Este Fidel con boina nos mira todo el tiempo desde 1961. No importa el ángulo en el que nos situemos. Fidel nos observa y nos habla desde esa expresión única fotografiada por Liborio Noval hace 50 años. Para celebrar ese instante de gracia, registrado por el fotoreportero fue inaugurada la exposición Haciendo Historia, con esa y otras obras del artista, en la Galería Nelson Domínguez de La Habana Vieja.
También vio la luz un calendario de 2012 que reúne algunas de las fotos más relevantes de Noval durante su larga carrera y, con todo, se le rindió homenaje a un “símbolo de la fotografía cubana”, según expresó la periodista Magda Resig en la presentación.
Liborio, rodeado de amigos, estuvo feliz. Agradeció emocionado tantos gestos de afecto y quiso corresponder con cada línea de su mano estampada en los afiches. Pero las gracias primeras y finales fueron para ese gigante al que fotografió infinitas veces, desde la naturalidad de un hombre sumamente fotogénico, pero sobre todo, -no como el líder de la Revolución-, sino como un ser humano.
“Gracias a todos pero especiales a Fidel, porque por él tenemos Revolución, por él estamos aquí, por él existen estas fotos”, dijo.
Contó Liborio que el Fidel con boina, como él llama a esa foto, fue tomada un 7 de diciembre en el Cacahual. Blanco perenne de su lente, buscó al Comandante, tomó la imagen y continúo la faena de ese día. Fue después, en la intimidad del hogar, cuando lo sobrecogió la mirada del gigante. Aseguró que no tiene fotos preferidas, pero reconoció que a esa le tiene un cariño especial.
En un documental de Magda, realizado años atrás, apareció el artista contando su historia, que se parece a la de sus fotos, a la vida de este país registra con su cámara por varias décadas.
“No sabíamos que estábamos haciendo historia, cuando salíamos a recorrer el país, fue Celia quien nos alertó de que estábamos armando la memoria gráfica de la Revolución”, contó frente a las cámaras.
Gabriel Navarrete, presidente de la ONG Cultura y Cooperación Internacional, organizador junto a otros del homenaje, del afiche con obras de Liborio para todo el 2012, aseguró: “no se pueden hacer grandes cosas sin grandes amigos y Liborio, es un gran amigo(…) ese retrato representa la persona que desmontó al capitalismo”.
Y como para hacer grande la obra de un hombre este necesita sostenes, compañías para la esposa de Liborio hubo flores y vítores, porque “lo quiere, lo mima, lo inspira…lo soporta”, dijo Magda y saltaron la risas y él, jaranero y con su tabaco en la mano, asintió.
Tantos amigos reunidos para agasajarlo tambalearon su fuerza, por instantes se le acristaló la mirada. Le acompañaron, entre muchos, Roberto Salas, maestro de la fotografía cubana y colega de muchos años en Revolución, Nelson Domínguez, premio Nacional de Artes Plásticas, José Fúster, reconocido pintor, Roberto Chile, documentalista y de muchas maneras también Eusebio Leal, quien dejó un mensaje especial para la ocasión.
¿Alguna vez estuvo consciente de que, haciendo su trabajo, estaba haciendo historia?, le preguntaron hace un tiempo. Respondió: “Con el tiempo te das cuenta de que has vivido una parte importante del proceso de la Revolución. Tuve la oportunidad de tomarle muchas fotos al Che, de cubrir muchos viajes de Fidel y estar en eventos importantes. Uno no puede creerse el ombligo del mundo, tampoco puedes dejar que los humos se te suban a la cabeza por vivir esas ocasiones históricas. Estás haciendo tu trabajo por tus principios y lo tienes que hacer tan bien afuera como adentro del país, lo mismo con Fidel que con un obrero”.
Lo mejor es que este diciembre, cincuenta años después de ese Fidel con boina que nos mira todo el tiempo, Liborio Noval aseguró: “Quiero seguir haciendo fotos”.
(Tomado de Cubadebate)
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