26 de julio de 1986
Distinguidos invitados;
Espirituanos;
Compatriotas todos:
Siguiendo la tradición de los últimos años, se asigna el acto conmemorativo del aniversario del Moncada a una provincia determinada en consideración a su trabajo y a sus méritos. En esta ocasión, correspondió a la provincia de Sancti Spíritus.
Es tradición también que un día como este se dedique una parte importante del tiempo a analizar el desarrollo revolucionario, económico y social de la provincia premiada.
Para la inmensa mayoría de los aquí presentes, muchos datos y hechos son conocidos; para los invitados extranjeros no ocurre exactamente igual.
Sancti Spíritus es una de las nuevas provincias creadas con la última División Político-Administrativa del país, establecida en 1976.
La superficie de esta provincia asciende a 6 744 kilómetros cuadrados, con una población aproximadamente —porque todos los días nacen niños y niñas— de 414 000 habitantes. Le corresponde alrededor del 6% del territorio nacional y aproximadamente del 4% de la población del país.
Si se toma en cuenta que más de la mitad de la población de esta provincia nació después del triunfo de la Revolución y que aquí hay muchos jóvenes, y, entre ellos, entusiastas estudiantes, no siempre tan entusiastas en el estudio, pero siempre entusiastas en las conmemoraciones revolucionarias y, en general, muy entusiastas, es bueno recordar, aunque parezca innecesario, cómo era la situación en este territorio antes de la Revolución, que sí conocen aquellos que tenían ya uso de razón —como se dice— antes del primero de enero de 1959. Yo, por lo pronto, puedo asegurar que este Sancti Spíritus, esta ciudad, no se parece en nada a aquella que visitamos, precisamente, el 6 de enero de aquel año donde, por cierto, les decíamos a los espirituanos que había llegado el momento de la verdadera Revolución.
El territorio que hoy ocupa esta provincia era uno de los más pobres y atrasados del país, cuya economía estaba fundamentalmente basada en la agricultura, una agricultura bastante atrasada y con un buen número de terratenientes ocupando la inmensa mayoría de las tierras agrícolas de la provincia.
En estos años de Revolución, el país ha invertido en la provincia de Sancti Spíritus, para su desarrollo económico y social, casi 2 000 millones de pesos. La agricultura que era casi totalmente manual se ha mecanizado considerablemente en estos años, de apenas unas decenas de tractores de gomas y de esteras, hoy esta provincia cuenta con no menos de 4 000 tractores de goma y alrededor de 400 tractores de estera. No tienen comparación las técnicas que se usaban en la cosecha de la caña, en la cosecha del arroz, todo manual anteriormente, en la preparación de las tierras, en el riego de fertilizante, de herbicidas, pesticidas, etcétera, con lo que se realiza en la actualidad.
Teniendo esta provincia un potencial de tierras ricas, una de las tareas realizadas por la Revolución fue la construcción de un número de presas, cinco en total, entre ellas, la mayor del país, con capacidad de más de 1 000 millones de metros cúbicos de agua, que es la presa del Zaza, y 78 presas pequeñas o micropresas, como les llamamos nosotros. Se multiplicó muchas veces la superficie de riego, alcanzando un total de aproximadamente 40 000 hectáreas de tierra.
En el sur de la provincia, se desarrolló una de las más grandes y productivas arroceras del país; 280 lecherías de distintos tipos fueron construidas en estos años, y cientos de instalaciones adicionales para la ganadería vacuna, decenas de centros de producción avícola y porcina; las plantaciones de caña fueron renovadas, ampliadas, y nuevas variedades introducidas.
Pero no se hizo un esfuerzo solo en el área agrícola, el sector industrial adquirió un importante impulso, hasta llegar a convertirse en la principal fuente de producción de la provincia.
El central Uruguay, de 300 000 arrobas se amplió hasta una capacidad de un millón, y continúa ampliándose hasta alcanzar 1 400 000 arrobas diarias para convertirse así en uno de los mayores del país. Fue ampliado y modernizado el central FENETA; fue renovada la maquinaria y modernizados los centrales azucareros de la provincia. Se modernizaron igualmente las transportaciones por ferrocarril en los centrales azucareros; se construyeron 25 centros de acopio; se introdujeron cientos de combinadas de caña, que permitieron elevar la mecanización de la cosecha hasta 65% aproximadamente. Baste decir que el número de macheteros en esta provincia se redujo de aproximadamente 20 000 a 3 800, como resultado de la mecanización del corte, del alza mecanizada allí donde no podían entrar las combinadas, de los centros de acopios que elevaron la productividad del trabajo, contribuyendo estas medidas a humanizar uno de los más duros trabajos que se realizaban en la provincia.
La industria de las construcciones se desarrolló, una importante fábrica de cemento fue construida desde los primeros años de la Revolución, con una capacidad de 670 000 toneladas de producción anual, que equivalía a dos tercios del total de la capacidad de producción de cemento que existía entonces en el país; se instalaron dos molinos de áridos; cuatro lavadoras de arena, dos plantas de prefabricado de viviendas Gran Panel 4, dos plantas de prefabricado general, tres plantas de mezcla asfáltica caliente, fábricas de bloques y otras instalaciones.
Para la industria alimenticia, se construyeron dos nuevos y modernos molinos de arroz, ocho secaderos, el combinado alimenticio de Río Zaza, el combinado cárnico de Sancti Spíritus, una fábrica moderna en Trinidad, que produce caramelos para la exportación; fábricas de refrescos y otras, se inició la producción de proteína a partir de la melaza.
Una de las industrias más importantes fue la construcción, en años recientes, con un costo de más de 240 millones de pesos, del combinado de papeles blancos «Panchito Gómez Toro», en Jatibonico, que ha venido a ser en la actualidad la más moderna y la de mayor capacidad de producción de pulpa para papel y de papel del país, lo que permitirá satisfacer importantes necesidades nacionales y brindar determinados excedentes para la exportación.
Las líneas de tendido eléctrico de 110 000 kilowatts se triplicaron, las de 33 000 kilowatts se quintuplicaron. Y no solo eso, sino que ya se comenzó la construcción de lo que será, tal vez, la más grande instalación industrial de esta provincia, y única en el país: la hidroacumuladora de Fomento, en el Escambray, cuyo costo se calcula en 400 millones de pesos, y que será complemento de la electronuclear de Cienfuegos.
Ya en una ocasión —recuerdo, en el 26 de Julio que conmemoramos en aquella provincia—, trataba de explicar lo que era la hidroacumuladora. Sé que muchos lo saben; sé que otros escuchan la palabra, pero no conocen bien su contenido. La hidroacumuladora es una cosa realmente interesante: una instalación hidráulica que en determinadas horas del día consume electricidad, y en determinadas horas del día genera electricidad.
Tenemos en cuenta que la planta electronuclear de Cienfuegos tendrá cuatro reactores de más de 400 000 kilowatts cada uno, planta de tecnología soviética que se construye con esmerada calidad y con altísimos índices de seguridad; podemos afirmar que esa planta electronuclear será más segura que cualquiera de las plantas electronucleares que se han construido en Estados Unidos (APLAUSOS), con mayor número de ingenieros y de obreros calificados que ninguna planta electronuclear en Estados Unidos, y con una tecnología segura, comprobada a nivel internacional.
Esto tuve oportunidad de expresárselo en una carta a un legislador norteamericano de la Florida, que con mucho respeto, por cierto, sin la prepotencia a que nos tienen acostumbrados algunos de estos señores, escribía como vecino interesándose por la seguridad de esa planta. En el mismo espíritu de respeto con que él escribió le contesté, explicándole ampliamente las cuestiones de seguridad y de garantía relacionadas con nuestra planta. Quizás en cualquier momento sea conveniente darle publicidad a esa carta. No sé qué él ha hecho con la carta, espero que la haya recibido, hace varias semanas que se la envié.
En esa carta le dije que, como vecinos que son de nosotros, estábamos en disposición de brindarle esa información; pero que esperábamos también que, como vecinos que somos de ellos nos brinden información de las seguridades y garantías que ofrecen las plantas electronucleares de Estados Unidos (APLAUSOS).
Hablo de esto porque viene al caso, ya que estamos refiriéndonos a la hidroacumuladora, y ya que, a raíz del accidente de Chernobil en la URSS, algunos trataron de utilizar esta cuestión y empezaron a agitar el tema relacionado con la construcción de la electronuclear cubana de Cienfuegos, que —repito— se está construyendo con todas las garantías, y es una tecnología absolutamente segura. Pero, sobre todo, va a tener un personal de un nivel científico y técnico extraordinariamente alto, que venimos preparando desde hace años.
Pero bien, estos reactores trabajan todo el año, no son como una planta termoeléctrica, que a determinada hora del día se enciende y a determinada hora del día se apaga, en dependencia de la demanda eléctrica. Estos cuatro reactores estarán trabajando constantemente, excepto en aquellos períodos en que se detenga un reactor para mantenimiento, cada año. Es decir, tienen un período en que funcionan tres y otro está en mantenimiento; pero, en general, estarán los cuatro trabajando todo el año.
Como ustedes saben, el consumo de la electricidad no es igual a lo largo del día, incluso no es igual a lo largo del año. Cuando llega esta hora, empezamos a gastar más electricidad; es la llamada hora pico en que se encienden todos los bombillos, todos los televisores, muchas veces las planchas, los ventiladores, objetos electrodomésticos en general, que se encienden casi todos al mismo tiempo, y en ese momento la demanda eléctrica es enorme. Ya en horas de la madrugada baja la demanda, es mucho menos. Por el día es menor que en esa hora pico, que fluctúa entre las 7:00 y las 10:00 de la noche, según la época del año. El país necesita tener instalaciones suficientes para esas horas pico, no para un promedio, sino para el momento de la máxima demanda.
Ahora bien, como esos cuatro reactores tendrán una producción muy alta de electricidad, aunque se trasmita hacia occidente, hacia el centro y hacia el oriente del país, en determinado momento sobra la electricidad, cuando ya estén tres o cuatro reactores funcionando, y en ese momento hay que gastar la electricidad excedente.
Naturalmente, si el país tiene desarrolladas instalaciones de producción, por ejemplo, de aceros especiales, a esas horas de la madrugada puede emplear esa electricidad en esas producciones.
