Las experiencias de César Carrizo en el empleo de la historieta como herramienta en el proceso docente-educativo será presentada en Pedagogía 2019
Cada trazo busca contar un fragmento de historia. Hilvana de forma atractiva una secuencia lógica de ideas que motivan llegar al final. Te atrapa y te conduce junto a sus diferentes personajes por toda la trama. Pocos escapan de esa magia, donde textos y dibujos construyen una historieta.
Esta es una pasión que ha enamorado desde hace mucho tiempo a hombres y mujeres, quienes con sus creaciones han roto los obstáculos que imponen las fronteras de lenguas y ubicaciones geográficas desperdigadas por el orbe para que otras muchas personas comprendan cuánto quieren decir.
“Te da la posibilidad de que vean con una mirada distinta los acontecimientos”, expresó César Carrizo, digno representante de ese quehacer, compartido con la docencia, durante su encuentro con el Taller de historietas Éramos 13 de Sancti Spíritus, un proyecto que le impresionó sobremanera.
“Solicito a todas las instituciones que apoyen a ese grupo que quiere construir desde Sancti Spíritus para el resto de Cuba muchas historietas. Hay un potencial y talento muy grandes, sobre todo entre quienes están a su cabeza”, añadió.
En su diálogo con el inquieto colectivo de jóvenes y niños yayaberos explicó cómo ha aprovechado las potencialidades del comic para llevar a los centros educativos de gran parte de Latinoamérica la idea de que puede ser una herramienta efectiva en el proceso de enseñanza.
“Desde el 2004 trabajo en el proyecto Socializar la historieta, a fin de que los docentes comprendan que es una gran herramienta pedagógica que toma mayor fuerza cuando el docente logra comprenderla. Por ello, en los talleres, conferencias e intercambios les formulo la pregunta de qué les gustaría aprender mediante las historietas. Muchas veces no les dan el valor porque creen que al no saber dibujar no podrán trabajar con ellas. Y no es así. La práctica ha demostrado que rescata potencialidades entre los alumnos porque siempre hay alguien que dibuja. De esa forma, inserta en diferentes laborales a toda la clase”, aseveró.
César Carrizo habla con conocimiento de causa, ya que potencia ese proyecto en el Ministerio de Educación de Tucumán, Argentina, desde donde ha roto muchas barreras. Justo dentro del mismo labora en otro titulado Historietas murales, a partir del cual se llenan las paredes de las instituciones con retazos de esos textos para aprovechar los espacios con bellezas y enseñanzas.
“Así, el docente descubre su propia potencialidad para hacer historietas y para trabajar con ellas las diversas áreas del aprendizaje. Es la primera experiencia de este tipo en América Latina, incluso en el programa nos detenemos en cómo aprovechar las nuevas tecnologías, en tiempos donde es imposible no pensar en ellas. Ya lo hemos presentado en escuelas de Bolivia, Brasil, Mexico… Incluso, he capacitado en el Centro Latino para el migrante, en Washington D. C. y de esa forma han sido capaces de contar la experiencia del traslado desde sus hogares hasta esa gran urbe, en busca de materializar su sueño”, acotó quien llega otra vez a Cuba en este año para compartir sus resultados de trabajo.
Invitado a la XVI edición del Congreso Pedagogía Por la unidad de los educadores, a celebrarse del 4 al 8 de febrero venidero en La Habana, César Carrizo expondrá ejemplos concretos sobre su actividad.
“Es un gran desafío, pues en 1999 intervine como oyente y ahora retorno a ese importante evento como participante. En el 2010, dialogué con historietistas de esta isla en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y en el 2001 compartí mis creaciones en la XII Bienal Internacional del Humor de San Antonio de los Baños”, aseguró, mientras muy cerca de él los integrantes del taller espirituano disfrutaban de algunas de sus creaciones.
Pero, su relación con Cuba se entrecruza también con otra de sus pasiones: la historia de esta nación.
“En mi visita acá en 1999 supe de la existencia del libro Descamisados, de Enrique Acevedo González. En mi opinión genera un relato nuevo sobre las luchas de la Revolución cubana. Cuenta de una forma dinámica aspectos de gran trascendencia. Rompe así con la estructura rígida de contar la historia de determinada manera que también es válida, pero que no se hace atractiva para la juventud porque los lenguajes de estos tiempos requieren de otros ritmos. Además, retrata a héroes anónimos de la lucha en la Sierra Maestra y a su paso durante la Campaña a Las Villas que precisan ser conocidos. Por todo esto, aposté por llevarlo a una historieta. Precisamente, hasta el próximo 8 de febrero se exhibe en la sede de la Vitrina de Valonia, en La Habana, una muestra de los originales de Descamisados, así como alegorías a los 60 años de la Revolución cubana y otras con elementos históricos de Latinoamérica”.
¿En qué fase está la propuesta del original de Enrique Acevedo?
Por mi intensa agenda se ha demorado más de lo previsto. Pero con este viaje tengo como propósito culminarlo y negociar todo lo referido al proceso de publicación.
¿Por qué nuestra Revolución y sus líderes son blanco de sus historietas?
El propio carácter socialista ha provocado que muchas personas le han querido manipular sus conceptos; sin embargo, luego de que conocí a Cuba me convencí de que hay que vivir sus interioridades. La Revolución cubana es un ícono de la historia latinoamericana, un verdadero referente para proyectos de liberación en el combate de las ideas desde la educación.
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