Damián Ferro Martínez, ganador del más reciente concurso literario de Escambray cree que la poesía es una espiral de comunicación desde lo más cotidiano hasta lo más profundo.
Cada año, Escambray convoca un concurso literario que recuerda su fecha fundacional alternando la poesía con la décima, aunque la mayoría de los participantes hacen caso omiso de este requisito y mandan su espinela; lógico en un pueblo parrandero que sabe del oficio de la rima y cuenta entre sus gestores a los mejores repentistas del país.
Es halagüeño que los jóvenes -la mayoría de los decimistas- escriban recurriendo a estructuras contemporáneas, utilizando licencias audaces, y que lo hagan con cabal conocimiento del lenguaje figurado.
Este es el caso de Damián Ferro Martínez, estudiante de cuarto año de Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica, ganador del último concurso del semanario correspondiente al año 2011.
En términos de orientación vocacional, nada parece más distante que las letras y las ciencias; por eso, Damián se vio obligado a recorrer las distancias sin mucho que pensar, porque a los Camilitos, donde cursó la Enseñanza Media, no llegó la carrera solicitada; pero su apego a la literatura es un hábito de probado alcance dentro de sus aspiraciones.
Opina que la poesía no se consume con facilidad por lo difícil que resulta desentrañar el pensamiento del otro, y por el deslumbramiento provocado por los medios audiovisuales, la televisión, la computadora, los teléfonos móviles…
Entre sus libros de cabecera figuran títulos de Elliot, Shakespeare, Vallejo, Lezama y Eliseo Diego, aunque lee todo lo que le cae a la mano. Tatiana, el poema premiado por Escambray, forma parte de su cosmovisión más cercana por razones de causalidad y azar, de allí el rejuego entre una y la otra, aunque es categórico cuando afirma que el pasado ya dejó su huella, es algo que tenía que pasar.
Preguntado sobre la significación de la poesía, piensa que es una espiral de comunicación desde lo más cotidiano hasta lo más profundo, cuyo objetivo consiste en comunicar algo que merece ser escrito.
TATIANA
Cada ser dice en voz muy baja: Pertenezco a quien me haya comprendido.
Jules Michelet
Y quién hizo vulnerable su armadura
De silencio la tristeza que evidencio
Por saberme dispensable
De manera ineluctable de los sueños que me gana
La codicia más humana
Hacer el tiempo un instante
Estar contigo es bastante pero te marchas
Tatiana
No me dejes en la tierra entre las fauces
Del miedo
Sin tu sonrisa me quedo como rehén de la guerra
Una espiral que se cierra en el limbo del azar
Como una noche
Sin bar en la calle del absurdo
Cuando con polvo me aturdo antes de hundirme
En el mar.
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