A una década de su apertura, la cárcel de Estados Unidos en la Base Naval de Guantánamo, Cuba, persiste hoy como centro donde se torturaron prisioneros y muchos se mantienen sujetos a detenciones indefinidas.
El presidente Barack Obama mantiene incumplida, asimismo, su promesa electoral de hace tres años de cerrar el recinto penitenciario, anuncio que entonces le valió el respaldo de los votantes y de la comunidad internacional ante las continuas denuncias de vejámenes contra los reos.
La disposición del gobernante, sin embargo, parece haber caído en saco roto, pues el último día del 2011 firmó la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2012, iniciativa que impide el cierre del campo de detenciones y prohíbe el traslado de prisioneros a cárceles en el territorio estadounidense.
Su firma a favor de las detenciones ilimitadas aniquila aquella promesa, pues 171 hombres musulmanes aptos para ser liberados siguen detenidos indefinidamente en aquel lugar, señaló Brian Terrell, un defensor de los derechos humanos de Maloy, Iowa.
La acción de Obama constituye una mancha en su legado, porque siempre será conocido como el presidente que firmó la detención indefinida de personas sin cargos ni juicio, reprochó Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
En enero de 2002, la administración del expresidente George W. Bush inició el envío a dicha cárcel de sospechosos de terrorismo pertenecientes a la red Al Qaeda, insurgentes talibanes y otras personas.
Hace 10 años llegó a la bahía de Guantánamo el primer avión con 20 prisioneros, momento cuando inició esta nueva arquitectura de la tortura, el abuso y la detención indefinida, recordó Beth Brockman, defensora de los derechos humanos y madre de dos hijos en Durham, Carolina del Norte.
Hemos llamados al 11 de enero Día de la Vergüenza Nacional, aseguró.
Desde hace días, organizaciones de derechos humanos protestan frente a la Casa Blanca contra el mantenimiento de la penitenciaría en el enclave, ubicado en territorio cubano contra la voluntad de las autoridades y del pueblo de la isla caribeña.
Un centenar de personas ayunan desde el pasado 2 de enero y efectúan acciones frente a la sede del Ejecutivo y otros lugares del país, a fin de denunciar la injusticia que es Guantánamo y las prisiones secretas estadounidenses en el mundo, comentó el sitio digital ENews Park Forest.
Dichas protestas integran la campaña «Diez años es demasiado: Día Nacional de Acción para cerrar Guantánamo», la cual concluirá este miércoles con una movilización en el parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, informaron los patrocinadores.
La acción cívica es organizada por una coalición de grupos como Testigos Contra la Tortura, el Centro de Derechos Constitucionales, la Campaña Nacional Religiosa contra la Tortura y Amnistía Internacional, entre otras.
Ciudadanos vestidos con el típico uniforme naranja de los reos, con sus cabezas envueltas por capuchas negras y ubicados tras barras de hierro que simulan una celda, atraen por estos días la atención de los transeúntes que se desplazan frente a la Casa Blanca.
Numerosas denuncias verifican que en la cárcel de Guantánamo se torturó a los prisioneros y se violan sus derechos humanos al aplicar el confinamiento solitario, algo en lo que Washington ocupa el primer lugar mundial con más de 20 mil casos, según informes de las Naciones Unidas.
El centro penitenciario es considerado el más caro del mundo, pues cuesta a los contribuyentes estadounidenses unos 800 mil dólares anuales por cada cautivo, 30 veces el costo de mantener a un reo en las prisiones federales, confirmó en noviembre el diario estadounidense The Bellingham Herald.
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