La indisciplina tributaria cabalga a galope por Trinidad, mientras la ONAT intenta cortarle el paso mediante el control
Elevan cuota mensual a cuentapropistas
Sancti Spíritus: La ONAT no actuó de modo arbitrario
—¿Hostal…?
—¡Ey!, sí, a su servicio, me responde al teléfono una mujer con timbre cálido.
—Mire, yo le estoy buscando alojamiento allí en Trinidad a unos amigos españoles para diciembre. ¿A cuánto usted renta?, pregunto como si gestionara el hospedaje a los reyes Felipe y Letizia.
—A 30 CUC la habitación, esa fecha ya es alta del turismo.
Con cierto rubor le ofrezco las gracias a la joven y prometo un contacto más adelante. Y vuelvo a marcar otro número telefónico.
—¿Hostal…?
Similar pretexto, igual respuesta. Cinco llamadas más, y casi nada cambia en el diálogo; aunque sí, en algunos casos el precio de la habitación sube a 35 CUC.
Todos los propietarios se deshacen en cortesía, y resulta lógico; pero no, la tendencia a falsear lo recaudado y luego estampar la mentira en el libro de arrendamiento, donde los dueños suelen registrar 8, 10, 12 o 15 CUC, indistintamente. La revisión de las cotizaciones de esos hostales en Internet, cuyos nombres me reservo, ofrece indicios de los intentos de evadir el fisco.
Realmente, la lista no da con el billete llevado al bolsillo, como lo han comprobado con sus propios ojos los fiscalizadores de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT) en Trinidad, una versión contemporánea de la oveja negra en la provincia si se analizan los resultados de la última campaña de Declaración Jurada del impuesto sobre los ingresos personales.
DATOS SOBRE LA MESA
Para el sector privado, incluso para el estatal, Trinidad parece una mina de oro. Una villa Patrimonio Cultural de la Humanidad, la playa casi al doblar la esquina, las montañas a punto de abrazar la ciudad, su gente emprendedora y sus tradiciones imantan a los turistas extranjeros, con una presencia creciente en ese polo espirituano.
En el interés lícito de elevar la calidad de vida personal y familiar, hay quienes certifican el proverbio de que la necesidad tiene cara de hereje. Sálvennos de tal filosofía. En ninguna circunstancia, el fin justifica los medios, como reza la frase de Maquiavelo.
Si para cientos de contribuyentes las cuentas no están claras, para la ONAT en Trinidad sucede a la inversa: de las 414 Declaraciones Juradas revisadas, pertenecientes al último ejercicio fiscal, 412 llevan el estigma de la subdeclaración, eufemismo empleado cuando el cuentapropista no pone todas las cartas sobre la mesa.
Conocedora de los ardides a los que apelan no pocos de los contribuyentes, la ONAT ha impuesto el gardeo a presión, y como resultado de sus 127 fiscalizaciones intensivas ejecutadas este año ha consignado en blanco y negro —en un informe al cual tuvo acceso este reportero— una deuda al fisco de más de 2 704 000 pesos; de estos 1 430 300 corresponden a restaurantes privados.
DEUDAS EN EL PALADAR
Desde el fondo de la casona colonial, viene el olor a masas fritas de cerdo, que ya me las imagino sobre el plato adornado con arabescos, custodiadas por tostones. .
Todo respira pulcritud. Presentaciones de por medio, le hago saber al propietario el motivo de la visita de Escambray al restaurante, uno de los 23 fiscalizados por la ONAT, todos con débitos.
Con recelo, el dueño accede, pero solicita el anonimato. “Quizás digo algo que me haga daño, y me van más arriba después”, arguye.
— ¿Por qué usted no declaró todos sus ingresos?
—Si declaras todo lo que ingresas, el negocio no te da.
— ¿Fue injusta la ONAT con usted, que, por cierto, ya pagó?
—Ellos hacen su trabajo; lo injusto es la cantidad de impuestos que uno tiene que pagar, alega, y le agradezco su tiempo.
A punto de mediodía, las puertas de otro restaurante aguardan por el turista, no por este reportero. Decentemente el dueño, quien tampoco declaró la totalidad de lo recaudado, se rehúsa al diálogo y me espeta a boca de jarro:
—El periódico no resolverá nada con lo que yo diga.
Con esos relámpagos, recojo los bártulos —no sin antes discrepar—, y no paro hasta llegar al restaurante Sol Ananda, bajo las riendas del arquitecto Lázaro Morgado Orellana, actualmente en fase de reclamación a la ONAT por su desacuerdo con la deuda determinada por esta. Su principal argumento: se le consideraron 12 meses de trabajo, sin embargo, el paladar no prestó servicio durante junio.
—¿La ONAT ejerce un control excesivo sobre usted?
