Al iniciar su intervención en la Mesa Redonda, Meisi Bolaños Weiss, ministra de Finanzas y Precios, recordó que incrementar y diversificar la producción de alimentos destinados fundamentalmente a la población, así como disminuir las importaciones a partir de ir aumentando la soberanía alimentaria, es una de las prioridades definidas dentro de la estrategia socioeconómica del país.
El propósito, continúo, es cubrir en todas las épocas del año la producción de alimentos per cápita, tanto en viandas, hortalizas, y también en productos agropecuarios y en los procesados por la industria.
Hizo referencia al tema de los precios de los productos agropecuarios, que pasa por fijar el precio de compra al productor (campesino, usufructuario de tierras, cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios), en función del resultado de su producción.
Explicó que esas producciones acopiadas tienen varios destinos: venta minorista a la población, consumo social (hospitales, escuelas, centros deportivos, sistemas de atención a la familia y comedores obreros), la industria y el turismo.
“En el ordenamiento monetario esto toma una mayor relevancia, porque como explicaba Murillo Jorge, en las diferentes esferas y sectores tenemos puntos de partida, y en el punto de partida donde se hicieron los análisis para ver entonces cómo formar los precios en la Tarea Ordenamiento e incluso las facultades para determinar precios, teníamos que tener en cuenta también de que teníamos ya precios de acopio establecidos con un nivel de centralización importante en el acopio de esas producciones.
“En los últimos 10 años, aproximadamente, se fueron actualizando e incrementando precios de compra a los productores para incentivar las producciones, y también se produce en un momento determinado una actualización y un incremento de los insumos agropecuarios que requieren estos productores y se vuelve a producir una actualización de esos precios de acopio y donde los precios se fueron quedando, aún cuando en determinadas producciones se fueron dando incrementos de los costos”.
¿Cuáles son los principios para formar los precios?
La ministra comentó que se dispusieron y aprobaron principios para formar precios de compra o precios de acopio.
En primer lugar, con el objetivo de que el productor reciba las señales del mercado, sobre todo en aquellos productos en los cuales se prioriza la sustitución de importaciones y el incremento de las exportaciones, como tabaco, caña de azúcar, miel de abeja, leche, arroz, frijoles y maíz para alimento animal.
“De manera de que los precios de acopio que se diseñen, estén cercanos, dígase solo por las diferencias de calidad, a esos precios de referencia del mercado internacional”.
Igualmente, comentó, se reconoció en los costos el efecto de la devaluación, “pero una devaluación donde hay un nivel de consumo de servicios que, como hemos explicado en otras ocasiones, responde a servicios transversales, con niveles de crecimiento que por supuesto no son igual al valor de la devaluación.
“Estamos hablando de las tarifas eléctricas, que es uno de los temas que hoy saltan como mayor preocupación entre los productores”, reconoció la ministra y acotó que el mayor componente de estas tarifas es el combustible, uno de los temas —anunció— que se explicará en otra ocasión, pues a partir de las preocupaciones se está evaluando.
A su vez, hay un gasto de combustibles, otro por la fuerza de trabajo y aquellos asociados a insumos para las producciones, cuya disponibilidad se ha ido ubicando en la actualización del precio y que se tiene en cuenta para las importaciones.
“Cuando se importa y se pone como parte del llamado paquete tecnológico para esa producción, estamos hablando de una importación que es un dólar por 24 pesos. Que si utilizamos ese insumo nacional, los costos son menores”.
La ministra de Finanzas y Precios argumentó que otro de los principios que se siguió es que, como norma, no se subsidian estas producciones, salvo aquellas que tienen un impacto importante, dígase en el desarrollo de la economía, como es la sustitución de importaciones (por ejemplo el arroz y el maíz para el consumo animal), o en el consumo de la población.
Otro principio es que se mantiene la masa de utilidad que por esas producciones se venían obteniendo. “Porque si usted incrementa el costo, ante determinado rendimiento y no tiene mayores producciones por esa misma hectárea, pues la rentabilidad sobre su cosecha disminuye y entonces en aras de seguir estimulando el sector y de reconocer la importancia que tiene lograr los niveles de producción que nos planteamos, en un sector que tiene el compromiso tan importante de producir los alimentos de toda la población, se aprobó el principio de mantener la masa de utilidad”.
Por ejemplo, “cuando se diseñó la formación de precios de una tonelada de arroz sobre un rendimiento de cuatro toneladas por hectáreas de cáscara húmeda, se respeta la utilidad obtenida desde el precio anterior de 1 354 pesos la tonelada. Estaríamos hablando del doble, si nos referimos al arroz consumo, porque una tonelada de arroz consumo es dos veces una tonelada de arroz cáscara húmedo”.
La ministra hizo referencia al principio que tiene que ver con la necesidad de avanzar hacia la descentralización de los precios de acopio y de los de la cadena de comercialización de los productos agropecuarios, dejando solo aquellos de mayor relevancia.
En función de eso, señaló, se aprobó y reguló 30 precios de acopio centralizados, 15 a través del acuerdo del Consejo de Ministros (seis corresponden a diferentes surtidos de tabaco) y otros 15 por el Ministerio de Finanzas y Precios.
“En todos estos productos que tienen precios de acopio, tanto los centralizados como los descentralizados, se produce un incremento de los precios de acopio por el efecto del incremento de los costos y por el principio de mantener la misma masa de utilidades. Hay productos que crecen 1,9 veces, otros más de tres veces, como por ejemplo la papa, que a partir del crecimiento de sus producciones y también por el incremento de los costos, es el único producto donde la masa de utilidad del precio de acopio anterior, con respecto al que se ha dispuesto, se incrementa: ante estaba alrededor de 254 pesos la tonelada y crece a poco más de 400 pesos”.
