Lo reconoció de golpe a pesar del pelo de menos y encanecido, a pesar del nasobuco que en la foto le dejaba ver únicamente los ojos y ya no eran los mismos ojos espantados y llorosos del hombre que conocería aquel día en Honduras para trasladarlo a Cuba.
En casi 20 años jamás han vuelto a verse. Pero Alejo de Armas Águila, quien fuera entonces capitán piloto aviador —y hoy jubilado de la Aviación Civil de Cuba—, no olvidó al doctor Redelio Rendón Fernández ni al vuelo azaroso que pilotó hasta que lo trajo a salvo a Cuba, luego del accidente que sufriera el pediatra espirituano mientras cumplía misión en Honduras.
A Redelio lo reencontró en Escambray, donde el médico narró otro pasaje de salvación: ser negativo a la COVID-19 tras haber atendido a un paciente de 18 años positivo a la enfermedad. Era el mismo doctor de antes. No lo dudó Alejo, quien esta vez aterrizó en el Messenger de Redelio un testimonio estremecedor.
“Buenas tardes Dr.
Rendón, mis saludos desde México y hoy mi alegría es doble a pesar de la
terrible pandemia que enfrenta el mundo, por una parte siento mucho orgullo
como cubano por la excelente y humana labor que realiza nuestro querido
ejército de las batas blancas: médicos, personal de Enfermería y otras
especialidades, que tanto en Cuba como en el mundo cumplen el mandato divino de
salvar vidas; por otra parte, por la labor personal que Ud. realiza como médico
y como espirituano, ciudad de la que guardo muchas emociones pues allí creé mi
familia.
Me llamo Alejo de Armas Aguila, soy capitán piloto aviador,
jubilado de la Aviación Civil de Cuba, específicamente de la compañía Cubana
Aerocaribbean que ya hoy no existe.
En septiembre del 2003 le fue asignada a mi
tripulación la difícil tarea de trasladar desde Honduras hacia La Habana a un
médico cubano que había tenido un accidente en el cumplimiento de su misión
como médico en ese país y había resultado gravemente herido.
En el momento yo era capitán de ATR y fui con mi
tripulación a cumplir la tarea. Dejo para los más jóvenes nombrar la
tripulación completa por temor a un imperdonable olvido involuntario.
Llegamos a Honduras y nos comunicó un médico de la
Misión Cubana que aún demoraban un poco en llegar al Aeropuerto pues el camino
estaba muy malo y Ud. venía en muy mal estado.
Efectivamente, después de larga espera llegaron, me
acerqué al vehículo en que lo trajeron y pude hablar con usted, alguien me
había dicho que era médico de Sancti Spíritus y como yo había vivido 20 años
allí me sentía orgullosamente espirituano, lo saludé y me dijo que le dolía
todo, que por poco se jode en el accidente, solo atiné a decirle: Médico, vamos
a llegar a Cuba a como sea, y me dijo Ud: “Si llego a Cuba me escapé de esta”.
Lo trasladaron al avión en una camilla y lo
acomodamos casi por el centro del piso del avión. Su traslado implicaba un gran
riesgo para su vida pues el ATR en que fuimos a buscarlo no estaba preparado
como ambulancia aérea, el tiempo algo lluvioso y con turbulencias que hicieron
su viaje más tenso aún para nosotros y más doloroso para Ud, pero lo único que
pedía era llegar a Cuba.
Felizmente llegamos bien y ya lo esperaban los
servicios médicos especializados cubanos en el Aeropuerto para trasladarlo de
inmediato a un hospital. Uno de los médicos que lo acompañaban nos dio las
gracias y una vez más como piloto me sentí orgulloso de mi profesión, en
nuestro ATR y con mi tripulación lo habíamos trasladado de Honduras a Cuba y se
había contribuido a que regresara a la vida.
Así mismo se sintió la tripulación.
Esa noche este vuelo fue motivo de una reflexión en
mi casa con mi esposa Norma y mis hijos Michel y Hardy, les conté muchos más
detalles de esta historia y finalmente nos abrazamos los 4, la vida siempre
sigue y únicamente acaba si lo permitimos.
Viviendo aún en Olivos I, en Sancti Spíritus, en
1980 nació mi segundo hijo Hardy, que hoy tiene 40 años. Nació y casi muere por
un megacolon agangliónico, donde primero le dieron vida acabado de nacer fue en
el Hospital Pediátrico de Sancti Spíritus, en el llamado Hospitalito, donde
tantos niños Ud. ha atendido. Parece que son los tiempos astrales de la vida o
los tiempos perfectos de Dios, mi hijo fue trasladado para el pediátrico de
Santa Clara, donde un selecto equipo de especialistas médicos encabezados por
el Dr. José Muñiz Escardantel le salvó milagrosamente la vida.
Más nunca había sabido de Ud, médico, pero guardé
de por vida la satisfacción de ese día de haberlo trasladado a la vida.
Le deseo de todo corazón muchos éxitos en su vida
profesional y ojalá un día nos veamos en nuestro querido y sin igual Sancti Spíritus
para brindar por la vida.
Un abrazo
Con certeza, vamos a vencer el virus”.
Emocionante reencuentro. Así de mágica es la vida. Muchas gracias al piloto, a su tripulación, a los médicos y a todos los que contribuyeron a salvar la vida del Dr Redelio. Él es un excelente profesional, amigo y una gran persona. No se si es mucho pedir, pero vale la pena hacer un trabajo para la TV. Cuando toda esta pesadilla de la pandemia pase, esta será una de las cosas inolvidables: el reencuentro de héroes anónimos.