—No, pero sí debiera tener en cuenta varios factores que inciden en el negocio, como el grandísimo problema de los suministros. Hay que buscar cosas en La Habana, Cienfuegos. Para qué hablar de los precios; los de Cuba son los más altos del mundo. La ONAT debe retroalimentarse más y sensibilizarse más con nuestras dificultades.
Con este criterio discrepa Osmani Alcorta López, subdirector de la ONAT en la provincia y su representante legal en Trinidad, quien desde hace unos meses instaló su oficina allí para fortalecer la dirección y el control fiscal en el municipio. “Nosotros cumplimos con lo que nos corresponde, según la Ley No. 113 Del sistema tributario”, alude.
“De que hay que pagar, hay que pagar; es verdad, muchos quieren evadir el fisco”, reconoce Reinaldo Vivas Zerquera, propietario del paladar La nueva era, casi montado en el carro para asistir a una sesión del comité del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Hotelería y Turismo en La Habana.
El incremento del porcentaje de los gastos autorizados para su actividad es uno de los reclamos de Vivas Zerquera, a quien tampoco acaba de convencerle el sistema computarizado de la ONAT para cuantificar los ingresos del cuentapropista y determinar su posible deuda. “No es lo mismo la temporada alta que la baja; pagamos igual impuesto cada mes”, asegura.
—Sin embargo, Reinaldo, el negocio siempre les deja un margen de ganancia porque nadie lo cierra.
—Claro, claro.
A FUERZA DE CONTROL
Con el auxilio de un clic en la computadora, Roberto Gutiérrez Medina, director provincial de la ONAT, devela con pelos y señales la caracterización de los paladares trinitarios —también extendida a hostales—, incluidos los menús y los contratos suscritos con las agencias de viajes, que permiten determinar los niveles de ingresos brutos de estas unidades gastronómicas.
“Este sector de contribuyentes tiene una garantía de turistas para brindar sus servicios, y estamos al tanto de los ingresos por esos vínculos con las empresas estatales”, expone el directivo.
Los globos inflados en las Declaraciones Juradas explotan ruidosamente cuando el cuentapropista solo lleva al papel los montos provenientes de las entidades turoperadoras y no de los visitantes que de modo individual o en grupo deciden espontáneamente acudir a este o aquel restaurante privado.
“En ejercicios —ilustra Ismel Pérez Hernández, jefe del Departamento de Fiscalización en la ONAT en la provincia—, les hemos demostrado, por ejemplo, que en dos horas de venta se han generado 800 CUC de venta. Luego, al intercambiar con ellos, se quedan muy callados porque saben que subdeclaran”.
Al menos hasta el momento, las acciones de control practicadas a 23 de los 87 paladares inscritos en Trinidad revelan que nadie escapa a las intenciones de evadir el fisco y, en consecuencia, deberán cambiar su Declaración Jurada correspondiente al 2015. Nueve dueños de restaurantes ya la rectificaron, de ellos seis pagaron al contado y tres lo hacen mensualmente para materializar débitos que totalizan más de 415 000 pesos.
Una interrogante se cae de la mata: ¿quién salda una deuda si no la debe? Ahora bien, cuando existe desacuerdo con la cantidad determinada por la ONAT, resulta entendible que el propietario establezca la reclamación, como lo han hecho 14 personas. “Es un derecho que tiene el contribuyente, y si la Oficina se equivoca, tiene que rectificar; pero, este proceso ha sido justo, legal y transparente”, acentúa Roberto Gutiérrez.
¿Hasta la Policía se incorporó a este accionar?
“En función de incrementar la disciplina ciudadana en materia fiscal —subraya Gutiérrez Medina—, la Oficina ha estrechado los vínculos con los Tribunales, la Fiscalía y la Policía Nacional Revolucionaria. Se firmó un plan de acción conjunto a nivel de país con el objetivo de enfrentar a los contribuyentes incumplidores, a los omisos en la presentación de la Declaración Jurada y las ilegalidades. Las personas son citadas a la Policía a través de los mecanismos de esta; nuestros funcionarios acuden también y se ventila la situación de la deuda. Se busca un mayor respeto a la Ley”.
A merced de esta permanecen los llamados omisos —quienes no presentaron la Declaración Jurada—, cuya cifra se elevó a 76 casos en Trinidad, que acumula el mayor porcentaje en el territorio.
Pero hay luz al final del túnel: gracias a las acciones dirigidas a acrecentar el control fiscal, los aportes del trabajo por cuenta propia a las arcas del Estado al cierre de julio en la provincia y en Trinidad, en específico, están cercanos a lo recaudado el pasado año, lo cual evidencia que la brecha entre lo percibido y lo declarado disminuye.
¿El control fiscal de la ONAT sobre los contribuyentes se ha vuelto excesivo?