Claro, no siempre coincide la disponibilidad de electricidad con la demanda. ¿Qué se hace entonces con esa electricidad que sobra?
La hidroacumuladora, que es una presa que tiene equipos para bombear el agua hacia arriba, y que tiene generadores para producir electricidad, como, por ejemplo, la hidroeléctrica de Hanabanilla; cuando sobra electricidad, la hidroacumuladora bombea el agua hacia arriba, y cuando falta la electricidad en esa hora pico, la hidroacumuladora deja caer el agua y genera electricidad.
De modo que si los cuatro reactores en conjunto pueden tener una capacidad de 1 460 000 kilowatts, en la hora pico estarían produciendo los cuatro reactores más la hidroacumuladora, que acumuló agua y en ese momento también produce electricidad; o sea, en un momento del día pueden estar produciendo alrededor de 2 millones de kilowatts, entre los cuatro reactores y la hidroacumuladora.
Yo no soy ingeniero, me excusan si mi explicación no es perfecta, pero espero que los espirituanos comprendan bien que esa hidroacumuladora sirve para la hora pico, y para producir cientos de miles de kilowatt/hora en ese momento, y le ahorrará al país también cientos de miles de toneladas de petróleo cada año, le ahorrará al país necesidades adicionales de termoeléctricas. Cuando todo eso esté funcionando, las termoeléctricas de menos eficiencia se pararán; se encenderán únicamente en el momento pico, cuando se necesite; funcionará fundamentalmente la central electronuclear, funcionarán las centrales termoeléctricas más eficientes y permitirán también ahorrar mucho combustible.
Esto se comprende mejor si les digo, por ejemplo, que hay todavía algunas plantas en la capital del país que consumen 400 gramos de petróleo, es decir, casi medio kilogramo de petróleo por kilowatt. En cambio, tenemos algunas termoeléctricas más modernas que consumen 220, 230 gramos por kilowatt es decir, menos de un cuarto de kilogramo de petróleo para producir un kilowatt de electricidad.
Me parece que no es necesario explicarles a los espirituanos la importancia que tiene la electricidad para el desarrollo del país. Sabemos que no se mueve nada, ni un hospital ni sus equipos, ni una escuela, ni un frigorífico, ni una fábrica; que no se mueve nada en un hogar sin la electricidad, y que no hay desarrollo posible sin electricidad.
Es por ello que el mundo tiene que buscar nuevas fuentes de energía, puesto que el petróleo no alcanza, se agota, y la tendencia del precio —cualesquiera que sean las fluctuaciones y las caídas, como en el actual precio— es al incremento. Se destruye así, se quema, pudiéramos decir, el importantísimo recurso natural, aprovechando solo un por ciento pequeño de la energía, porque la energía contenida en una tonelada de petróleo, cuando pasa por una termoeléctrica se reduce a la tercera parte y la que llega ya al consumidor es menos del 30% de la energía contenida en el petróleo.
Es muy posible que algún día la humanidad se lamente de la forma en que ha derrochado ese noble recurso natural, que sirve para otros muchos usos, más lógicos y más racionales, que el de despilfarrarlo produciendo electricidad. Cuando los países tienen carbón, cuentan con otro recurso importante: Europa es rica en carbón, Estados Unidos, la URSS, hay un número de países ricos en carbón; nuestro país, desgraciadamente, no es rico en carbón. Hay países que tienen grandes ríos, que pueden represarlos para producir electricidad; nuestros ríos —como ustedes saben— son pequeños, de corto trayecto, y el uso más racional del agua es, precisamente, en la agricultura, en la producción de caña, en la producción de arroz, etcétera. En nuestro país no quedaban grandes bosques, habían sido arrasados. Por ello, para nuestro país, el uso de esta nueva fuente de energía, que es la energía nuclear, resulta esencial, puesto que no tenemos ninguna otra alternativa.
En los primeros años de la Revolución no se podía pensar en eso, porque solo teníamos una capacidad instalada de alrededor de 350 000 kilowatts, y uno solo de estos reactores tiene una capacidad mayor. No se construían reactores pequeños, ni se construyen; los reactores más pequeños que se construyen son, más o menos, de este nivel, de alrededor de 400 000 kilowatts. Si el país hubiera construido un reactor de esos; si hubiéramos estado, además, en condiciones económicas de instalarlo y hubiéramos estado en condiciones técnicas de manejarlo, el día en que se detuviera el reactor para su mantenimiento, se quedaba el país sin electricidad. Ahora sí es posible instalar uno, dos, tres o cuatro reactores, porque ya se ha multiplicado alrededor de 15 veces nuestra capacidad de producción de energía eléctrica. Todavía estamos construyendo algunas termoeléctricas, pero en el futuro solo podremos construir plantas electronucleares.
Esta sola planta electronuclear deberá ahorrar al país alrededor de 2 600 000 toneladas de combustible al año, ¡dos millones seiscientas mil toneladas! Si incluimos la hidroacumuladora, pienso que en conjunto ahorrarán al año más de 3 millones de toneladas de petróleo. ¿Qué son 3 millones de toneladas?, ¿cuánto valen hoy?, ¿cuánto valdrán en el futuro? Calcúlese además que para 3 millones de toneladas se necesitarían 300 viajes de barcos de 10 000 toneladas, o 100 viajes de barcos de 30 000 toneladas; en cambio, un solo barco, en algunos contenedores, puede traer el combustible nuclear que necesitará cada año nuestra planta electronuclear de Cienfuegos.
Me perdonan que me haya extendido en esta explicación energética, pero quería que ustedes tuvieran conciencia de la importancia de esa hidroacumuladora que van a construir en Fomento y que, repito, será la instalación industrial más importante de la provincia, una vez que esté terminada (APLAUSOS). Y, por supuesto, habrá electricidad para Sancti Spíritus, toda la que quieran. Esperamos que la ahorren y no traten de consumirla toda (APLAUSOS).
Me detuve en este punto cuando hablaba del desarrollo industrial de la provincia. Conocen ustedes también que la planta Pulpa Cuba, de Trinidad, inaugurada en el año 1959, se ha modernizado y ampliado en estos años. En otras muchas industrias más pequeñas de la provincia se ha trabajado. Igualmente, en estos años se elevó considerablemente la producción pesquera; hoy, el combinado pesquero de Sancti Spíritus, en Trinidad, cuenta con 106 embarcaciones seguras, donde laboran los pescadores.
Para las comunicaciones telefónicas se han establecido 19 plantas automáticas con servicios de teleselección hacia otras provincias y a la capital del país.
También saben ustedes que esta provincia tiene un potencial turístico grande, que decenas de miles de turistas extranjeros la visitan cada año, porque vienen en busca de la belleza, del recuerdo histórico y del valor arquitectónico de las viejas construcciones, ya que posee dos ciudades fundadas entre las primeras del país, casi tan antiguas como Baracoa y Santiago de Cuba.
La Revolución ha tenido, afortunadamente, la oportunidad de reconstruir esos valores históricos, esos llamados cascos históricos, como lo hace en la Ciudad de La Habana, lo ha venido haciendo en Trinidad y también en Sancti Spíritus. Nuestro pueblo, con una mayor cultura, tiene posibilidad de apreciar la importancia de estos valores.
Por lo tanto, el turismo es uno de los recursos potenciales de la provincia que se han desarrollado y se deben seguir desarrollando mucho más. Se han construido seis hoteles y moteles para el turismo internacional, y se está construyendo y debe terminarse ya a fines de este año el hotel Ancón, en la excelente playa de ese nombre, en las proximidades de Trinidad, que tendrá más de 200 habitaciones. Se trata de un recurso que se ha desarrollado y se tiene que seguir desarrollando.
También en estos años se ha trabajado en la reforestación de los bosques y se han plantado 50 millones de árboles.
Todo este esfuerzo en el desarrollo económico, que es al que me he referido fundamentalmente, ha dado lugar a que la producción de esta provincia, en los años de Revolución, se haya elevado cinco veces. Yo mismo frente a este dato meditaba cuáles eran los renglones que más habían crecido. Tenemos un renglón que creció bastante, que es el de la agricultura y la producción azucarera, en general. La producción azucarera actual de esta provincia duplica la que se alcanzaba en el capitalismo, no solo porque se han ampliado los centrales y las plantaciones, sino porque las zafras son más largas; antes eran zafras de 90 días, 100 días, 110 días, ahora las zafras son de 130, 140, 150 e incluso más días. Utilizamos mucho más las capacidades que, además, han sido ampliadas.
Ya mencioné lo que habíamos hecho en el Uruguay, que se incrementó en el equivalente a tres centrales como el que allí existía. Es decir, la producción azucarera se duplicó.
Otras producciones crecieron más: la producción de carne avícola en granja, por ejemplo, se multiplicó por 16, y la producción de huevos en granja para la distribución a la población se multiplicó, en realidad, más de 100 veces. Se producía en esa época en granja, aparte de la producción individual de los hogares campesinos, menos de un millón, alrededor de 500 000 ó 600 000 unidades por año; actualmente se producen 84 millones. Así que calculen ustedes cuántas veces creció, puede decirse 50, 60, 80, 100 veces y no se exagera.
La producción porcina de granja creció 18 veces; es decir, se multiplicó por 18. Y una muy importante, la de arroz, se multiplicó también por 18; producción que alcanza hoy alrededor de 125 000 toneladas de arroz cáscara al año, en una arrocera que alcanza ya más de 1 200 quintales por caballería, elevando considerablemente la productividad por superficie cultivada, y que este año —me decía el compañero Bernal—posiblemente rebase los 1 250 quintales por caballería.
La producción de materiales de construcción, en general —en cemento, no hay comparación, porque no se producía cemento aquí—, se ha multiplicado muchas veces, también la producción de construcciones.
Ahora se incorpora a la economía de la provincia el combinado de papeles blancos, y calculen lo que aportará cuando esté en plena producción. Después habrá que añadir lo que produzca la hidroacumuladora, etcétera, etcétera. Esperamos que podamos seguir creciendo como hemos crecido hasta ahora y, si es posible, mejor que hasta ahora.
