Aunque Cuba toda viene preparándose desde hace años para migrar de la televisión analógica tradicional a la digital, cinco municipios de la provincia de Sancti Spíritus y la Isla de la Juventud constituyen el polígono de una pretensión mayor que poco a poco irradiará mejor señal al país
Si algo han aprendido los especialistas y técnicos involucrados durante años en el ineludible proyecto de migrar hacia la televisión digital es que en nuestro país el proceso no se reduce únicamente a adquirir la nueva tecnología —bastante cara por cierto—, instalarla en los sitios más apropiados y colocar los interruptores analógicos en posición de off.
Expertos consultados coinciden en reconocer que, no obstante todas las acciones comunicativas puestas en práctica, todavía en buena parte de la población subyacen la duda y el rechazo al cambio, a pesar de las innegables ventajas que el mismo encierra; de la manera progresiva en que ha sido concebido y de la protección anunciada para aquellas personas con menos posibilidades económicas que igualmente deben adquirir los medios técnicos imprescindibles.
La desconfianza quizás comenzó con el empleo del término “apagón”, de infausta connotación entre los cubanos, para definir el momento justo en que acontecería el tránsito de lo viejo a lo nuevo, algo que ahora se viene atenuando con otros giros lingüísticos y sobre todo con una precisión que no se cansan de recordar los principales responsables: la desaparición total de las señales analógicas demandará años de trabajo, por lo que, de momento, solo se irán apagando parcialmente algunos canales en lugares específicos.
Tal es el caso de lo que ocurrirá con el Canal Educativo en los trasmisores de Sierra Caballos —cubre la Isla de la Juventud— y San Isidro, en Sancti Spíritus, que asegura la señal a cinco de los ocho municipios de este territorio: la cabecera provincial, Cabaiguán, Taguasco, Jatibonico y La Sierpe, todo lo cual en buena medida constituye la probeta para el establecimiento de la era digital en el país.
EN CADA AULA UN RECEPTOR
Liuvanis Rodríguez Vera, jefe del Departamento de Tecnologías Educativas en la Dirección Provincial de Educación en Sancti Spíritus, es de los que prefieren “por si las moscas” hablar más de transición a la televisión digital que de apagones parciales o totales de la analógica.
“Si RadioCuba cierra hoy mismo la señal tradicional, nosotros no dejamos de recibir las teleclases”, asegura el joven directivo, consciente como está de la importancia del Canal Educativo para su sector y de todo cuanto se viene haciendo para que el cambio de tecnología no resulte traumático entre maestros y alumnos en los municipios que iniciarán el proceso.
Solo en estos territorios, que abarcan más de la mitad de la provincia espirituana, funcionan un total de 237 escuelas con 2 415 aulas, ahora provistas de 2 220 televisores híbridos; 1 000 sistemas del tipo Set-Top Boxes (STB), popularmente conocidos como cajitas decodificadoras; 2 650 antenas y 19 200 metros de cable con los respectivos conectores, todo en aras de garantizar el desempeño docente educativo.
La instalación de la nueva tecnología, imprescindible tanto para las llamadas teleclases como para las actividades complementarias, ha estado acompañada de dos decisiones tan importantes como el hecho en sí: la contratación de Copextel para asegurar el cumplimiento de las normas técnicas requeridas y la capacitación del personal docente, los cuadros y los funcionarios del sector encargados de las operaciones.
Un informe de la División Territorial de RadioCuba en Sancti Spíritus al que Escambray tuvo acceso, asegura que en los municipios espirituanos involucrados en la migración, las cadenas comercializadoras han vendido 66 857 equipos receptores (televisores híbridos o STB), que cubren alrededor del 60 por ciento de las 110 360 viviendas radicadas en esta parte de la geografía.
El propio documento consigna igualmente que, de acuerdo con información de la Dirección Provincial de Trabajo, existen en estos predios 4 660 núcleos familiares considerados como críticos —más de la mitad de ellos corresponde al municipio cabecera—, para los cuales se trabaja actualmente en una propuesta de procedimiento con vistas a su protección.
HAY RAYOS QUE NO CREEN EN PROTECCIONES
De tantas dudas desenredadas en plena calle, de tanto buscar en la literatura especializada, de tantas comparecencias radiales y televisivas y de tantas quejas atendidas en los últimos tiempos, Jorge Félix Madrigal, director de la División RadioCuba en Sancti Spíritus, acepta que a estas alturas muy bien pudiera impartir una maestría en colocación de antenas de televisión.
El tema se volvió recurrente tras el incendio ocurrido en la madrugada del sábado 9 de enero del 2016 en los transmisores analógicos de la llamada torre de San Isidro, un centro ubicado en la zona sur de la capital provincial que provee de la señal televisiva a los mismos cinco municipios donde primero pudiera apagarse la señal analógica del Canal Educativo.
