etapa del año pasado, situación que ha obligado a garantizar las entregas del líquido a los productores de arroz, pero sin los adelantos solicitados porque urge controlar los gastos dados los altos volúmenes de evaporación y las predicciones meteorológicas.
Por la intensidad de la presente sequía, las entregas del líquido se encuentran restringidas desde hace algún tiempo ya en el embalse Higuanojo, con las respectivas afectaciones a los productores agrícolas y en aras de no afectar su masa acuícola; en Lebrije, excepto el abasto a la población; en Dignorah y La Felicidad.
Por su parte, las cuencas subterráneas también dan señales de los efectos de la escasez de lluvias, con una tendencia a la disminución de sus niveles, excepto en Sur del Jíbaro y sudeste de Camagüey, y la situación más compleja en Trinidad, donde ya se utilizan las reservas estáticas.
Hasta el momento, el abasto de agua a la población se encuentra afectado total o parcialmente en 31 asentamientos donde habitan unas 49 000 personas, quienes reciben el líquido en pipas.
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