Según el criterio de las formas productivas, ese respeto de la masa de utilidad conlleva a menos rentabilidad, sobre lo cual la ministra explicó que habrá que transformar esa rentabilidad para incrementarla. “Por ejemplo, estábamos hablando antes de producciones que tenían más del 50% de rentabilidad, pues había un interés también de estimular la producción, y que a veces no en todos los casos tuvimos el resultado que quisimos en términos de incrementos, pero esos precios también se respetaron, como los del frijol y el arroz”.
La justa balanza
En cuanto a los precios descentralizados, la titular del MFP reafirmó que las empresas de acopio o las agropecuarias y los gobiernos locales tienen la facultad de concertar los precios con las formas productivas, respetando en líneas generales los principios aprobados.
“No todo lo podemos dejar centralizado, porque no siempre se produce bajo las mismas condiciones, ni territorialmente se tienen los mismos costos para iguales producciones, porque incluye a los efectos del que compra la producción, sus gastos de transportación y otros asociados al mantenimiento de los mercados.
“No es igual producir malanga en el oriente del país, que producir malanga o papa en Mayabeque y Artemisa. Hay también condiciones climatológicas, determinada experiencia e incluso calidad de tierra para garantizar esas producciones. Entonces, no podemos pretender mantener la centralización, lo cual también es un pedido de las formas productivas”, abundó.
Este paso, valoró, generará mayor responsabilidad en las empresas acopiadoras y agropecuarias y en los gobiernos municipales, pues “según el precio que se concerte, será entonces el precio minorista”.
Insistió en la importancia de controlar esos precios y comentó que se decidió mantener un subsidio temporal a cuatro producciones: arroz, maíz para el alimento animal, tomate con destino a la industria y el café robusta.
Bolaños Weiss recalcó en su intervención que “es importante que los productores no solo saquen las cuentas del incremento de los costos, de cuál será la utilidad, de cuánto podrían mejorar en sus rendimientos, reconociendo las limitaciones de disponibilidad de insumos que se utilizaba hace un año y medio atrás, sino que se den cuenta del impacto que hay en la carga tributaria”.
Se aprobó que los productores paguen menos impuestos
Como parte de la Tarea Ordenamiento se aprobó que los productores paguen menos impuestos, lo cual tributa a mayor utilidad, “si somos más eficientes y buscamos mayor rentabilidad en el producto”.
Se refirió al impacto en los productores individuales agropecuarios, como las cooperativas, del cálculo de la utilidad per cápita (utilidad por socio de la cooperativa). Por ejemplo, de 10 000 pesos que no estaban grabados, pasan a 39 120 pesos.
“Se está dejando al productor agropecuario un nivel considerable de 3 260 pesos mensuales para que pueda enfrentar el costo de la vida, pero esta utilidad o desgravamiento se verá más o menos en la medida que generemos producciones, porque el Estado lo que está haciendo es no imponer el impuesto sobre esa cantidad de dinero, pero hay que generar el ingreso y este se genera produciendo”.
Prácticamente, dijo, se está dejando como libre del pago de impuestos un poco más de dos canastas básicas de referencia de 1 528 pesos.
Otra medida que impacta en el ingreso de los productores individuales es el descuento del 100% de los gastos (antes era el 70%) en el que tiene que incurrir para lograr sus producciones y la obligación de justificar solo el 80%.
“Cuando nosotros revisamos un poco la ficha de costo para estos precios, decíamos que algunos como el combustible, la electricidad y el pago de la tarifa del agua se pueden justificar porque hay comprobantes, así también la entrega de los insumos, tantos nacionales como los que entregados por las empresas agropecuarias. Igual la nómina de los trabajadores que contrata. Por tanto, tendrá condiciones para poder justificar esos gastos”.
La ministra comentó que también desaparece la escala progresiva en el impuesto. Al final del año, sólo se aplica el 5% sobre el ingreso resultante después de descontados esos gastos.
Elevado precio de la brillantina para anciana encamada subsidiada por el Estado.
Le hago llegar desde Trinidad la preocupación sobre el Elevado precio de la brillantina para anciana encamada subsidiada por el Estado, mí madre, aquejada desde hace unos años por varias dolencias con 86 años y fractura de cadera sin operar.
Luego de haber consultado esta situación con la dirección municipal de comercio, se respondió que era cierto que 20 litros que se dan trimestre subieron de 1.60 pesos cubanos a 280.00 pesos cubanos actualmente con la nueva política de precios.
Y me preguntó? No se oriento que se mantendrian los mismos precios en especial para enfermos crónicos y encamados?. Si no es asi, y debían crecer esos precios hasta 5 veces porque este creció 200 veces y además en estos tipos de enfermos?
Este producto, para este tipo de enfermo, es un muy necesario por su uso para hervir y desinfectar ropa de forma constante, por lo que considero que está situación debe ser revisada, considerando ademas que por ello no solo está afectada ella sino cientos de personas en igual situación, muchas de ellas con bajo nivel adquisitivo por ser personas atendidas por la seguridad social, remuneración en la cual sobresale este exhorvitante precio dentro de su contexto económico.
Quisiera saber cómo está concebido el plan o la idea de estimular la producción de alimentos cuando ahora producir cuesta más caro. En términos económicos reales han sacado un promedio o estimado del costo; por ejemplo de un quintal de frijoles o de un litro de leche? En mi modesta opinión creo que el estímulo a la producción de alimentos no va por ese camino. Lejos de estar estimulado el campesino, ahora está presionado por los altos costos y más que todo desestimulado. Ojalá y me equivoque y la realidad demuestre todo lo contrario.