Presencia de Fidel en Trinidad
Agosto de 1959. La conspiración trujillista se suma a la agenda de acciones contra la Revolución cubana financiada por el Gobierno de los Estados Unidos, con la intervención directa de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), cuyo objetivo era abortar el proceso revolucionario. Este propósito contó como fiel aliado al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, Chapitas.
Nosotros sabíamos que los elementos cuyos intereses habían sido afectados no se limitarían a la propaganda política contra las medidas revolucionarias.
Fidel
Bajo la dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro, el 7 de agosto de 1959 se desencadenan las detenciones que neutralizaron a los principales conspiradores.
Al día siguiente las operaciones se trasladan hacia la ciudad de Trinidad, en cuyos alrededores ya se encontraban desplegadas las Fuerzas Tácticas de Combate del Centro. El 11 de agosto un avión trujillista lanzó un gran alijo de armas y otros pertrechos de guerra en playa El Inglés, en las cercanías?? de Trinidad.
En estas nuevas circunstancias, el Comandante en Jefe decidió hacerle creer a Trujillo que el sur de la zona central del país estaba tomado por la contrarrevolución, por lo cual estaban creadas las condiciones para iniciar la agresión.
Las fuerzas revolucionarias ocuparon Trinidad, y con la ayuda de la población se simularon las condiciones de una plaza sitiada. Al parecer los complotados dominaban la ciudad, como se lo creyó el sacerdote Ricardo Velazco Ordóñez, enviado por Trujillo, quien inspeccionó la villa el 12 de agosto.
En las proximidades de la pista del aeropuerto de Trinidad, Fidel observaba cómo una compañía de rebeldes daba vivas a Trujillo. Personalmente Fidel imparte instrucciones al radista que se comunica con Ciudad Trujillo para desinformar al enemigo.
El 13 de agosto de 1959 decide sabiamente poner fin en Trinidad a la conjura trujillista. Al oscurecer aterrizó un avión de la fuerza aérea trujillista, con un cargamento de pertrechos de guerra y 11 tripulantes. Seis de ellos proyectaban quedarse en el “teatro de operaciones”.
En ese momento Fidel ordenó neutralizar a los tripulantes que habían quedado en la nave. Sobrevino un intenso intercambio de disparos donde perdieron la vida los combatientes Eliope Paz y Frank Hidalgo, cuyo duelo fue despedido por Fidel. A causa de las heridas recibidas, Oscar Reytor falleció semanas más tarde.
Bajo la mirada estratégica del Comandante en Jefe la conspiración trujillista fue abortada. Ese 13 de agosto de 1959 Fidel cumplía sus 33 años en tierras espirituanas.
El hecho desarticuló momentáneamente a la organización contrarrevolucionaria La Rosa Blanca y entonces muchos de sus integrantes se refugiaron en las lomas para desde allí seguir asediando a la naciente Revolución. Comenzaría así el capítulo del bandidismo en Las Villas, suceso que puso a prueba una vez más la inteligencia, sabiduría y las dotes de Fidel como estratega militar y como el líder que siempre ha sido.
El 14 de agosto de 1959, el Comandante en Jefe Fidel Castro comparece ante la televisión para alertar al pueblo que la frustrada conspiración alentada por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo.
Es solo un episodio en la gigantesca conjura contra la Revolución Cubana. Menciona el Primer Ministro del Gobierno Revolucionario como Estados Unidos acoge con todos los honores a individuos que no pasan de ser delincuentes comunes, y fomenta conspiraciones, traiciones, infidelidades valiéndose de todos los procedimientos para debilitar al Gobierno Revolucionario.
«Que suerte hubiera tenido Martí si hubiera podido contar con esa facilidad con que cuentan los criminales de guerra para traer armas a Cuba», exclama.
El líder de la Revolución incluye en la gran conjura a las agencias monopolizadoras de la información, que obstaculizan a Cuba el turismo y todos los planes, hacen campañas terribles y alientan a los conspiradores.
Tanto la conjura trujillista como el posterior Plan Trinidad evidenciaron el progresivo modus operandi de la contrarrevolución, que alcanzó su máxima expresión contra Cuba en la fracasada invasión por Playa Girón en abril de 1961.