En la susodicha colina, más bien una loma residual de la cordillera del Escambray, funciona desde hace varios años el transmisor digital de más alta cobertura del país —sus señales se captan en estos cinco territorios e incluso en áreas vecinas de Ciego de Ávila y Villa Clara— y también un potente transmisor del canal de Alta Definición (HD), capaz de cubrir la misma zona geográfica.
La gente comenta que la transmisión digital se interrumpe con frecuencia. ¿Son observaciones fundadas o infundadas?, pregunta Escambray a Jorge Félix.
Atendemos todas las quejas, pero la mayoría de las fallas son por problemas de antena, por mala orientación, por errores en la instalación, etc. Hay otras razones ajenas, por ejemplo, en San Isidro todos los días hay una interrupción de 15 segundos a las seis de la tarde por cogeneración eléctrica, porque tenemos que arrancar el grupo electrógeno; también cuando llueve ocurren descargas eléctricas y el sistema se autoprotege, gracias a eso conservamos los equipos.
¿Entonces puede decirse que, básicamente, las fallas son las mismas en la televisión digital que en la analógica?
Son las mismas, tenemos sistemas contra incendio, protección para evitar fallas del fluido y aterramiento contra las descargas eléctricas, aunque te digo que hay rayos que no creen en protecciones.
El apagón de la transmisión analógica del Educativo estaba anunciado para julio. ¿Por qué no ha ocurrido?
Es una decisión nacional.
IMPACTO EN LAS AUDIENCIAS
El Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) negó recientemente las versiones referidas a la reubicación de la programación general del Educativo en otros espacios, tal y como se había informado con anterioridad. “Hasta este minuto no hay cambios en la programación del Canal Educativo”, sostuvo hace muy pocos días a Escambray Waldo Ramírez, director general de la Televisión Cubana.
“Ese tránsito que poco a poco se va dando es un tránsito que debe tener un lógico impacto en las audiencias —sostuvo el directivo en marzo pasado al portal Cubahora—, pero es un lógico impacto, reitero, porque está asociado al mismo modo en que se va montando y desmontando tecnología en aras de que las audiencias no se afecten, por tanto, no desaparecen canales de televisión (hoy funcionan 10 en todo el país, dos de ellos en HD, sin contar los telecentros regionales), sino que pasan a esta fase de Televisión Digital Terrestre”.
Pero la transición a la era digital o la consumación del apagón analógico, como se le quiera llamar, no es un asunto que involucra solo al ICRT y a RadioCuba, responsabilizados con la creación de los contenidos que se transmiten y con la irradiación de las señales, respectivamente.
En la complicada mesa de la migración también están sentados, o quizás en otra posición mucho más incómoda, Copextel, el Ministerio de Educación, Cimex, la Cadena de Tiendas Caribe, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y el Banco Central, todos responsabilizados de una u otra forma con un proyecto de mejoramiento que, como se sabe, trasciende el mero hecho de accionar un interruptor.
La migración en cifras
-Transmisores digitales instalados en el país: más de 120.
-Más de siete millones de habitantes, el 63 por ciento de nuestra población, tienen señal de definición estándar.
-La Habana y las cabeceras provinciales ya disfrutan de señal de Alta Definición (HD).
Equipamiento comercializado al cierre de agosto:
Receptores: más de dos millones entre televisores y STB
Alrededor de 411 000 antenas
Más de 10 389 000 metros de cable coaxial.
Fuente: Dirección general de informatización del Mincom (Granma 14 de septiembre del 2018)
Algunos consejos para que su antena funcione bien:
-Colocarla en la azotea o techo con un mástil o tubo de no menos de tres metros de altura y separada de otras antenas por lo menos a un metro, sin obstáculo entre ella y la antena transmisora, alejada de tendidos eléctricos, transformadores, tanques de agua, etc.
-Mantenerla fija para evitar que el viento la desoriente.
-Orientarla en dirección al centro transmisor más cercano.
-Darle mantenimiento por lo menos una vez al año, apretar todos los contactos y engrasar los tornillos para evitar la corrosión.
-Separar el bajante de todo objeto metálico.
-Siempre que sea posible, utilice una antena exterior. Solo en los casos en que la señal es fuerte por tratarse de ubicaciones elevadas, no obstruidas y relativamente próximas al centro transmisor más cercano, una antena interior de adecuada ganancia y banda de frecuencias puede ser la solución satisfactoria.
-Use una antena por cada televisor y si no es posible utilice un distribuidor correctamente.
-Evite empates o hacer rollos en la cinta bifilar.
-No utilice cable telefónico u otro como bajante, pues ello hace que aumenten las pérdidas de señal.
-Desconéctela de su televisor en caso de tormentas eléctricas y en períodos de ausencias prolongadas de su vivienda.
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