El central Melanio Hernández, perteneciente al municipio espirituano de Taguasco arrancará la zafra azucarera el 22 de diciembre.
Tras varios meses de actividad, los trabajos de reparación y mantenimiento del central Melanio Hernández están muy próximos a concluir, para dar paso a inicios de la semana entrante al ejercicio de zafra, momento donde se comprueba al menos el 90 por ciento del equipamiento; días después se planifica la prueba a la industria, en busca de que el ingenio esté listo para arrancar la cosecha el 22 de diciembre.
“Las reparaciones han sido de calidad, profundas y es cierto que el adelanto de la contienda 16 días con respecto a lo planificado inicialmente nos presiona, pero al ingenio se le han hecho trabajos grandes, cosas que no se realizaban hacía años y son acciones que tienen que dar resultados y propiciar mejoras en la fabricación del azúcar blanco directo”, explica Rigoberto Toledo Ferro, director de la Unidad Empresarial de Base central azucarero Melanio Hernández.
Entre las acciones más significativas, asumidas por las propias fuerzas industriales y de la Empresa de Servicios Técnicos, del grupo empresarial AZCUBA, figuran las reparaciones generales de las esteras de caña en el basculador, incluida la colocación de cadenas y tablillas nuevas, beneficios que no se ejecutaban hacía más de 15 años y que redundarán en mayor seguridad a ese proceso y reducción del tiempo perdido en esa área.
También sobresale el cambio de rayado del cuarto molino y suman tres los componentes de este tipo que estandarizan dicha tecnología, una medida que favorece la eficiencia industrial porque mejora la extracción de los jugos, el drenaje y disminuye la humedad del bagazo.
Según Toledo Ferro, en el área de fabricación se acometieron importantes trabajos para solucionar problemas manifestados en la anterior zafra que afectaron el rendimiento, la eficiencia y la calidad del azúcar.
De elevada repercusión para la operación energética se considera la construcción de un tanque de agua de 1 500 metros cúbicos de capacidad, inversión que completa la necesidad de almacenamiento de líquido para alimentar las calderas, pues hasta la última contienda esa reserva cubría solo el 30 por ciento de la demanda.
“Tenemos la plantilla cubierta, los puestos fundamentales ocupados por personal de experiencia y, aunque está previsto aprovechar la capacidad potencial de molida al 70 por ciento por limitaciones de la maquinaria agrícola, planificamos un 14 por ciento de crecimiento en la producción de azúcar con respecto a la anterior zafra”, expone el máximo directivo de la fábrica.
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