METERLE AL ESCAMBRAY CON TODO
“Recuerdo bien que desde los primeros momentos Fidel planteó la necesidad de estudiar bien la vida en las lomas, las posibilidades de supervivencia. Me dio la instrucción de entrenar a milicianos, se hizo la escuela con 1 000 campesinos de Camajuaní, Vueltas, Yaguajay, Santa Clara y otros lugares”, recuerda el Comandante Félix Torres.
“Vuela dos veces sobre todo el Escambray, en la primera oportunidad regresó algo contrariado, pues sus acompañantes no le pudieron ofrecer todos los detalles por él solicitados sobre el lomerío y entonces me preguntó si yo conocía bien el macizo montañoso, le respondí afirmativamente; me orienta dar detalles a Piti Fajardo y recorrí junto a Fidel por aire la zona, me hizo todo tipo de preguntas y siempre obtuvo respuestas.
“Me llama aparte y me dice que por la situación política del lugar era recomendable que yo pasara a otro frente. Le manifesté mi disposición para servir donde fuera y por esa actitud y mis conocimientos del sitio decide nombrarme jefe de operaciones y a Piti el máximo responsable de Lucha Contra Bandidos. Fue entonces cuando me retrató la situación real del Escambray, con las bandas, la ayuda norteamericana y me expresó que al lugar había que meterle con todo; tenía la visión, por eso reiteraba limpiar duro y pronto”.
FIDEL TRAS LOS ALZADOS
Documentos existentes en el Museo Nacional de Lucha Contra Bandidos radicado en Trinidad guardan testimonios de los campesinos Fermín Gutiérrez Muñoz, Eduardo Pérez Lara y Félix Pérez Valdés, donde se revela que al amanecer del día 6 de enero de 1961 Fidel y sus acompañantes se trasladaron hasta frente a una altura conocida también como Paso Viejo y se tiraron varios bazucazos, incluso se afirma que el Jefe disparó tomando como blanco la cima del monte. Hubo al momento intercambios de disparos de fusilería entre los bandidos y los hombres del Ejército Rebelde.
Fidel continuó la marcha hasta San Ambrosio y estuvo allí todo el día y la noche. En los alrededores del lugar, desde el 5 habían tenido lugar enfrentamientos contra Osvaldo Ramírez y su banda que sufrió varias bajas, aunque el cabecilla no pudo ser capturado.
EL MAGISTERIO DE UN JEFE
“Estuve dos veces con Fidel en el Escambray persiguiendo bandidos. Durante la primera, en la zona conocida como La Campana, yo llevaba 17 hombres, lo noto algo molesto y le pregunto: ¿Qué sucede? ‘Nadie ha explorado la zona de operaciones’, responde. Le propuse ir con mi gente y se negó. ‘Están muy cansados’, argumentó, y era verdad, el agotamiento era total, así nos cuidaba”, expone el Comandante Orestes Guerra.
“No se me olvida esa jornada, cómo Fidel invertía valioso tiempo, primero en darnos cada detalle de la situación exacta del bandidismo en la zona y después, regalando consejos, sugerencias, explicando la necesidad de no perderse ni un minuto en la lucha contra los alzados y la necesidad de acabar con ellos pronto”, agrega.
Haciendo historia sobre la Lucha Contra Bandidos Gustavo Castellón, conocido como El Caballo de Mayaguara, recuerda la presencia del Comandante en el teatro de operaciones.
Un día, antes de comenzar las acciones contra los bandidos, Fidel se apareció en La Campana. Se trepó en una pilita de tierra hecha por las bibijaguas y nos habló a todos. Nos dijo que no le podíamos matar ni una vaca, ni un puerquito a ningún campesino, que en el puesto de mando los oficiales tendríamos dinero para darles comida a nuestras tropas. A cualquier lugar donde llegáramos había que hablar con el campesino, explicarle que necesitábamos comer y que íbamos a comprarle viandas y algún animal si lo tenía; “había que tratar con respeto y consideración a las familias campesinas, no se podía maltratar a ningún campesino, había que destruir al enemigo. Y así comenzó la limpia del Escambray.
El 26 de julio de 1965, en Santa Clara, Fidel anunció la victoria con una sentencia válida para todos los tiempos: “los guerrilleros contrarrevolucionarios no pueden prosperar (…) la lucha guerrillera es un arma formidable, pero como arma revolucionaria”.