Yumari González Valdivieso ya enrumba su nueva meta. Londres está a un “pedalazo” y la cabaiguanense no quiere perderse lo que pudiera ser su última gran fiesta.
Por Elsa Ramos Ramírez
Sin sacudirse aún el polvo de Guadalajara, Yumari González Valdivieso ya enrumba su nueva meta. Londres está a un “pedalazo” y la cabaiguanense no quiere perderse lo que pudiera ser su última gran fiesta.
Apenas unos días para “acurrucar” a Alex y conducir los primeros pasos de su nene, y ya está de vuelta en la pista del velódromo nacional. Con el asomo de diciembre (el día 3) llegará el primer “trillo” que la puede conducir por los caminos hasta la cita olímpica del 2012: la segunda fase de la Copa del Mundo en Colombia.
Así de persistente es esta chica. Y de fuerte también; lo confirmó cuando hace solo once meses soportó 27 horas de dolor a la hora del parto para evitar la cesárea y cuando subió a una bicicleta 45 días después de salir del salón gineco-obstétrico en Cabaiguán.
Guadalajara probó sus fuerzas y perdió la apuesta. Con una deuda acumulada en el entrenamiento, la mejor ciclista de Cuba le arrancó a los Panamericanos sendas medallas de plata, que brillaron como el oro.
Cuba vibró junto a sus piernas cuando empujó al equipo, que conformó junto a Dalila Rodríguez y Yudelmis Domínguez en la persecución, a una medalla difícil que por solo cuatro segundos no fue oro a favor de las canadienses.
Después vendría la épica de llevarse otra plata en un sprint de leyenda como parte del 1-2-3 cubano junto a Arlenis Sierra y Yudelmis Domíngez, para copar el podio de la ruta en un suceso inédito en 16 ediciones de juegos continentales.
“En la vida de un atleta hay momentos y momentos. En competencias de grupo se dan situaciones en la carrera, se trazan estrategias con nuestros entrenadores, pensando en el trabajo de equipo y lo mejor para el país. A Arlenis se le planteó que tenía que trabajar para que ninguna otra corredora escapara del conjunto; yo era la favorita, pero si alguna de nosotras tres se podía fugar del pelotón que lo hiciera, si no tenían que llevarme hasta el sprint final. A Arlenis se le dio la oportunidad, y felicidades para ella, y para todas, ya que hicimos historia”, rememora Yumari.
En verdad se hizo. De paso, agrandó sus arcas que archivan ahora seis medallas en cuatro ediciones panamericanas sucesivas (una de oro, dos de plata y tres bronces).
No importó si ahora fue en desventaja, no solo por su falta de entrenamiento, sino por los más de 20 kilogramos que debió bajar en 10 meses, la imposibilidad de hacer bases de preparación en el exterior o de probarse bien como conjunto.
“Nos entregaron las bicicletas cuatro días después de llegar y no pudimos entrenar, solo hicimos bicicleta estática en un gimnasio, nos dijeron que la llave del almacén, donde estaban guardadas nuestras bicicletas de carreras, estaba perdida, o que el jefe había salido”.
Pero se pudo. Por eso Cabaiguán se rindió a sus pies y la Asamblea Municipal del Poder Popular la declaró Hija Ilustre, mientras la Federación de Mujeres Cubanas la honró con la medalla 23 de Agosto.
Yumari quiere retribuir tanto agasajo. La multimedallista mundial y dos veces titular universal del scracht ajusta su ciclo y comienza el pedaleo en su nueva carrera de 10 meses hasta Londres.
“Quiero acumular puntos para el ranking del mundo, prepararme y lograr la clasificación. Ese es mi sueño, mi gran meta, y mi reto, la única medalla que falta en mis vitrinas es la olímpica”.
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