Las más de 14 000 hectáreas plantadas representan una cifra similar a las de igual período del año precedente. Más del 90 por ciento de las áreas sembradas se asientan en La Sierpe.
El mejor escalonamiento de las siembras de arroz a lo largo del calendario noviembre-febrero, define el salto cualitativo del programa de plantación invernal -14 041 hectáreas- completado este miércoles en la provincia espirituana, área que una proporción superior al 90 por ciento, se asienta en terrenos del sureño municipio de La Sierpe.
A partir de un mejor aseguramiento de los recursos, en especial el combustible, se pudo escalonar mejor la siembra, estrategia que persigue atenuar los grandes picos de recolección, aunque, a criterio de directivos y especialistas de la rama, siempre será inevitable una concentración de los volúmenes a cosechar en los meses de junio y julio, cuando entran en esa fase las áreas plantadas en enero y febrero, considerado el momento óptimo para la siembra.
El ingeniero Genaro García, director técnico productivo del Complejo Agroindustrial Sur del Jíbaro, entidad responsabilizada con toda la producción del cereal en la provincia, explicó a la prensa que los campos plantados tienen garantía de riego de agua y también se dispone de los insumos requeridos para el cultivo, lo que unido a los mayores rendimientos agrícolas que alcanzan las áreas sembradas en frío, establecen condiciones para que Sancti Spíritus se planifique resultados productivos ligeramente superiores a los del año anterior, cuando los arroceros lograron una de las mejores campañas de las últimas décadas.
La mitad de las áreas en La Sierpe, donde se concentra el grueso de la producción arrocera de la provincia, son trabajadas por el sector especializado (estatal), en tanto, la otra parte es asumida por unidades del sector cooperativo y campesino, fuerza que al paso de los años ha elevado su protagonismo en este cultivo.
Completado el programa de siembra invernal, en la agenda de los arroceros espirituanos cuenta, además de la atención a los campos, arreciar los preparativos de la maquinaria agrícola y el área de secado y molino, de cara al comienzo de la cosecha y el procesamiento industrial, fijado, según calendario, para abril próximo.
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