Las predicciones de José Martí, Apóstol de la independencia de Cuba, acerca del futuro papel de nuestra patria en el equilibrio de América y del mundo, cuyos antecedentes recientes situaron a la Isla en el vórtice noticioso internacional, vienen a confirmarse hoy más que nunca con el histórico encuentro que tendrá lugar en la tarde de este viernes en la Terminal aérea habanera entre el papa Francisco y Kirill, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
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De manera que, geográfica y geoestratégicamente hablando, Cuba no solo es la llave del Golfo, sino que ha devenido punto de referencia obligado en esta parte del planeta, cuando se trata de grandes acontecimientos como este contacto personal inédito entre los dos principales líderes religiosos del cristianismo en Oriente y Occidente, que apunta a borrar simbólicamente en minutos el divorcio de mil años existente entre ambas agrupaciones.
Aunque Cuba participa o es sede de eventos tan importantes como las conversaciones para la paz en Colombia, que están a punto de poner fin al conflicto más antiguo de la Tierra —con excepción del palestino-israelí— y fue sede en enero del 2014 de la cumbre de jefes de Estado y/o gobierno de la CELAC, el acontecimiento político más importante de América ese año, los otros sucesos acaecidos desde entonces tienen que ver directa o indirectamente con Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano.
Porque fue con el concurso de Su Santidad Francisco I que se desarrollaron en Canadá las tratativas para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, anunciado por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre del 2014, el cual devino también acontecimiento relevante a escala planetaria.
Luego, la llegada del Papa a este continente para visitar Cuba y los Estados Unidos en septiembre del 2015, se inició por la patria de Martí, al parecer más por proximidad afectiva, que por razones de navegación aérea. Como quiera que haya sido, el propio Francisco reconoció de facto que esta escala previa, bañado por el calor y el afecto de los cubanos, le serviría para disponer su espíritu a la dura prueba que enfrentaría luego.
Otra consideración de peso en este trascendental encuentro entre los líderes religiosos ortodoxo y católico, es el papel cada vez mayor que juega la política en el presente acercamiento, y es que Francisco y Kirill coinciden plenamente en la manera en que enfocan el actual conflicto en el Oriente Medio y el enfrentamiento al terrorismo.
No olvidar que parte importante de la plática de los dos pontífices estará centrada en la protección de los cristianos en esa parte del mundo y en el norte de África, donde comunidades enteras de creyentes están siendo masacradas por terroristas del Estado Islámico y otros grupos extremistas. Y esa posición coincide esencialmente con el punto de vista de Rusia y de numerosos países, entre ellos Cuba.
Por todas estas razones, resulta lógico este encuentro concertado en la capital cubana con motivo de la visita oficial a la Isla de su Santidad Kirill, y la escala de su par católico Francisco I, que una vez más escoge a Cuba como punto intermedio de su viaje, en esta ocasión a México, haciendo de la llave del golfo un país clave en los asuntos internacionales.
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