He hablado del desarrollo económico, pero ha habido también un extraordinario desarrollo social en estos años. Si ustedes tienen un poquito de paciencia, les puedo hablar a los espirituanos y a los invitados cuál ha sido el desarrollo social (APLAUSOS). Podemos empezar, si quieren, por la educación. Esto es muy importante para los nuevos ciudadanos, para esos estudiantes que no siempre son entusiastas en el estudio, aunque los que han venido aquí creo que son premiados por sus méritos, como la escuela «Augusto César Sandino», que recibió el premio provincial, y les decía que, a mi juicio, eso era un homenaje al VII aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista, que acaba de conmemorarse el día 19 (APLAUSOS).
Bien, no teníamos esa juventud saludable incorporada al estudio que tenemos hoy, al contrario, había miles y miles de niños de 9 a 12 años, analfabetos, incorporados al trabajo, en aquella situación de pobreza, cuando había trabajo en una zafra o en el campo, limpiando zapatos o haciendo cualquier cosa en las ciudades. La provincia, según los datos históricos, tenía un analfabetismo que se elevaba al 65%, y más del 70% de los niños entre 9 y 12 años eran analfabetos. Esa situación creo que nadie dude de que ha cambiado radicalmente.
Hoy cuenta la provincia creo que con 670 escuelas primarias de distintos tamaños, más grandes, más pequeñas, en las montañas son más pequeñas, a veces aisladas, desgraciadamente, porque no puede ser de otra forma. Cuenta la provincia con 44 secundarias básicas. No sé las que tendría en el capitalismo, pero imagino que muy pocas, si los muchachos no llegaban por lo general ni a tercer grado, ni a cuarto grado. Cuenta con 12 preuniversitarios y, además, tres escuelas vocacionales, que también son preuniversitarias, incluida la «Camilo Cienfuegos», haciendo un total de 15 preuniversitarios. Cuenta la provincia con 19 escuelas de formación técnica y profesional.
Gracias a esto, al esfuerzo que se ha desplegado en estos años, desde la Campaña de Alfabetización, hoy no se puede hablar de analfabetismo en esta provincia. Ya no tener sexto grado es casi ser analfabeto, pero afortunadamente podemos decir que la inmensa mayoría de los trabajadores de la provincia tiene, como mínimo, sexto grado, ¡como mínimo!, y muchos tienen más de sexto grado.
Como resultado de este esfuerzo, el 97,3% de los niños entre 9 y 12 años están escolarizados, ¡el noventa y siete coma tres por ciento!; y, además, el 85,1% de los jóvenes o adolescentes, entre 13 y 16 años, están escolarizados en esas escuelas secundarias, en esos preuniversitarios o en las escuelas técnicas y profesionales.
¿Se habría podido soñar esto antes de la Revolución? ¿Habría sido posible sin la Revolución, que estos jóvenes que nacieron después de la Revolución, todos ellos, tengan estas posibilidades de estudio? Nos gustaría que ellos meditaran en esto; porque la generación que los precedió: sus padres, sus tíos, sus abuelos, no tuvieron estas posibilidades ni soñándolo, pues ni siquiera soñaron, ¡ni siquiera soñaron con esas posibilidades! Bien saben ustedes que solo algunas pocas familias podían enviar a los hijos a una escuela privada, costosa, que no estaba al alcance de los trabajadores.
Hoy existen leyes que protegen al adolescente, incluso, a veces demasiado; se establece que tienen que tener, por lo menos, 17 años para incorporarse permanentemente al trabajo. Es decir, se protege al niño, se protege al adolescente; antes, muchas veces tenía el niño que abandonar la escuela para ganarse la vida de alguna manera y, en ocasiones, incluso, pidiendo limosna. No había en la provincia centros de enseñanza superior, se empezaron a crear después de la Revolución, primero con la filial universitaria «José Martí», donde se han graduado unos cuantos cientos de espirituanos, después la filial del instituto superior de educación física, luego la filial del instituto superior de economía, más tarde el instituto superior pedagógico, y ahora, además, nada menos que la facultad de ciencias médicas de Sancti Spíritus (APLAUSOS).
Al que se le hubiera ocurrido hablar de eso allá por el año 1956, 1957, le habrían dicho, y con sobrada razón, que estaba totalmente loco. Ya tenemos, como decía, hasta una facultad de ciencias médicas, se forman aquí los médicos de la provincia y se forman también los especialistas, una cosa muy estimulante.
No había una sola escuela especial en esta provincia, para muchachos con dificultades, hoy tenemos 24 escuelas de ese tipo, tan necesarias, tan vitales, con casi 3 000 alumnos; las familias cuyos hijos tienen necesidad de esas escuelas saben apreciar lo que eso significa.
En el campo de la salud pública, tuvo lugar otra gran revolución. Tengo entendido que lo que había en Sancti Spíritus era un caserón viejo convertido en hospital general, siete casas de socorro y 14 clínicas privadas; 182 médicos —imagino que incluían ahí a los de Topes de Collantes cuando era necesario ese hospital, que después, al ganarse la batalla contra la tuberculosis, no hicieron falta más instalaciones de ese tipo en el país—, 40 estomatólogos, y la mayor parte de ellos ejerciendo la medicina privada. Unas cuantas decenas de enfermeras.
Bueno, ¿la mortalidad infantil quién sabe a cuánto ascendía? Se estima, un estimado muy generoso, muy conservador, que era algo más de 60 por 1 000 nacidos vivos; con seguridad que era superior esa cifra, no había datos, los niños se morían y ni siquiera los registraban. En Sancti Spíritus la mortalidad infantil puede haber sido, pues, entre 60 y 100 por cada 1 000 nacidos vivos, la perspectiva de vida apenas rebasaba los 50 años. Eso era lo que había antes del triunfo de la Revolución en esta Provincia.
¿Con qué contamos hoy? Contamos en este territorio con cinco hospitales generales, dos hospitales clínico-quirúrgicos, un pediátrico con su moderna sala de terapia intensiva perfectamente equipada, un gineco-obstétrico, un materno-infantil, 12 hospitales rurales, 19 policlínicos y si le añado —y no he hablado de las cosas que han hecho en estos días—, el nuevo de Jatibonico, serían 20; siete clínicas estomatológicas, además de los servicios que se prestan en más de 30 centros. Es decir, no se brindan los servicios estomatológicos solo en esas siete clínicas, sino en más de 30 centros. La provincia cuenta hoy con 624 médicos, 194 estomatólogos y 1 509 enfermeras y auxiliares de enfermería. Tienen el centro de higiene y epidemiología y ahora surge el médico de la familia para venir a completar este cuadro; hay en proyecto un nuevo pediátrico, está en los cimientos; en cuanto haya una oportunidad se le dará todo el impulso necesario, puesto que hay necesidad de incrementar este servicio en Sancti Spíritus, Marianao, Ciego de Avila y Bayamo.
Hay en proyecto construir en el país cuatro nuevos pediátricos que por las dificultades económicas no se les ha dado un gran impulso; pero llegará el momento en que impulsemos la construcción de esos nuevos pediátricos; mientras tanto se están dando los servicios con la mejor calidad posible.
Y, desde luego, surge el médico de la familia, tardaremos alrededor de 10 años para completar la provincia con el médico de la familia. Como la universidad de ustedes es nueva y están graduando pocos todavía —creo que tienen 16 en Fomento y ahora 20 más—, completan Fomento con 24 y vienen los primeros 16 para la ciudad de Sancti Spíritus; llegará en su momento al Escambray, ya las montañas de Granma todas tienen el médico de la familia. En octubre van a tener igualmente todas las montañas de Guantánamo el médico de la familia, eso es una revolución, en realidad.
Ustedes ya en la Facultad de Ciencias Médicas formarán los que necesiten. Si quieren les hago un cálculo: si es uno cada 600 aproximadamente, dentro de 10 años —espero que no crezcan tan a la carrera, no hay apuro—, si tuvieran 480 000 habitantes necesitarían unos 800 médicos de la familia; eso, más la reserva; pero, bueno, ya tienen la facultad, los irán formando y posiblemente reciban, incluso, ayuda de otras provincias, para que ese movimiento marche parejo. No podemos esperar que ustedes solos formen todos esos médicos y alguna ayudita habrá que darles, como se le ha dado a Granma, se la dio Santiago; como se le ha dado a Guantánamo, en este caso se la da La Habana; como se le va a dar al propio Santiago de Cuba por La Habana el próximo año, porque para 1987 pensamos completar todas las montañas de Santiago de Cuba con el médico de la familia. Son avances muy importantes.
Se han introducido los servicios de 12 nuevas especialidades en la provincia. Se establecieron los hogares maternos y toda una serie de instituciones que han hecho posible una cosa fabulosa: la reducción de la mortalidad infantil en la provincia. Venía reduciéndose igual que en todo el país, pero rebasaba todavía los 15 por 1 000 nacidos vivos; sin embargo, en lo que va de año no sé si sería hasta el 30 de junio… (DE LA TRIBUNA LE DICEN: «Ahora está en 10,3» ) Bueno, me alegro mucho de que hoy, día 26, esté en 10,3, ¡excelente! El dato que yo tenía es que estaba en 11,2 hasta fines de junio, no tenía el de hoy. Le podríamos decir al señor Reagan, que hace unos días, hablando boberías y tonterías, como es habitual, en un mitin politiquero por allá por Miami apoyando a uno de sus candidatos, decía que algún día este pueblo de Cuba trabajaría en libertad. ¡A estas horas con esa cantaleta y con esas idioteces!, producen risa.
Pero yo le puedo decir al señor Reagan: ¡Imagínese si este pueblo ha trabajado con libertad!, y sin haber trabajado todo lo que debía haber trabajado, porque más aún que trabajar en plena libertad, se ha tomado, incluso, la libertad de no trabajar todo lo necesario; repito, le puedo decir al señor Reagan que aquí en Sancti Spíritus, en esta provincia que era una de las más pobres y más atrasadas del país, donde había un 65% de analfabetos, hoy hay menos analfabetos que en Washington, y menos analfabetos que en Nueva York (APLAUSOS); de lo que se deduce que hace una buena falta en Estados Unidos trabajar como hemos trabajado nosotros en estos años. Y vuelvo a repetir que no ha sido todo lo que debíamos haber trabajado.