“No. El control genera una capacidad de riesgo en el contribuyente; debemos lograr que este se sienta observado, fiscalizado”, apunta Osmani Alcorta.
La subdeclaración no es privativa de Sancti Spíritus ni de Trinidad, municipio con el más alto número de cuentapropistas; ni solo asoma su cabeza en hostales y paladares, centros imprescindibles en el desarrollo turístico del polo sureño y con elevada calidad, como regla, en el servicio; por si existiera duda, sépase que en habitaciones arrendadas se hospedó más del 55 por ciento de los turistas extranjeros que arribaron a Sancti Spíritus al finalizar julio.
Nadie piense que lo aportado al Presupuesto por el cuentapropismo en Trinidad resulta apenas unas migajas; con los 55 516 000 de pesos recaudados hasta agosto se respaldaron los gastos de Educación, Salud, Seguridad Social, Cultura, Deporte, Comunales, Vivienda y Administración Pública, según la Dirección Municipal de Finanzas y Precios.
Al cadalso me condenaría si obviara esa cuantía y afirmara que todo el mundo declara menos de lo recibido. Hay cuentapropistas conscientes de sus deberes cívicos y no se arriesgan a eludir sus obligaciones con el fisco como otros, sobre quienes hoy pesan sanciones penales.
Este año la ONAT ha formulado 19 denuncias ante la PNR en la provincia por presuntos delitos de evasión fiscal, y en ese espejo quizás debieran mirarse quienes aún piensan —si de Declaración Jurada se trata— en correrse por tercera.
SI REALMENTE ES BUENO DESTACAR QUE LOS CONTRATOS SON LOS CONTRATOS, Y SI AL FISCO HAY QUE DARLE LO QUE LE TOCA, NO EVADIRLO PORQUE ESO ES UN DELITO, NO DECLARAR LO QUE REALMENTE HAY QUE DECLARAR, PERO TAMPOCO ES PARA HACERCE MILLONARIO, A LOS HOSTALEROS TRINITARIOS O DE CUALQUIER PARTE DEL PAIS, PIENSAN QUE SON MILLONARIOS Y REALMENTE ENTRE OFERTAS QUE LES HACEN CON PRECIOS ELEVADISIMOS E IMPUESTOS, Y DEMAS Y DEMAS, ES PARA VIVIR NO PARA HACERSE MILLONARIOS.
Se van a ser millonarios los Trinitarios en Cuba y si no declaran los ingresos reales, como ocurre en la mayoría de los casos y además no pagan sus impuestos se rien del gobierno, de los turistas y del pueblo. Aunque para ser reales la vida en Trinidad de Cuba vale un ojo de la cara. Saludos para todos los compadres cubanos. Que viva la REVOLUCION y los cubanos de a pie.
no coincido con usted amigo, yo tengo un proyecto audio visual en trinidad, para empezar las piezas de audio estan carisiamas y no estan facil de conseguir pues en las tiendas no las venden, tengo contrato con cultura, gastronomia y palmares, palmares paga al mes, y las dos restantes pagan cuando quieran, paso meses y hasta casi un año callendole atras como dice el buen cubano pa que paguen, mi agencia se queda con un 25 porciendo te mis intregos y aveses hasta un 30 y luego viene la onat con el fisco, el estado se queda casi con un 50 porciento de mis intregos sin tener en cuenta que tengo que pagar transporte para el audio, darle mantenimiento y atender mi audio en sentido general, creo que no es justo que porque el estado exige tanto el pago de la onat y todos los impuestos y ellos para pagar al trabajador se demoran muchos meses, no es justo
Yo tampoco coincido con Ud. en algo porque no creo que los trinitarios se hagan millonarios lo que sí creo es que ya es hora de regular los precios a los cuantapropistas. Basta ya de que se iguale el poder adquisitivo de un hostalero con los de a pie. Ah, otra cosa muy importante, cuando vayan a buscar a los que evaden impuestos fijasen en las casas o casi mansiones de placa que se están construyendo en Trinidad en el mismo medio del casco histórico. Cuidado con esto porque por las tejas y piedras somos patrimonio de la humanidad. Recuerdo un episodio de Elpidio: ¨Abrid bien los ojos….¨
Mansiones son el resultado de entradas por propiedad privada. Con 15 o 30 Cuc por dia tienen esas personas unas entradas similares a salario mensual de un trabajador.
Los precios se regulan segun oferta y demanda. La tarea del gobierno es solo controlar y sansionar a los no honestos con sus declaraciones de entradas.
Las mansiones aumentarán y al mismo tiempo las diferencias sociales.
Si el problema esta en que cansionen a los no honestos pero muchos que tienen la obligacion de sancionar estan comprometidos y no los tocan entonces quien cumplir el plan o sansionar para dar ejemplo a los que verdaderamente trabajan para mantener a su familia no para darse grandes lujos como estos burqueses