El presidente, Raúl Castro, impuso este sábado a su santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de toda Rusia, la Orden José Martí, la más alta condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba.
Durante la ceremonia, el Secretario del Consejo de Estado cubano, Homero Acosta, destacó la contribución del Patriarca en la excelente relación existente entre Rusia y Cuba, basada en los profundos lazos de amistad y respeto mutuos entre los dos pueblos.
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En ese sentido, dijo que «un papel importante en la forja de ese vínculo lo ha tenido la Iglesia Ortodoxa Rusa y en especial su primado, el patriarca Kirill, quien ha sabido contribuir con su permanente labor a la difusión de los mejores valores que nos unen».
Tras serle entregada esta condecoración -como muestra de respeto y afecto de los cubanos a la Iglesia Ortodoxa Rusa, al pueblo ruso y a su santidad-, Kirill expresó su gratitud a Raúl Castro por tan alto reconocimiento.
Quisiera agradecer en su persona a todo el pueblo cubano (…) Le agradezco esta distinción: esta es una condecoración para toda la Iglesia Ortodoxa Rusa, en alguna medida usted condecoró a todo nuestro pueblo, expresó el líder religioso.
En su discurso, el Patriarca recordó que las relaciones entre Rusia y Cuba tienen raíces históricas y que estos nexos desde la segunda mitad del siglo XX se han convertido en muy especiales.
Tras rememorar esa etapa de la amistad cubano-soviética, Kirill resaltó que «esa experiencia de cooperación de nuestros pueblos está en la memoria histórica común y que se han conservado estas simpatías especiales del pueblo ruso por el pueblo cubano».
En ese panorama, dijo, considero mi deber apoyar estas relaciones en nuestra sociedad y hacer todo lo posible para que los vínculos entre nuestros Estados y pueblos lleguen a un nuevo nivel, más alto y activo.
Previo a su condecoración, el Patriarca depositó una ofrenda floral en el Mausoleo al soldado internacionalista soviético y recorrió la escuela Solidaridad con Panamá, un centro para alumnos con necesidades educativas especiales complejas ubicado en esta capital.
La agenda de Kirill, quien realiza su cuarta visita a Cuba, la primera como Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa, comprendió ayer un momento trascendental: el encuentro con el papa Francisco, con quien firmó un documento que llama a la comunidad internacional a poner fin a la violencia y al terrorismo.
Ese texto, en el que los líderes religiosos pidieron la unidad de los cristianos y se pronunciaron sobre preocupaciones que comparten sus iglesias, constituyó la primera declaración conjunta desde el gran cisma que separó a las Iglesias Católica y Ortodoxa en 1054.
La visita oficial de Kirill a Cuba concluirá este domingo, después de que oficie una divina liturgia en la Catedral Nuestra Señora de Kazán, inaugurada en La Habana en 2008 como reconocimiento a los lazos históricos de cooperación y amistad entre los pueblos cubano y ruso.
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