Le puedo decir también al señor Reagan que en Sancti Spíritus hay menos índice de mortalidad infantil que en Nueva York y en Washington, ¡que en Estados Unidos en su conjunto! (APLAUSOS); que como para conmemorar con toda dignidad este 26 de Julio, la provincia ofrece a fines de junio un índice de 11,2 y ayer, día 25, 10,3 (APLAUSOS). El índice de mortalidad infantil de Estados Unidos es mayor que el de Sancti Spíritus, por eso digo que lo vamos a pasar, lo vamos a dejar atrás en los índices de salud y en perspectiva de vida.
Le puedo decir también al señor Reagan, que, gracias a la Revolución, las perspectivas de vida en la provincia de Sancti Spíritus, en este momento, son de 75,3 años (APLAUSOS); y las vamos a seguir elevando, a medida que acumulemos más experiencia todavía, que todas esas instituciones hospitalarias estén funcionando a plenitud, que tengamos el médico de la familia en todas partes, en el campo y la ciudad, veremos.
Claro que este índice es susceptible a subir y bajar, un factor determinado puede influir, pero ya el hecho de alcanzar esos niveles es verdaderamente asombroso.
También sé que trabajaron duro en estos días en el laboratorio de genética prenatal, que va a ayudar a descubrir con tiempo cualquier malformación congénita, que permita interrumpir el embarazo, evitar la tragedia que algunas familias tienen que sufrir; y todo eso va a ayudar a reducir la mortalidad infantil.
Además, ya en Santa Clara, no muy lejos de aquí, quedó inaugurado el cardiocentro de esa provincia, y en el mes de agosto se va a inaugurar el cardiocentro del «William Soler», de Ciudad de La Habana, que va a prestar servicios nacionales de cirugía cardiovascular infantil, lo cual va a salvar muchas vidas de niños. Hay otros programas de salud que seguiremos estableciendo. Y viendo este ejemplo de ustedes, no dudamos de que un día bajemos de 10 en mortalidad infantil. Ese conjunto de progresos es lo que va a convertir a nuestro país en una potencia médica.
¿Podría alguien haber soñado esto en el año 1957, 1958? ¿Qué hizo el capitalismo en este país, qué esperanza dio y qué ha hecho en otras partes donde tienen su capitalismo?, ese capitalismo que tanto adora el señor Reagan, que es el del latifundio, el del plan de machete, el del hambre, el de las enfermedades, el del desempleo, el del analfabetismo.
Son avances sociales extraordinarios. Se ha desarrollado la cultura en general de nuestro pueblo. Los ocho municipios de la provincia tienen su módulo cultural de las 10 instituciones, ¡los ocho! En muchas cosas ustedes están más avanzados que el resto del país. Déjenme decirles que La Habana no tiene ese índice de mortalidad infantil. Está por debajo de 15 este año, hasta este momento, pero está por encima del de ustedes. Estaba por debajo de ustedes Granma, con 11,1. Ahora creo que la lucha será entre ustedes y Granma, que son las que tienen los índices más bajos del país; dos provincias de las más pobres y atrasadas, con índices por debajo del de Estados Unidos.
Decíamos que están los módulos culturales en todos los municipios. Había antes de la Revolución una sola biblioteca en el territorio de la provincia de Sancti Spíritus; ahora hay 14, con alrededor de 200 000 volúmenes, y 616 grupos de aficionados, con 80 instructores.
Ustedes se preguntarán cómo recuerdo estos datos, pero es que los mismos impresionan; si uno, que está un poco habituado a manejar los datos, lee un dato de estos, tiene en cuenta lo que está pasando por ahí, es lógico que se graben en la mente. Hay países de América Latina donde alrededor de 200 niños mueren en el primer año de vida por cada 1 000 nacidos vivos, y en otros 100, 150; no hay nada parecido a estos niveles que ha alcanzado Cuba en todas estas cosas.
Por eso, repito, esos datos se recuerdan. Constantemente se están leyendo noticias de lo que pasa en otras partes con el desempleo, el analfabetismo, la insalubridad, etcétera.
El deporte se ha desarrollado, ¿alguien lo niega, o alguien lo duda? Había 66 instalaciones deportivas y hoy hay 504. El deporte es realmente masivo, en eso están ustedes bien adelantados. Han impulsado el béisbol bastante; debían impulsar otros deportes, por ejemplo: el fútbol, se pueden utilizar las instalaciones. Pedrito Miret, que es fanático del fútbol, estaría encantado con eso, y los pocos que defienden el fútbol debieran ser más. Han hecho ustedes el estadio de Cabaiguán, con luces y todo, el de Yaguajay, el de Jatibonico, y sé que están impacientes porque se termine este de aquí de Sancti Spíritus (APLAUSOS).
Como consecuencia de este desarrollo económico y social, aumentó el empleo en la provincia; de modo que si en 1958 había 40 000 empleos, hoy —según el último dato— ascienden a 163 800. Quizás Joaquín diga: Ya aumentó en los últimos días. El 25 llegamos a 164 000, podría decir.
Todos los días surgen cosas nuevas, obras nuevas, actividades nuevas.
El índice de empleo se multiplicó más de cuatro veces, de modo que en Sancti Spíritus la población aumentó un 40% y el empleo aumentó 300%.
Se incorporó la mujer al trabajo, posibilidad nueva que surge de modo que hoy más de 50 000 mujeres están incorporadas al trabajo y el 32% de la fuerza laboral es femenina. Algo más, el 53,4% de los técnicos de la provincia son mujeres, como enfermeras, médicas, maestras, ingenieras; son mayoría en la esfera de los trabajos técnicos, eso es un progreso (APLAUSOS).
Podríamos preguntar si en Estados Unidos es así, a ver qué nos dicen; o si en el resto de América Latina es así. Le podríamos preguntar al señor Reagan qué sabe de esto, qué noticias tiene sobre esto, ya que se angustia tanto por nosotros.
De los 163 800 trabajadores, más de 22 000 son técnicos y 8 400 tienen nivel superior, es decir, graduados de las universidades e institutos superiores. Vean la repercusión, así en concreto, de todo el esfuerzo.
Tal vez olvidé mencionar, ahora que veo unos ómnibus por allá, el transporte, y no quiero que nadie se ponga bravo porque piense que lo han subestimado u olvidado. Creo que había 60 ómnibus en la provincia y se producían unos 10 000 viajes diarios. Ahora hay ocho veces más ómnibus y catorce veces más viajes diarios, porque los espirituanos por lo menos viajan catorce veces más que en el capitalismo. Además de eso están los ómnibus escolares; creo que tienen 170 ómnibus escolares, más o menos, en la provincia.
¿Han trabajado solo en esto? No, han trabajado en otras esferas. El movimiento cooperativo se desarrolla; los resultados son buenos, hay ya 71 cooperativas con alrededor del 55% de la tierra no estatal cooperativizada; los resultados de las producciones se han incrementado considerablemente. De estas 71 cooperativas, 57 tienen ya electricidad; han construido algunos miles de viviendas, y esperamos que ese movimiento cooperativo se impulse todo lo necesario, todo lo que se requiere en la provincia.
Por último, se ha hecho un gran esfuerzo en la defensa. Aquí tuvimos el honor de entregar al Partido la bandera de Listos para la Defensa.
En días atrás, el compañero Raúl inauguró un importante centro de instrucción para las Milicias de Tropas Territoriales, y sé que de cada tres habitantes uno está incorporado a las Milicias o a las Brigadas de Producción y Defensa; esto incluye niños, que no pueden participar, por supuesto, que no pueden ser milicianos, pero están entre los 414 000 habitantes, ¡uno de cada tres! Todos los municipios están listos para la defensa, todas las zonas están listas para la defensa.
También sé —y me lo contaba hace un rato el compañero Bernal—que prácticamente hay refugios ya para toda la población de Sancti Spíritus: en escuelas, en fábricas, dondequiera. Es decir, un trabajo muy en serio. Tome nota de eso también el señor Reagan; tome nota, que a nosotros no se nos puede amenazar (APLAUSOS).
En eso hemos invertido grandes energías y recursos, no hay que olvidarlo. Al lado de esta obra de la Revolución, ¿cuánto hemos tenido que invertir, cuánto sudor, energía, recursos de todas clases hemos tenido que invertir en la defensa? Enormes recursos en todo el país. De no ser por las amenazas y las agresiones imperialistas, todo eso se habría podido invertir en edificaciones, viviendas, escuelas, fábricas, etcétera.
Y de eso, señor Reagan, sí nosotros llevamos cuenta, de los sacrificios que el imperio le ha obligado hacer a nuestro pueblo con sus agresiones y en sus pretensiones de mantener la hegemonía sobre los países de América Latina y los países del Tercer Mundo.
A todo esto hay que añadir —no sería correcto olvidarlo— el enorme esfuerzo hecho por la provincia de Sancti Spíritus con motivo de este XXXIII aniversario.
Yo mencionaba una serie de obras, pero no me atrevía a hablar, ni habría tiempo para hablar de todas las obras en que han estado trabajando los espirituanos en estos meses. Han sido decenas de obras de cierta importancia y cientos de obras más pequeñas, bueno, entre las importantes, el esfuerzo por terminar la facultad de medicina; y la han terminado ya virtualmente, yo pasé por allí y vi los estudiantes y todo, una preciosa facultad de medicina.
Hicieron un gran esfuerzo por terminar la ampliación del aeropuerto que se propusieron. Esperamos que siga mejorando, y que en un momento dado tenga sus luces eléctricas y puedan viajar en avión de día o de noche. El esfuerzo realizado por terminar la EIDE, por terminar el edificio de 12 plantas, los 10 edificios de viviendas, el saneamiento del Yayabo, la primera etapa del sistema de acueducto, que lograron, porque tengo entendido que de 180 litros que estaban dando por segundo, ahora tienen capacidad y están suministrando 600 litros por segundo. Bueno, pues en eso también están mejor que en La Habana, porque en La Habana ni llueve, que es lo menos que se puede decir: sequía tras sequía y esta primavera ha sido seca, además. No tienen allí el privilegio de tener estos ríos que tienen ustedes por aquí cerca, pero es una gran noticia que puedan disponer de más agua.
Aquí la compañerita leyó lo que habían hecho, y quizás una de las obras de mayor valor sea la que ella mencionó sobre las escuelas para la doble sesión. Es importante el aeropuerto, el edificio de 12 plantas, la EIDE. En materia de EIDE, creo que ya tienen ustedes más matricula deportiva per cápita que ninguna otra provincia del país, con esa escuela de capacidad para 1 000 alumnos, ¡quién iba a soñarlo!
