A Frederich Cepeda Cruz llegué para solicitarle una entrevista a propósito de la cercanía de varias marcas importantes en su carrera, pero me recibió con cierta resistencia. Está en su derecho y lo entendí. Mas, amable y caballeroso como es, al final accedió al diálogo y me explicó su negativa inicial, aunque lo intuí en medio del maremoto provocado por las sanciones más recientes en la Serie Nacional de Béisbol, cuyas olas llegaron al parecer hasta la conferencia de prensa semanal con la Comisión Nacional.
Y es que las recias sanciones a los peloteros Alexis Varona Núñez, de Sancti Spíritus, y Andrés Hernández Díaz, de Industriales, de separarlos por cinco encuentros, luego reducidos a tres porque, según la Comisión Nacional, “violaron lo establecido en torno a las relaciones con medios no reconocidos por las autoridades del evento”, parecen picar y extenderse más allá del Reglamento que las ampara.
“Tengo mucha preocupación sobre eso —alega Cepeda—, incluso allá en Granma no le di una entrevista a un señor que siempre está con la televisión. El año pasado concedí entrevistas, como hago siempre con todas las personas que me las piden. Pero, ¿qué pasa? En el mundo que estamos viviendo hoy se cogen entrevistas de diferentes lugares, hay periodistas que escriben para un periódico o un medio cubano y mañana ya no lo hacen o lo hacen para dos medios; ese no es asunto mío, cada cual hace de su vida lo que quiere, son personas que además de ser periodistas han creado una amistad con uno como figura pública. Aliet Arzola, por ejemplo, es mi amigo y hoy está en otro medio, pero lo conocí en Granma, igual que Michel Contreras, lo conocí en Cubadebate y hoy escribe para Cibercuba”.
Y me explica: “A uno se le crea una incertidumbre y dices: ¿si digo esto y no digo lo otro, y si esta persona es o no es?, yo nunca lo voy a saber. En el Reglamento habla de los medios oficiales, pero tú misma, Elsa, estás hoy aquí y mañana con otro nombre puedes escribir para otra página y es la misma entrevista que te di, y en lo que todo se aclara, estoy en un problema, u otros atletas lo están, como les ha pasado”.
Concuerdo y me preocupo, tanto como él, a pesar de que represento a un medio acreditado para la Serie Nacional y que, hasta ahora, el Reglamento no restringe. En pleno siglo XXI, donde las tecnologías e Internet imponen nuevos modos de comunicación y relaciones entre los seres humanos, suena desfasada una sanción a peloteros por relacionarse con medios “no acreditados”.
Lo que provocó la sanción fue solo un video promocional de 5 segundos por parte del capitalino Andrés Hernández Díaz, porque la página de Facebook Por la Goma llegó a cierta cantidad de seguidores, y un intercambio de mensajes del capitalino-espirituano Alexis Varona Núñez, quien por cierto no había ni puesto bien los pies en el terreno por aquella dilación de su limbo migratorio y el no tener Carné de Identidad que le impedía jugar, una trama burocrática que no sé si generó alguna sanción, aunque la llevaba.
Para mí, que no creo que el tamaño de la falta justifique sanción alguna, lo de menos es si fueron cinco o tres los juegos suspendidos. Defiendo que al béisbol cubano le hacía falta un reglamento y a la serie, también; como tienen todos los eventos o incluso procesos sociales en cualquier parte del mundo, hasta las Grandes Ligas o las ligas de fútbol, pues lo contrario sería una anarquía. Concuerdo en que la disciplina en la pelota debió dar varias vueltas de rosca en momentos en que el principal espectáculo sociocultural del país casi se ahoga en riñas tumultuarias, agresiones, heridos y hasta tierra tirada a los ojos de los árbitros.
Pero hay que cuidar los extremos. El béisbol es pasión de los cubanos, de todos los cubanos, y nada de lo que ocurra dentro de él les es ajeno a quienes lo siguen, casi siempre de la mano de la polémica que, incluso, le da vida. ¿Qué tendría que esconder un espectáculo tan público como la pelota y que pueda publicarse, como ha sucedido, por medios acreditados u oficiales, como nos dicen, y otros que no lo son?
La pelota, fenómeno público como pocos, tiene que aprender a convivir con los cánones de la comunicación y la información del siglo XXI. Tiene que aprender a que el discurso no es lo que se dice, sino lo que se siente. Nada ganamos con fabricar arengas simuladoras y hasta patrioteras que luego se “desmerengan” cuando uno de sus oradores que jura y perjura lealtad a su deporte se suma al éxodo y el daño es irreparable.
