El barrio de Yaguajay que desafió los vientos y la lluvia en las elecciones de este domingo
En el barrio Sansariq, de Yaguajay, hubo solo dos cosas con las que no pudo el huracán Irma: la ceiba mitológica que adoran sus pobladores en la salida a Mayajigua, más robusta y frondosa que nunca a pesar de los vientos del meteoro, y la persistencia de sus hijos, acostumbrados a madrugar lo mismo en las verdes que en las maduras.
Frente al árbol que veneran todas las generaciones, los integrantes de la circunscripción número 7 se dieron cita desde temprano en el politécnico Camilo Cienfuegos —este domingo convertido en Colegio Electoral Número 1— para elegir el representante de su zona a la Asamblea Municipal del Poder Popular.
Los aspirantes a ocupar el cargo son bien conocidos y admirados: Rolando Parrilla León, agrónomo de profesión y actual vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal, y Yandy Daniel Rodríguez Jiménez, técnico medio en veterinaria, miembro del Buró Municipal del UJC y trabajador por cuenta propia.
La escuela de economía, como casi todos conocen al lugar, fue uno de los cientos de instituciones del municipio que ya recobraron su techo, luego de que los vientos del pasado 9 de septiembre se posaran sobre el centro norte de Cuba y durante más de 12 horas convirtieran a Yaguajay en un remolino inacabable.
Por allí pasaron en las primeras horas de la mañana de este domingo el agente de Seguridad y Protección que tiene que hacer su turno en esta propia jornada, el montero que sale “ahora mismo para Venegas con un lote de ganado”, el bodeguero que debe vender la leche apenas termine de votar, el combatiente internacionalista, el constructor, el jubilado, la ama de casa y los pioneros encargados de custodiar las votaciones.
A la gente de Sansariq no hay quien les haga cuentos de aquellos vientos, confiesa Emilio López, un custodio de la Empresa de Producciones Varias a quien el huracán Irma le derrumbó la casa: “Ya yo me arreglé como pude, me hice de un techo con lo que me quedó sano y estoy votando temprano para irme a trabajar”, dice el joven, también presidente de su CDR.
Otra es la historia de Teresa Fernández, registradora de tierra en la Delegación Municipal de la Agricultura, que ahora está recomponiendo las grietas de su vivienda, “porque el ciclón, como no pudo levantarme el zinc, se fajó con las paredes y no quiero ni acordarme de eso, pero por suerte ya tengo los materiales y estoy resolviendo”.
El presidente de la Zona de Defensa, Domingo González, no necesita mirar ningún papel para revelar lo que significó el huracán para la barriada: de las 2 486 viviendas con que cuenta el Consejo Popular, en más de 870 se registró algún daño, incluidos 64 derrumbes totales y otros 93 parciales, un saldo que por lo visto este domingo no melló la perseverancia innata de la que presumen en Sansariq.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.