Pero, bueno, sí que es una gran noticia, no hay duda, el esfuerzo inteligente que hizo la provincia en instalaciones escolares, porque le dieron una cantidad de dinero y ustedes lo concentraron en la cuestión de las aulas para buscar la doble sesión. Ellos hace algunos años tenían solo el 14% de los alumnos en doble sesión (APLAUSOS), ya habían alcanzado el 55% aproximadamente, y ahora han dado un salto gigantesco del 55% al 99,2% de doble sesión en el próximo curso (APLAUSOS).
Creo que ninguna otra provincia del país tiene este nivel de doble sesión. Habría que compararlo con La Habana, Matanzas, pero creo que ninguna. Esto ha sido un salto, realmente, gigantesco, y que tiene una implicación en la educación tremenda. En la educación es donde estamos necesitados también de un especial esfuerzo en el sentido de la calidad, de dar un salto en la calidad. Hemos progresado, no hay duda, no se puede negar, pero no podemos conformarnos con lo que hemos progresado, porque todavía tenemos lagunas en la educación.
Ustedes han visto lo que ha ocurrido, hubo mucha más exigencia en los exámenes de secundaria y de preuniversitario, porque había blandenguería, tolerancia, desde los días en que la emulación contaba la promoción y la calidad de un profesor se medía casi solo por la promoción, no por la calidad de las clases que impartía y por la exigencia, que es como debe medirse el trabajo de un profesor, y como resultado había alumnos que sacaban fáciles las notas. Profesores muy bondadosos le repasaban al alumno, a veces, la materia para el examen, y el alumno que no es bobo adivinaba qué materias eran más importantes y le prestaba más atención, siempre alguna orientación durante el examen que facilitaba el resultado. Eso no ayuda a que los alumnos estudien y se esfuercen realmente.
Ahora hubo mucha más exigencia, ahora no fueron los profesores que imparten las clases los que estuvieron en el examen, eran otros profesores; los exámenes fueron más laboriosos, aunque eran de la materia que se había impartido. Como resultado, en algunas provincias los índices de promoción en secundarias y preuniversitarios fueron bajos: en La Habana, alrededor del 66% en secundaria; en Santiago, alrededor del 70%. Entonces se creó una situación, la analizamos cuidadosamente, vimos que la culpa no es solo de los alumnos, que es también, bastante y mucho de los profesores, y tomando en cuenta esa situación se decidió por una vez y por una sola vez un examen extraordinario en ese nivel. Porque ahora tenemos todo un año por delante para que todo el mundo sepa que las exigencias en las escuelas aumentan y seguirán aumentando.
Esto fue un problema ya planteado en el Tercer Congreso: la necesidad de aumentar la exigencia en la enseñanza. Se ha ido aumentando relativamente: antes se pasaba de grado con dos suspensos, después solo se podía pasar con uno, y ahora no se puede pasar con ningún suspenso. Es una necesidad del desarrollo y una necesidad del futuro del país que exijamos cada vez más en la educación.
Por eso esta vez, como dije, se tomó la decisión: un examen extraordinario, con un mes por delante para que estudien. Ya el Ministerio dio las instrucciones: que preparen a los alumnos, para evitar que quiebre la soga, en este caso, por lo más delgado, y darles una oportunidad para que, sacrificando vacaciones y estudiando duro —estudiando duro, porque los exámenes van a ser rigurosos—, los alumnos que no promovieron puedan promover, y dar un tiempo a alumnos, a familiares, a maestros y a todo el mundo, para que desde el primer día del año escolar, desde el primer día del curso, empiecen con la exigencia.
El hecho de poder ya llevar la doble sesión —porque la falta de la doble sesión nos debilita, aparte de que crea problemas en la casa, aparte de que hay niños que los padres están trabajando y ellos están mataperreando por la calle—, significa que ya no habrá muchachos de primaria mataperreando a una hora en que no tienen sesión de clases; tendrán más tiempo de hacer actividades organizadas, estudiar, leer, practicar deportes, etcétera.
Por eso se colocan ustedes en la vanguardia. Ya ustedes habían sido destacados en los últimos años en la enseñanza primaria, y ahora con la doble sesión tendrán posibilidades de defender ese lugar que han alcanzado. Eso va a ayudar mucho a las secundarias, a los preuniversitarios, a los alumnos que nutren las técnicas profesionales y las universidades y a todo, es un importante avance y una de las mejores noticias; me regalaron el álbum sobre esto, y digo que realmente aprecio muchísimo ese regalo.
Hemos venido planteando esto en la Asamblea Nacional y en otros lugares. Hemos tratado de buscar recursos para las provincias orientales que eran las más atrasadas en esto, y ustedes han demostrado aquí que se puede y sin grandes recursos, porque solo tenían 2 millones, e hicieron obras por casi 4 millones (APLAUSOS). Solo tenían presupuesto por 2 millones, ¿y cómo ustedes han hecho ese milagro, han hecho obras por 4 millones? Con el aporte de las masas, con el aporte de los trabajadores, con el aporte del pueblo, con el trabajo y la cooperación del pueblo (APLAUSOS). Para que ustedes vean aquí un ejemplo, que el trabajo voluntario es oro, que la colaboración del pueblo es oro, porque han logrado hacer 20 escuelas en unos meses —creo que tienen 162 aulas esas 20 escuelas—; pero, además de eso, han hecho 250 aulas para la doble sesión. En total, 413 aulas han creado ustedes en unos meses, en unas semanas se puede decir, con la colaboración del pueblo (APLAUSOS).
Esto demuestra que sí, que esa es una de las formas esenciales, realmente, de construir el socialismo; vamos a andar ahora con las idioteces y las tonterías de que con dinero nada más y enseñándole un billete a la gente van a mover a la gente a hacer estas proezas. ¡Mentira!, lo que hacen es que la corrompen, la enajenan, como los capitalistas hicieron históricamente con los trabajadores.
Construyeron, además, 71 locales para talleres de educación laboral; 56 bibliotecas, 52 áreas deportivas, en unas cuantas semanas, podemos decir. Eso, realmente, merece reconocimiento, merece admiración.
No voy a decir que todo haya sido perfecto, ni mucho menos en esta provincia, ni que el trabajo haya sido perfecto en estos años; estoy muy consciente de que no es así. Algunas de esas tonterías generalizadas también tuvieron lugar aquí, pero hay que decir la verdad: sin culpa de la provincia. No podemos culpar de eso a la provincia, si hay algunas carreteras, que yo las conozco, porque las visité todas; en un momento u otro cada una de estas obras las visité varias veces, presas, la del Zaza cuando se construía, ¡Lebrije! Le recordaba a Quino, precisamente, el día en que una noche los obreros salvaron aquella presa cuando se estaba construyendo, poniendo sacos de arena, porque construyendo y construyendo rápido y cerrando la cortina antes de la primavera, esa presa de más de 100 millones estaba rebosando, aun sin terminar, y si rebosaba se desplomaba. La salvaron los obreros, de madrugada allí, bajo una lluvia torrencial, el fango; en el borde, en la cortina, elevándola con sacos de arena (APLAUSOS).
Bien, sé el tiempo en que se construyeron esas presas, después vinieron otros tiempos, otros conceptos, otros criterios erróneos: repartir un poquitico de presupuesto para cada obra. Y así la de Tuinicú. Claro, nos está dando agua ya, porque tiene 11 millones; pero falta bastante por terminar y ya lleva más de 10 años haciéndose.
Sé que hay algunas obras paradas: el camino de Pitajones a Meyer, el que hace tiempo visité varias veces mientras se construía, que tenía un amplio puente terminado, todo aquello por allí, parado hace 10 años. Nadie sabe, vino la División Político-Administrativa, reparto de recursos, nuevas teorías; no se sabe qué se hizo aquella brigada. Tengo esperanzas, antes de irme de Sancti Spíritus, de averiguar un poco qué se hicieron esa y otras.
Aquella otra carretera que también visité varias veces. La que teníamos proyectada para conectar Yaguajay por la Jíquima hasta aquí, hasta Sancti Spíritus; e igualmente la famosa de Fomento a La Sierpe.
Ahora ya sabemos las dificultades. En La Sierpe hay que hacer un puente; por cuestión de honor habrá que empezar tan pronto se pueda trabajar otra vez en la de Pitajones a Meyer; buscar algunos recursos para ver si conectamos directamente a Yaguajay con Sancti Spíritus. Veremos, dentro de lo que hay, qué puede hacerse. Pero hubo algunas de esas soberanas tonterías que no eran necesarias: un poquito de presupuesto por aquí, otro buchecito por allí, iban las brigadas como gitanas corriendo de una obra a otra; unos pesos aquí, otros allá, otros más allá… Todas esas locuras, que espero, tengo la más firme esperanza, de que podamos superarlas con otros criterios y conceptos, como es el proceso de construcción continua.
Yo le decía al compañero Quino, y les recomiendo a todos los espirituanos ahora, que inmediatamente que pasen estas fiestas se pongan a trabajar otra vez, rápido (APLAUSOS). Porque todas estas obras hay que terminarlas: hay que terminar ese edificio, los otros; lo que le falta a la EIDE, el detallito de la escuela de medicina, todo. Hay que seguir trabajando dondequiera, en el acueducto, en todo eso. No abrir una obra nueva, sino continuar con las que tienen y en los próximos meses terminarlas; es decir, las obras que deban terminarse cuanto antes, tales, más cuales. Eso es lo importante. No se va a medir la eficiencia por el número de millones en obras llamadas abiertas, porque algunas obras abiertas, como la CEN, Moa, la misma hidroacumuladora, llevan años inevitablemente, y van a aumentar la cifra de obras en construcción, más que la cifra, el número de millones en construcción.
El dato importante es todo lo que se termina; es decir, 10 edificios aquí, la EIDE, ya no hay ni que volver por allí; la facultad de ciencias médicas, terminada; y así cada una de las edificaciones que es posible realizar en breve tiempo: que si terminaron el policlínico, terminado el policlínico allá; que si hicieron por Fomento un círculo infantil, terminado el círculo infantil, y no estarse dos años o tres años.