Y en este punto vuelvo al diálogo de Frederich Cepeda, un hombre que ha estado en más de un fuego mediático cruzado, y ha sobrevivido con el bate y la dignidad en la mano: “Como seres humanos tenemos que saber defendernos y defender lo que defendemos, que es lo principal. He estado en Clásicos, Olimpiadas, y en una conferencia de prensa están todos los medios y te hacen preguntas mucho más agresivas de lo que ha sucedido ahora y uno las tiene que responder con su criterio, al menos yo siempre lo he hecho. Ahora mismo con lo de las marcas, ya muchos, que son mis amigos, me han pedido entrevistas, siempre les he puesto los puntos sobre las íes: sobre mi carrera, lo que quieras preguntar, y siempre he puesto por encima de todo dónde me he hecho pelotero y ser humano, que es en mi país, pero no estoy de acuerdo con eso de que no pueda tener libertad de hablar con una persona sin poder defenderme porque tengo cultura para hacerlo. Soy figura pública y cuando se acabe la Serie Nacional, ¿qué hago? ¿Me escondo en mi casa? Simplemente le puedo decir sí o no a ellos, pero puedo decirte sí o no, a ti también, Elsa”.
De sucederme, lo acataré. La prensa también tiene sus reglas y su Código de Ética. Debe respeto a las regulaciones y a una ley mayor que se llama objetividad y veracidad. Pero es la polea que conecta a ese público con sus ídolos y sus vidas, sus verdes y sus maduras. No puede crearse esta especie de coacción o cortina de humo que coarte lo más puro del béisbol y que, me consta, hace mella en las relaciones de la prensa con sus fuentes, medios resistentes ante el miedo de ser sancionados, como explicó Cepeda.
En un país donde la suerte de la nación, una misión más grande que nosotros mismos, se somete a debate popular a cada rato, ya sea por una Constitución, por sus Lineamientos, por su Código de las Familias y hasta por una consulta popular de la propia pelota, los reglamentos no pueden ser actos formales.
Según trascendidos de la conferencia de prensa, publicados por el sitio Cubadebate, se mantiene la opción de continuar los procesos de acreditación de algunos medios no oficiales que defienden el béisbol cubano y su Serie Nacional, y se siguen recogiendo criterios a fin de perfeccionar ese reglamento para la próxima temporada.
Al menos parece que la mesa de diálogo no está cerrada, aunque ya las sanciones fueron ejecutadas. Ninguna prohibición va a impedir que quienes denigran al béisbol cubano sigan viendo solo sus manchas. En todo caso, la pelota nuestra, que aun en medio de tantos ataques y desmanes logra que los estadios ebullan por el regreso de su público, tiene que saber que su mejor arma es su propia esencia, que la hace correr por la sangre de quienes la aman, sea como sea y esté como esté.
Esta clarísimo, pero más claro aún es que el año pasado haya hecho un comentario sin ofender a nadie y Escambray lo censurara, así que empezamos por casa
miedo a perder la zona de confor,, de todos de acuerdo a sus responsabilidades
hasta el presidente del inder,, que digo, cuando lo digo, con quien lo digo,,,en muchas esferas es de esta forma
en cuba
Todo aparato burocratico es, en esencia, contrarrevolucionario, por su apego a la inmovilidad y su actitud contraria a todo cambio. Y la burocracia del INDER es una de las mas, si no la mas, contrarrevolucionarias que hay hoy en Cuba. A lo mejor es porque esta mas en forma…
¿Por qué tanto miedo al pensamiento y la palabra? ¿Por qué imponer una sola forma de pensamiento cuando todos somos diferentes? Pero la imposición es por esencia oportunista y cuando se generan las mínimas condiciones que crean una brecha en ese control excesivo que hay que tener para mantener o impuesto, este se derrumba ante ese afán indomable de la realidad que siempre busca de su verdadero rumbo. Las camisas de fuerzas, también se rompen.
» Hay dos cosas infinitas el universo y la estupidez del hombre y de lo primero no estoy seguro»
Albert Einstein.
Saben? Estoy de acuerdo con el forista Luis el primero en escribir. Se empieza por la casa, este periodico sensura mucho, todos los comentarios tienen que ser a gusto de la idea escrita. No se si con Elsa pase algún que otro pensamiento útil he inútil para el periodico. Pero me he mudado para Cubadebate ahí los foristas si riran duro. Y sin muedo a la censura. Lo de Eriel tiene razón en parte a mi entender, tiene que cuidar su puesto, con la siempre idea que todo es politizado desde dentro y criticado fuera. Palante campeón que ya estás en la lista de los grandes de la pelota Cubana. Buen comentario Elsa que también tienes tu medalla en la prensa espirituana, eres el látigo de lo mal hecho suerte y saludos. Yo sigo en Cubadebate..