Fidel Castro: Absuelto por la historia
El Elegido
Alfredo Guevara
Soy el que soy, no otro, y es por eso que os pido licencia para llegar a nuestra época, a los días en que la generación de que soy parte buscaba sin cesar al Profeta, aquel que, de entre nosotros, tendría que asumir la adarga recorriendo caminos y montañas. Lo supimos más tarde, se llamaba Fidel, Fidel se llama.
Lo “tuve junto a mí” aquel día en que entramos al Alma Mater, Universidad de La Habana. Los historiadores ya dicen “estuvo junto a él” y eso me encanta. Resultó el Elegido, y como pasa no pocas veces, al decursar los años, la historia, al héroe, al Elegido lo transforma en Patriarca. Si le veo, si estoy otra vez cerca, siempre lo encontraré rodeado de jóvenes que en amplio oleaje llegan.
El paso es cauteloso, así debe ser, hay que salvar primero cuanto hemos conquistado; la vela que de nuevo despliega viento en popa ya lo hace avanzar con nuevos timoneles. El héroe que no deja de ser héroe es el Patriarca; y el Patriarca es héroe.
Alfredo Guevara: “Espíritu y trascendencia” en Revolución es lucidez, ediciones ICAIC, La Habana, 1998, pp. 76-77.