Espero que un día se vuelvan a hacer así las carreteras, que se inicien, y se diga en un año, año y medio o dos años, «terminada». La presa se inicia, año y medio, dos años, dos años y medio o tres, «terminada», o que no se empiece; que se empiece lo que se va a terminar en el tiempo debido. ¡Otra cosa es una locura!, además, desprestigia; porque ahí se queda un puente medio hecho y unos vecinos que pasan por allí. A ese campesino lo confunde cualquiera. Bueno, si es listo no, porque ve otras cosas altamente positivas. Pero ese puente levantado durante años sin poderse utilizar es un monumento a la idiotez.
A veces uno va por la carretera como la autopista. Cuando veo esos elevados ya construidos, que no tienen aproches, digo: ¿Quién sería el loco que hizo esto? Un puente elevado sin aproche, ¡muchas veces he insistido en que se acaben de realizar todos los aproches, de hacer todos los aproches de esos puentes elevados!
Y algunos, desgraciadamente, aquí van a estar tiempo, porque cuando llevaba fuerza la autopista, se hizo hasta el puente sobre el Zaza con anticipación. Las brigadas de autopistas, que han hecho otras cosas, ¿no?, porque son, en parte, una reserva de fuerza del país para movimiento de tierra, de obras industriales importantes; ellas han ayudado a aeropuertos —ahora están haciendo un aeropuerto en Varadero, en Matanzas, un aeropuerto turístico, trabajando allá; y en una autopista, con vistas al ingreso en divisas del país, que resulta tan importante—; bien, quería decirles, cuando llevaban fuerza esas brigadas, se fueron por delante, hicieron hasta el gran puente sobre el Zaza, ahora no podemos decirles a los constructores: sigan para allá, más bien hay que decirles: viren para atrás; ya asfaltaron la mitad de la autopista entre Santa Clara y Cabaiguán, asfalten la otra mitad: de Santa Clara hasta aquí, completica, pintadita y bonita, y después sigan hacia atrás y completen las capas que faltan entre La Habana y Cabaiguán completicas, las dos sendas, para tener un día esa autopista terminada con todas las normas antes de seguir hacia adelante, porque no vale la pena avanzar si no se consolida lo que se ha hecho. Y preguntarle a alguien a ver si un día podemos extender, por lo menos, doble vía desde la autopista hasta Sancti Spíritus, porque cuando uno sale de esa carretera grande y entra en la vieja carretera central tan estrecha dando brincos, bueno, da vértigo entrar en esa carretera; da la sensación de que se anda por un trillo asfaltado. Es así.
Por ahí vinimos nosotros, precisamente, porque quería ver el tramo nuevo de la autopista. Y de repente nos encontramos con la vieja carretera; bueno, esa, realmente, es del tiempo de Maricastaña. Y creo que ya que tenemos la autopista, cuando haya una posibilidad, debemos ir preparando los proyectos para ampliar como ampliaron ustedes por aquí, y que haya una doble vía hasta la autopista. Y que todo el que venga por esta central, todo el que tenga la desgracia de viajar por esa central desde las zonas orientales, cuando llegue a Sancti Spíritus, por lo menos, ya vea que se abre el horizonte y tenga más esperanza de llegar vivo a la capital. Porque, realmente, es casi una proeza viajar por ese trillo asfaltado y llegar vivo. Ya ustedes saben cuántos muelles se romperán por ahí; y cuánta gasolina, tiempo y de todo se invierte.
Permítanme decirles que llegué en menos de tres horas y media a Sancti Spíritus, en tres horas 25 minutos, sin correr demasiado. Pero esta autopista hay que terminarla y hacerla completa, por lo menos, tener este tramo, que ya es el tramo de más tránsito. Y, repito, el que tenga la desgracia, que encuentre la esperanza al llegar a Sancti Spíritus. Algún día, llegará ese día también que haya la doble vía desde aquí.
La provincia ha discutido en estos días, en las asambleas con las empresas, los problemas que se han planteado nacionalmente, y la prensa ha publicado ampliamente las discusiones, los problemas, las dificultades, los errores. Yo digo que no está exenta la provincia; pero sus culpas son relativas, tiene una parte. Ya cuando una empresa no anda muy bien, o se desvían recursos, se pagan salarios indebidos y ocurren esas cosas, entonces tiene responsabilidad la provincia, desde luego; pero hay responsabilidades que no son culpa de la provincia, y la provincia se ganó, justamente, el derecho a celebrar aquí, como sede, el acto nacional del 26 de Julio; se lo ganaron merecidamente bien (APLAUSOS), y algunas de las cosas son verdaderas proezas, como la que hicieron, para brindarles la doble sesión a todos los niños posibles. Quedan 320 que no tendrán doble sesión, que están en los lugares aislados de las montañas, que resulta prácticamente imposible, y, a medida que se desarrollen también las montañas, creo que un día el ciento por ciento de los niños esté en la doble sesión. Por eso merecen admiración, reconocimiento y felicitación los compatriotas de la provincia de Sancti Spíritus, las organizaciones de masas, el Partido, la dirección del Partido y, en representación de todos ellos, el compañero Joaquín Bernal (APLAUSOS).
Hemos avanzado en todo el país y hemos avanzado mucho, pero hubiéramos podido avanzar más y mejor; hemos hecho muchas cosas en estos años de Revolución, pero hubiéramos podido hacer más cosas y mejores cosas si hubiésemos sido más capaces, si hubiésemos sido más y mejores trabajadores, si hubiésemos sido más y mejores revolucionarios (APLAUSOS).
En días recientes hablábamos de que se daban muchas clases de política, de filosofía política y de historia política, y no hemos sido capaces de recalcar y de inculcar que el primer deber del revolucionario es el trabajo; algunos han confundido la Revolución con la abolición del trabajo, como si el hombre pudiera liberarse del trabajo.
Si la gente atendiera de verdad el reloj (aludiendo al nuevo reloj situado en la plaza) y estuviera puntual a la entrada del trabajo (APLAUSOS); si la gente estuviera atenta al reloj y trabajara las horas que les señala la jornada de la mañana, sin tanta perdedera de tiempo en tantas meriendas y otras cosas, más explicables en trabajadores de tareas duras que en los trabajadores de oficinas, esas meriendas que duran 10, 15, 20, 35 minutos, una hora; si a la gente no le entrara esa jiribilla cuando se aproxima el final de la jornada; en dos palabras: si trabajaran como se debe trabajar, ¡cuánto más avanzaríamos nosotros!
El trabajo se ha humanizado. Ya no son 350 000 obreros cortando caña en todo el país, ya son alrededor de 80 000 o menos, las máquinas han venido a hacer la tarea. Ya no hay corte de arroz a mano, vienen las combinadas. Ya no se ara con bueyes la tierra, vienen las máquinas. Ya no se transporta en carretas, están los camiones. Ya no es el hombre picando piedras para hacer una carretera, como hicieron esta carretera central, ese trillo de que yo hablo; fue hecha a mano, con picos, barretas, todo eso, no con los potentes buldóceres de hoy, los cargadores, los compactadores neumáticos de que disponemos nosotros. Tenemos una cantidad de recursos tremendos, fabulosos, hablo de 4 000 tractores de gomas en esta provincia, y 400 de esteras. ¡Lo que serían todos esos recursos bien utilizados y el tiempo bien utilizado!, solo del trabajo va a salir la riqueza, eso no va a caer del cielo.
Hemos tenido recursos, no los hemos utilizado de manera óptima; por eso nosotros diríamos que hay que ir alcanzando ciertas metas y estableciendo ciertos principios, y uno de los principios es que la jornada laboral es sagrada. Es necesario recalcar esto, porque todo el mundo inventa cosas en la hora de la jornada laboral: gestiones, diligencias, reuniones, de todo. ¡Creo que no se debe dar una sola reunión en la jornada laboral, debe ser siempre que ella termine! ¡Y establecer en la práctica el principio de que la jornada laboral es sagrada! (APLAUSOS) Sobre eso hemos discutido largamente y estamos enfrascados en esa batalla; no tengo que profundizar mucho sobre el particular, porque recientemente, incluso por la televisión, apareció el contenido esencial, a la luz pública, de la reunión del Comité Central del Partido, que fue, por cierto, una reunión prometedora, una reunión fructífera.
Tenemos que hacernos el propósito firme de superar todas esas tendencias negativas y hacer un esfuerzo, dar un salto de calidad en la Revolución, entonces verán cuántas más cosas hacemos y podemos hacer, y mejor hechas; es, además, una necesidad, no solo moral, es también una necesidad económica más que nunca.
Nosotros estamos llevando a cabo este proceso en las circunstancias en que hay una crisis económica para los países del Tercer Mundo tremenda, en que las condiciones del intercambio desigual se han empeorado.
Voy a poner un ejemplo. Hace algunos años se compraron algunos frozens, unos equipitos que, como ustedes saben, producen una crema helada; todos ustedes la conocen y seguramente que les gusta, excepto que no quieran engordar demasiado y se abstengan. Muchas fábricas tienen esos equipos; recuerdo cuando los compramos y los distribuimos. Cada equipo valía alrededor de 2 000 dólares, había una reservita de ellos que se fue utilizando en distintos centros de trabajo. Yo pregunté recientemente, ¿cuánto valen ahora los equipos de frozen? Esos mismos equipos de frozen valen ahora 8 000 dólares, cuatro veces más.
Cuando se compraron aquellos equipos de frozen el azúcar estaba a 8, 9, 10 centavos; hoy el azúcar está a cinco centavos. Es decir que usted tiene que producir ocho veces más azúcar para comprar un equipo de frozen, el mismo equipo; lo mismo ocurre si va a comprar un camión. Estoy hablando de las relaciones con el mundo capitalista occidental; no es esa la situación de nuestras relaciones y de nuestro comercio con los países socialistas, que, como ustedes saben, es muy diferente, no estamos afectados por este fatal problema.