Soy Norma, la orgullosa esposa del Capitán Alejo y madre de Michel y Hardy,
Mi hijo Michel, Piloto Capitán Instructor de la Aviación Civil en la India como el dice espirituano de pies a cabeza, mi hijo Hardy Supervisor Representante de Tráfico Internacional de Aviación Civil,
Muchas emociones vividas junto a mi familia, que en ocasiones los despedía en la puerta de la casa a los tres de uniforme hasta esperar siempre su regreso.
Realmente la historia de un Piloto siempre es conmovedora, es mucho el peligro pero grandes las alegrías, en Sancti Spiritus iniciamos una historia profesional y familiar que le hemos dado vida en el tiempo hasta hoy, 46 años dedpues donde los recuerdos, los hijos, los nietos y los biznietos han ido llenando los espacios.
El traslado del Doctor Redelio Rendón fue muy difícil pero estimulante de por vida.
Me ha hecho muy feliz está historia que ha tenido un final ten bello casi 20 años después y ha despertado tantos sentimientos de solidaridad el trabajo publicado por la periodista de Escambray
De bellas e increíbles anécdotas está cargada la vida de los cubanos,
Gracias Sancti Spiritius.
Excelente historia. Cuanto me alegra saber de su familia. Soy isbel reina estudie con hardy toda la primaria en la Anexa Felix Varel. De verdad que me reconforta saber de el. Trasmitale un saludo.
Hermosa historia, que me ha conmocionado. Gracias Miriam por compartirla con nosotros. Gracias a los héroes… el piloto y el médico y gracias a la periodista por hacerla pública.
Estoy muy orgulloso de todos los involucrados en está linda historia. No sé si es coecidencia del destino, yo estudié en la primaria Félix Varela (Anexa) de SS. desde preescolar hasta 6to grado con su hijo Michel y desde aquel entonces perdimos la comunicación hasta hace unos meses que lo encontré por el Facebook y la verdad me dio mucha alegría volver a saber de ustedes y de que Michel también se había convertido en un gran piloto, siguiendo sus pasos.
Hermoso articulo,
Cada ser viene al mundo con su destino y su último día…
Como puedo comunicarme con la periodista.
Muy linda historia y como esa muchas más que se quedan en el anonimato pero quedan como un deber cumplido.
No puedo mas que sentir desbordante orgullo por ambos protagonistas de esta increíble historia: Del Doctor, por su perseverancia, entrega y profesionalidad, del piloto, por ser uno de los muchachos que absortos en la historia que con tanta satisfacción nos contó su protagonista, no hicieron más que sentir una indescriptible satisfacción de tenerlo como héroe, y como padre.
Soy Michel de Armas, Capitán Instructor de aeronaves ATR, hijo del Capitán Alejo de Armas, espirituano también con todo el amor del mundo.
De tantas y tantas histórias que a diario nos llevaba nuestro padre, sin dudas, esta fue una de esas que nos hizo ir a soñar con la más satisfecha de las sonrisas.
Saludos a Escambray, y a la hermosa tierra del Yayabo, desde Calcutta, West Bengal, India, donde seguimos llevando adelante la tradición de aviación de la familia, inspirada como entre tantas otras, en esta bella historia que jamás hemos borrado.
Esta es una bella historia de este piloto, que aun conserva la anoranza de ser espirituano y cubano a pesar de la distancia, pero ademas reconoce la valentia de los cubanos de salvar vidas en otros paises del mundo a cambio de nada, solo la satisfaccion de averles devuelto la vida.
Definitivamente una historia de vida, de esas para publicar una y otra vez, dos cubanos de una excelente talla.el piloto que con toda seguridad y certeza trajo al doctor de regreso a la isla de la vida…el tiempo y las paradojas del destino confabularon un reencuentro tan emocionante como este….no fue casualidad , las cosas pasan por que pasan….les garantizo que las casualidades no existen, yo conozco al doctor es mi amigo y vecino y también le salvo la vida a mi hija que con 7 meses de nacida y mas de una semana de fiebre de 40 ingresada en la sala de gastro un día en un cambio de la guardia y de recorrido por la sala , vio su pico febril y muy sabiamente y luego de acordarlo con los médicos directos a ella acertó en la aplicación de un antibiótico que en muy poco tiempo cambio la historia para bien de mi pequeña..,..por eso gracias ….cuidese mucho y regrese a vencer la muerte …al piloto también las gracias hace 17 años colaboro en salvar una vida que desde ese tiempo a salvado miles mas ….
Muy linda la historia que unió a dos grandes profesionales, salud y éxito para ese maravilloso doctor que es mi amigo además y ese gran piloto que un día salvó su vida.
Gracias por sus respetuosas y sentidas palabras, A Mi País y a Sancti Spiritus en particular agradezco la formación laboral y humana desde que era un inexperto muchacho de 17 años y ya volaba aviones. En Sancti Spiritus conocí a mi esposa Norma con la que felizmente me unen 46 años de matrimonio.Alli en el materno del Yayabo nacieron mis hijos Michel y Hardy, educados en esa tierra para enfrentar la vida junto a nosotros, allí estudiamos mi esposa y yo como Ingenieros en la Filial Universitaria, allí fuimos Vanguardias Nacionales del Trabajo, viajamos al mundo como premio y salimos al mundo a cumplir tareas,
Sentimos orgullosos por todo lo hecho y seguimos soñando por lo que vamos a hacer,
El corazón siempre regresa al embrujo del nido donde viven los recuerdos.
Un excelente reencuentro, Gracias a las tecnologias actuales,así somos los Cubanos, llenos de anécdotas y de orgullo por la Tierra que nos vio nacer, y después del Deber Cumplido.Salud y Éxitos para los dos amigos.Desde la tierra jatiboniquense.
Que bella historia me a conmovido