Varias de las inversiones que se acometen desde junio en los dos centrales de Sancti Spíritus, Uruguay y Melanio Hernández, buscan solucionar los problemas ocurridos en la última zafra.
El temprano cumplimiento del plan de azúcar le sigue aportando beneficios al territorio espirituano, toda vez que posibilitó adelantar los trabajos de desarme y conservación para luego dar paso al cronograma de reparaciones, que al cierre de junio reportaba ejecutado alrededor del 20 por ciento de las acciones en los centrales Uruguay y Melanio Hernández.
Manuel Pérez Siberia, director de Plantas Industriales en la Empresa Azucarera Sancti Spíritus, subrayó a Escambray que, a partir del diagnóstico realizado en cada fábrica, se concibió el programa de reparaciones “dirigido a resolver los problemas de roturas e interrupciones que se presentaron en la pasada zafra”.
El hecho de haber iniciado estas labores prácticamente un mes antes del calendario habitual coloca a la provincia en condiciones de garantizar la marcha de los trabajos, “los cuales se pretenden terminar a finales de noviembre y así disponer de suficiente tiempo para el alistamiento y la prueba de la industria con vistas a la siguiente cosecha prevista para enero”, refiere Manuel Pérez.
Junto a este cronograma la empresa espirituana acciona también en el programa de inversiones definido para este año, que será ejecutado por fuerzas especializadas del territorio y responde a tres vertientes principales de la operación fabril: mejorar la eficiencia energética, industrial y la calidad del azúcar.
No será un año fuerte en inversiones, precisa Manuel, pero las aprobadas beneficiarán la automatización, la capitalización de los centrales y la modernización de áreas importantes y, aunque este esquema de trabajo abarca lo que resta del 2012, ya se labora en la construcción y montaje de nuevos tanques en la Destilería para combustible y en el Melanio Hernández, para agua; también se trabaja en la reubicación de cuchillas para preparar la caña, en el central Uruguay.
La modernización de centrífugas, la protección de motores eléctricos, reconstrucción de almacenes de azúcar, el montaje de tuberías de agua y miel y la conservación e imagen de los centrales, figuran entre las inversiones definidas que, sin llegar esta vez a las magnitudes de otros tiempos, apuntan al fortalecimiento de la operación industrial, la calidad del azúcar y el ahorro de agua y energía.
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