Tenemos necesidad de importar una cantidad de materias primas y materias primas importantísimas, como es por ejemplo para la industria de pienso, para producir huevo, carne de ave, etcétera, o para producir medicamentos y otros importantísimos artículos industriales. Determinados gastos tenemos que hacerlos inevitablemente en divisas convertibles para materias primas, equipos y piezas. Entonces, los productos que los países del Tercer Mundo exportan valen cada vez menos y todo lo que importan vale cada vez más. Hablé de un equipo de frozen, pero un buldócer por aquella época valía 25 000 dólares, hoy vale 80 000, 90 000, 100 000; tres veces, cuatro veces más vale cualquier cosa, un camión, un equipo industrial, un torno, una fábrica. Esos equipos industriales son cada vez más caros; pero lo que los países del Tercer Mundo exportan no, vale cada vez menos. Es una tragedia mundial que afecta a muchos países, no es solo cubana, no es solo nacional; a nosotros nos afecta en parte, pero nos afecta, y la situación empeora.
Este mismo año los países del Tercer Mundo, por concepto de menores precios de sus productos de exportación, van a recibir 150 000 millones de dólares menos. Esto está influido no solo por la baja de las materias primas tradicionales que ya venía ocurriendo, sino fundamentalmente del petróleo. Yo estaba sacando los cálculos y diariamente el mundo capitalista industrializado, que tanto explota al Tercer Mundo, se está ahorrando ahora 400 millones de dólares diarios en petróleo; eso solo bastaría para pagar la deuda externa. Es un saqueo atroz, mediante esos mecanismos que los países capitalistas desarrollados han impuesto al Tercer Mundo.
Nosotros, que no éramos exportadores tradicionales de petróleo, habíamos convertido nuestros ahorros de petróleo —en lo cual ustedes saben que se insistió mucho— en divisas convertibles, y a los precios que tenía el petróleo estábamos ingresando más de 400 millones de dólares por este concepto, que nos ayudaba a enfrentar esa situación de los bajos precios del azúcar, los precios ridículos del azúcar en los últimos años.
En la abrupta caída de los precios del petróleo, nosotros estamos perdiendo este año más de 300 millones de dólares, nos crea una inesperada dificultad muy seria. Los precios del azúcar no levantan, y en adición a esto la sequía nos afectó en un millón de toneladas. Afortunadamente el Kate nos afectó menos, porque cuando yo visité los campos de caña después del ciclón y vi las cañas no solo acostadas, sino revolcadas, retorcidas y quebradas muchas de ellas, me preguntaba: cómo se va a poder cosechar esta caña, qué rendirá esta caña, en caña y en azúcar. El daño potencial podía alcanzar hasta un millón y medio de toneladas.
Realmente, y debo decirlo como algo positivo de estos tiempos, una de las cosas más extraordinarias que ha hecho nuestro pueblo en los últimos tiempos fue la pasada zafra, en que una pérdida potencial de millón y medio de toneladas fue reducida a menos de 250 000, ¡a menos de doscientos cincuenta mil! (APLAUSOS) Fue una proeza de nuestros trabajadores, y debo decirlo, porque cuando nos lo proponemos y cuando queremos hacemos proezas. Y nuestros trabajadores hicieron esta zafra en esas condiciones. Nos ayudó en cierto sentido la sequía final; si hubiera empezado a llover como otras veces, a finales de abril, quizás las pérdidas hubieran sido 700 000 toneladas, pero el esfuerzo del pueblo las redujo extraordinariamente y aprovechó bien la sequía al final de la cosecha. La provincia de Sancti Spíritus, por cierto, a pesar de haber sido duramente afectada por el ciclón cumplió el plan de azúcar previsto antes del Kate. De todas formas entre la sequía anterior y el Kate eran 1 250 000 toneladas menos de azúcar para la exportación; es decir, no solo los precios bajos, sino menos azúcar. Hemos cumplido nuestros compromisos con los países socialistas, pero hemos dispuesto de menos azúcar para exportar al área convertible.
Los imperialistas tratan de crearnos obstáculos, bloquear nuestras exportaciones de níquel y otros productos. Mas no solo eso, algo increíble, paradójico: cuando se devaluó el dólar, subieron las otras monedas; los propios imperialistas, para tratar de reducir su déficit comercial y poder competir en precios presionaron a sus aliados a que reevaluaran las monedas, a sus aliados japoneses, alemanes, occidentales, en general. Pero cuando se habla de precio de azúcar, se dice cinco centavos de dólar y usted puede recibir 100 dólares por una tonelada de azúcar; pero como nosotros no podemos importar nada de Estados Unidos, sino que importamos de otros países occidentales y las monedas de esos países aumentaron de valor, si antes usted necesitaba un dólar para comprar un producto japonés, ahora necesita un dólar y medio. Es decir, al devaluarse el dólar y aumentar el precio de las otras monedas, si nosotros compráramos a Estados Unidos compraríamos ahora más barato; pero como compramos en otros países occidentales cuyas monedas se revalorizaron, por esa vía hemos perdido alrededor de 150 millones de dólares. Cuando ustedes vienen a sumar por un lado o por otro, son alrededor de 600 millones menos que dispone el país, tanto para importar lo que necesita como para pagar intereses y deuda.
La sequía ya se sabía que traería consecuencias, pero la devaluación del dólar a ese nivel y sobre todo la caída brutal del precio del petróleo, de donde nosotros estábamos obteniendo más de 400 millones, nos ha hecho realmente un daño considerable en las finanzas y nos coloca en una situación muy tensa, habiendo sido hábito del país pagar religiosamente todas sus obligaciones. Es decir que estamos librando la batalla contra las tendencias negativas, que había que librarla aunque el precio del azúcar fuera un dólar la libra, en una de las circunstancias más difíciles desde el punto de vista económico.
Esto coincide también con una situación internacional tensa. El país ha tenido que vivir estos años en permanente alerta y atendiendo prioritariamente la defensa, invirtiendo grandes recursos en ella. Afortunadamente mucho del espíritu revolucionario y patriótico del país, que no tenía su expresión en la producción material, la tenía en esta esfera de la defensa, trabajando, haciendo fortificaciones, entrenándose, dedicándole incontables horas a esa tarea. Hemos tenido que vivir años muy tensos y nosotros no podemos descuidar ese frente, no hacemos nada si descuidamos ese frente, si nos debilitamos, eso alentaría al imperialismo, un imperialismo que mira hoy con respeto a nuestro país y sabe por qué tiene que mirarlo con respeto (APLAUSOS).
Es una situación internacional tensa, complicada. La URSS y los países socialistas han hecho enormes esfuerzos por buscar una distensión internacional, por el cese de una catastrófica carrera armamentista, que aumenta y multiplica los peligros de guerra. Esos esfuerzos de la Unión Soviética y el campo socialista se han estrellado hasta ahora frente al espíritu reaccionario, obsesivo de la actual administración de Estados Unidos; se han estrellado ante las presiones del complejo militar industrial, deseoso de una carrera armamentista que le proporciona cuantiosas ganancias. Persisten los países socialistas y las fuerzas progresistas —y deben persistir y persistirán— en la lucha por la paz, utilizando todo el peso de la opinión pública internacional sobre los responsables de esta situación, de estos peligros, de esta carrera armamentista, de este descomunal derroche de recursos humanos y económicos en armas y medios de destrucción de todo tipo.
Hemos visto cómo se expresa ese espíritu guerrerista, fascista de la actual administración de Estados Unidos, en la brutal y cobarde agresión contra Granada. Lo hemos visto en la infame y criminal agresión a Libia, en la guerra sucia que durante más de cinco años lleva a cabo contra el heroico pueblo de Nicaragua, en la guerra brutal que en alianza con Sudáfrica lleva a cabo el imperialismo contra el hermano pueblo de Angola. Hemos visto cómo Reagan se reúne con los cabecillas contrarrevolucionarios somocistas que dirigen la contrarrevolución traicionera en aquel país. Hemos visto cómo se reúne, desfachatadamente, con personajes como Savimbi, cuyas bandas criminales han asesinado decenas de miles de hombres, mujeres y niños angolanos; cuyas bandas liquidan, en ocasiones, aldeas enteras, sin respetar edad ni sexo. Esos son los amigos de Reagan, esa es la gente con la que gusta reunirse Reagan.
Hemos visto sobre todo en estos días su alianza con Sudáfrica. Hemos observado su último discurso, en que se quitó la careta completa, si es que le quedaba todavía un pedazo de máscara, para defender a Sudáfrica, al régimen racista y fascista de Sudáfrica, para oponerse a la aplicación de sanciones. Esa misma administración que recrudece su criminal bloqueo económico contra Cuba, que lleva a cabo la agresión económica y el bloqueo económico contra Nicaragua, que tanto gusta de utilizar el arma económica contra países progresistas, en cambio se complace en levantar el escudo para proteger a Sudáfrica de las medidas económicas, de las sanciones económicas que con toda justicia demandan la comunidad internacional y los propios aliados de Estados Unidos.
En ese discurso Reagan llegó a decir que el señor Botha, el Hitler de Sudáfrica, el nazifascista racista que dirige ese país, no tenía obligación de discutir con el ANC, por tratarse de un grupo de terroristas, y añadió, además, de comunistas. Reagan llama terroristas a los patriotas del Africa, a los patriotas de Sudáfrica, a los patriotas negros de Sudáfrica, que se vienen enfrentando heroicamente, prácticamente sin armas, al régimen fascista; los llama terroristas y, en cambio, califica de patriotas a los bandidos de la UNITA, armados y amamantados por Sudáfrica y Estados Unidos, que asesinan a mansalva y masacran aldeas enteras; califica de patriotas y luchadores por la libertad a los somocistas, a los criminales mercenarios y contrarrevolucionarios en Nicaragua, armados, entrenados y dirigidos por la CIA, que han asesinado a miles de hombres, mujeres y niños en ese país y que han tratado de destruir su economía. Esas bandas, esos mercenarios para Reagan son luchadores por la libertad y patriotas. Esa es la lógica del imperio.
En su discurso, demagógico y politiquero, de fecha reciente, en Miami, haciéndose, sin duda, ilusiones, dijo que la libertad estaba a la ofensiva. Las acciones pérfidas, criminales del imperialismo, son calificadas por Reagan de ofensivas de la libertad. Tales agresiones y tales insultos constituyen, en realidad, una ofensa profunda a la libertad.
Pero así han sido siempre los reaccionarios, los imperialistas, en todas partes y en todos los tiempos, y así han sido especialmente, los fascistas; argumentos parecidos utilizaban los nazis cuando anexaron Austria, cuando absorbieron una parte de Checoslovaquia y después toda Checoslovaquia, cuando atacaron a Polonia, cuando iniciaron sus guerras.
