Archivo Histórico Provincial
Situada junto a la tricentenaria Parroquial Mayor, flanqueada por las calles Máximo Gómez, Honorato y Jesús Menéndez, esta plaza es el espacio urbano más antiguo de la ciudad.
Según la historiografía tradicional tuvo en su entorno original a la primera institución religiosa, al Cabildo y a las casas de los personajes más connotados, todas ejecutadas con materiales poco duraderos.
Desde los primeros años fue escenario tanto de la actividad religiosa que se realizaba en relación con el templo contiguo, como de las reuniones de los vecinos que venían a oir los anuncios de guerras, amenazas de ataques piráticos, promulgación de leyes, bandos y otros, además, para participar en las elecciones anuales de los funcionarios que regían los destinos de la comunidad.
La construcción de la actual nave de la Parroquial Mayor, hecha a expensas del Sargento Mayor Don Ignacio de Valdivia en 1680, marcó el inicio de transformaciones en el entorno con sólidas casas de ladrillos en sus muros y techos en los que la madera preciosa tomaba curiosas formas y se cubría finalmente con las tejas del excepcional barro de la región.
Al proclamarse en España la constitución de 1812 también en Cuba se apoya al gobierno liberal allá establecido; Sancti Spíritus no queda al margen de los acontecimientos y en sus plazas se difunde la Ley de Leyes. Más tarde, el Cabildo acuerda perpetuar el hecho, poniendo una lápida en una pirámide en el centro de la Plaza Mayor, que hasta ese momento no tenía otro tipo de ornamentación ni pavimentación. Otra transformación se hará por orden del gobernador Pellicer que decidió su arreglo con fuente y bancos de hierro en 1874.
A pesar de que la sede del Cabildo se encontraba a una cuadra hacia el este, la Plaza Mayor no perdía jerarquía y era preferida por las grandes familias como centro residencial, además de mantenerse en funciones el Templo del Espíritu Santo con su categoría de Parroquia.
Con el advenimiento de la República se eliminaron las plazas coloniales y en su lugar se construyeron lo que, según la prensa local, se consideraban “bellos parques de estilo inglés”. Entonces esta área se pavimentó con hormigón, se le pusieron arbustos, bancos de hierro y madera, además, faroles para su iluminación.
Al ocurrir en 1912 el asesinato del Doctor Rudesindo García del Rijo, quien nació en la única casa de dos plantas de este entorno, el Ayuntamiento dispuso la recaudación de fondos para erigir una estatua a quien fuera eminente médico y científico. El pueblo, que lo recordaba además, por su gran actividad benéfica, aportó fondos y se encargó la estatua italiana que hoy se encuentra en el centro del lugar. También en esta época ocurrían remodelaciones en las casas del frente de la fachada principal de la Parroquial Mayor y del lado oeste de la Plaza, así como dos sucesivos cambios de nombres, manteniendo hasta hoy el de Parque José Manuel García, en honor al médico, padre del Doctor Rudesindo García del Rijo.