Los actos del imperio son calificados de ofensiva de la libertad. En realidad, los que están a la ofensiva y los que han estado a la ofensiva desde hace varias décadas, desde los días gloriosos de la Revolución de Octubre de 1917, han sido los pueblos (APLAUSOS), los pueblos que iniciaron la era del surgimiento del socialismo, que tanto le quita el sueño al señor Reagan. Los que han estado a la ofensiva han sido los pueblos que fueron capaces de liquidar el fascismo al precio altísimo que hubieron de pagar por ello, que fueron capaces de liquidar el colonialismo e iniciar la independencia de decenas y decenas de países, casi 100 países en los últimos 40 años. Los que han estado a la ofensiva son los pueblos que en Europa y en Asia fueron capaces de llevar a cabo la Revolución socialista; los pueblos que como Viet Nam fueron capaces de derrotar al imperialismo yanki; los pueblos que como Cuba han resistido heroica y gloriosamente 27 años de hostilidad imperialista (APLAUSOS PROLONGADOS); los pueblos como Angola, Mozambique y Etiopía que fueron capaces de zafarse del yugo del colonialismo y del feudalismo; los pueblos como Nicaragua, que fue capaz de sacudir la tiranía cincuentenaria establecida allí por el imperialismo y que hoy se defiende gallarda y heroicamente, con éxito, de la guerra sucia que le impone el imperio (APLAUSOS); los pueblos que como el de El Salvador, que es un ejemplo sin precedente de valentía, de espíritu de lucha, han sido capaces de resistir todas las maniobras imperialistas y todas las acciones represivas del gobierno genocida, apoyado por el imperialismo.
Los que están a la ofensiva son los pueblos en todas partes, los que en América Latina se deshacen del yugo de las tiranías impuestas por el imperialismo yanki; los que han estado a la ofensiva han sido el pueblo de Uruguay, el pueblo de Argentina, el pueblo de Brasil, el pueblo heroico de Chile (APLAUSOS), que con su acción valiente y decidida ha puesto en crisis la tiranía fascista y proimperialista de Pinochet; el pueblo de Sudáfrica (APLAUSOS) que, virtualmente desarmado y a costa de ríos de sangre, ha puesto en crisis al régimen racista y fascista del apartheid.
Los que están en crisis son los reaccionarios, el que está en crisis es el imperialismo. Los que están a la ofensiva son los pueblos, y la idea de que los crímenes que comete el imperialismo en su desesperación son ofensivas de la libertad, solo cabe en una mentalidad trasnochada y desprovista de todo sentido de la realidad del mundo en que vivimos (APLAUSOS).
El imperialismo ataca, agrede, es lo que ha hecho siempre, rabioso, en su impotencia, para frenar la lucha de los pueblos. Estos pueblos mencionados, otros muchos más pueblos y nosotros, somos un ejemplo de esta verdad.
La conmemoración de este aniversario aquí en esta provincia, cuyos avances, en un período relativamente corto, son considerables, demuestran qué lejos han quedado aquellos tiempos en que el imperio dictaba pautas y dictaba órdenes en cualquier parte de nuestro hemisferio.
En su desesperación, hoy el imperialismo trata de emplear sus tropas para ejercer funciones de orden interno en América Latina, como acaba de ocurrir en Bolivia, donde envió sus helicópteros y sus tropas para abordar cuestiones de orden estrictamente interno, en una especie de preparación intervencionista con el pretexto de la lucha contra las drogas, y el fracaso de la lucha contra las drogas es el fracaso de la sociedad norteamericana, de su incapacidad de practicar las virtudes, de su incapacidad de impedir la podredumbre; porque otra cosa que podemos decirle al señor Reagan: Cuba no tiene problemas de drogas, Cuba no tiene necesidad de enviar soldados como policías a ningún lugar del mundo a combatir la coca o la marihuana o lo que sea, porque en Cuba no se importan drogas, en Cuba no se consumen drogas (APLAUSOS).
La sociedad norteamericana es incapaz de frenar el creciente consumo de drogas y quiere por eso enviar soldados a combatir las drogas; cualquier día querrá, con esa lógica, emplear las armas nucleares para acabar con la marihuana y la cocaína en el mundo. Y resulta que donde tienen que acabar con la marihuana y la cocaína es en los propios Estados Unidos y entonces se resolvería el problema de las drogas en el mundo (APLAUSOS).
En esta era y en esta circunstancia es que se desarrolla nuestra Revolución y nuestro proceso, enfrentando estas dificultades objetivas de tipo económico, que explicaba primero y las de tipo internacional, que he tratado de explicar en los últimos minutos.
Son tiempos difíciles; pero, ¿cuándo no fueron difíciles los tiempos para los revolucionarios? Siempre fueron y serán tiempos difíciles para ellos. Hace 33 años, a esta hora, para nosotros eran tiempos difíciles, ¡muy difíciles!, lo que ningún tiempo ha sido jamás lo suficientemente difícil, como para que los verdaderos revolucionarios no sean capaces de vencerlo (APLAUSOS). Y así también nosotros, que hemos estado dispuestos a cualquier sacrificio antes que abandonar las banderas de la Revolución, que las hemos sostenido durante tantos años contra el imperio, que nos hemos preparado para frenarlo, y no solo frenarlo, sino derrotarlo si nos agrede, seremos capaces de vencer cualquier tipo de tiempo difícil, cualquier tipo de dificultad.
Estamos aquí en esta provincia hoy, precisamente, y en esta provincia se respira aire de lucha, aire de historia, aire de leyenda. Desde los tiempos más antiguos, desde que los esclavos se sublevaban, o desde la actividad de los primeros patriotas, desde la guerra de independencia, pues hasta aquí llegó la primera guerra de independencia, hasta un poco más allá, esta región siempre fue combativa y heroica, secundó a Céspedes, secundó a Agramonte rápidamente y fue de las primeras en unirse a la lucha por la independencia; de aquí surgieron hombres ilustres como: Honorato del Castillo, Serafín Sánchez, Ramón Leocadio Bonachea y otros, y mujeres ilustres que escribieron páginas gloriosas.
Estas fueron tierras que conocieron de las hazañas de Máximo Gómez, de sus campañas brillantes en la guerra de 1868 y en la de 1895; fueron tierras que conocieron de las hazañas de la columna invasora y de Antonio Maceo; en todas las épocas: en la colonia, en las luchas de la colonia por su emancipación se destacó esta provincia y en sus luchas contra las injusticias de la república mediatizada, de la neocolonia yanki, en las batallas de sus valientes obreros y campesinos.
Fue, precisamente, por esta provincia donde en la última lucha por la independencia, la última y definitiva lucha, entraron las fuerzas gloriosas del Che y de Camilo (APLAUSOS), y donde encontraron apoyo solidario, respaldo y nutrido ingreso de combatientes, las gloriosas columnas del Ejército Rebelde.
Se luchó en esta provincia mientras nosotros luchábamos en Oriente, y al triunfo de la Revolución la respaldó con todo su calor y se enfrentó a las bandas mercenarias y contrarrevolucionarias que el imperialismo organizó en el Escambray. Brilló el patriotismo de los espirituanos en aquella lucha, lucha que costó vidas, que costó sudor, que costó recursos humanos, que empleó parte importante del tiempo que necesitábamos para el desarrollo, y hoy esta provincia es un ejemplo de espíritu de avance, de progreso y de paz. Ya hace mucho tiempo que los bandidos aprendieron la lección de que por esas montañas, custodiadas celosamente por el patriotismo de los espirituanos, los cienfuegueros y los villaclareños, no puede levantarse ni una hormiga. ¡Hace tiempo que aprendieron esa lección! (APLAUSOS) Más mérito todavía en la obra de esta provincia, que debió invertir energía y sangre en aquellos primeros años en aquella lucha y en reconstruir el daño ocasionado por aquella guerra.
Aquí se puede hablar de patriotismo, aquí se puede hablar de firmeza, aquí se puede hablar de heroísmo, aquí se puede hablar de valentía, aquí se pueden desafiar todos los riesgos, todos los peligros, aquí se puede hablar de dificultades, como se puede hablar a lo largo y ancho de nuestra patria, sin temor a ninguna de ellas.
Aquí se encuentran madres, ascendientes, descendientes, hermanos familiares y compañeros de los combatientes caídos en el Moncada (APLAUSOS). Ellos son testigos excepcionales de cómo siempre, a lo largo de estos 36 años, nos hemos mantenido leales a los principios y a las banderas de la Revolución. Ellos han sido testigos excepcionales de cómo nuestro pueblo fue capaz de enfrentarse a todos los obstáculos, a todas las dificultades, a todos los riesgos desde aquellos días ya lejanos, pero duros, muy duros, difíciles, muy difíciles, en que no éramos más que un puñado de combatientes enarbolando ideas que considerábamos justas y que la historia ha demostrado que eran justas.
Hoy ya no somos ese puñado de combatientes, ya no somos algunas decenas. En esta sola plaza somos 100 000 (APLAUSOS); en el país somos muchos cientos de miles, en el país somos millones los que enarbolamos con ardor patriótico y fervor revolucionario estas ideas, estas ideas victoriosas hasta hoy, estas ideas victoriosas para siempre, estas ideas justas, que han demostrado su fuerza y su capacidad de enfrentarse al más poderoso imperio que ha existido en este mundo, a 90 millas de nuestras costas, a unas pulgadas en Guantánamo.
Con la fe de los días más difíciles, y con la fe y la seguridad que nos ha dado la victoria, digo hoy, le decimos al imperio y les decimos a los adversarios que nuestro pueblo será capaz de vencer cualquier obstáculo, cualquier dificultad; que nuestro pueblo será capaz de marchar adelante incontenible, será capaz de vencer sus propias debilidades, será capaz de vencer sus propios defectos, será capaz de vencer sus propios errores (APLAUSOS). Y un pueblo que es capaz de vencer sus propios defectos, sus propios errores; un pueblo que no teme a nada, un pueblo que no se doblega ante nada ni ante nadie, es y será siempre un pueblo invencible.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)
(VERSIONES TAQUIGRÁFICAS – CONSEJO DE ESTADO)