Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) consideraron este martes en La Habana que las conversaciones de paz con el Gobierno colombiano presentan «sintonía y un buen balance».
Al reanudarse este martes en el habanero Palacio de Convenciones el diálogo encaminado a poner fin a décadas de conflicto armado, el guerrillero Jesús Santrich destacó en breves declaraciones a la prensa el acuerdo alcanzado el domingo último para abrir un espacio de participación ciudadana en el proceso.
«Hemos llegado a un convenio, y cuando uno conviene quiere decir que hay sintonía», opinó en alusión al anuncio conjunto de un foro en Bogotá, en diciembre próximo, que permitirá a los diferentes actores sociales colombianos realizar propuestas y emitir criterios sobre la mesa de pláticas de paz instalada aquí el 19 de noviembre.
Según un comunicado, las partes solicitaron a Naciones Unidas en Colombia y al Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional que organicen y sirvan de relatores de los debates del encuentro sobre desarrollo agrario integral, así como la entrega de las conclusiones el 8 de enero.
Para Santrich, ese paso es una señal favorable para la mesa, que tuvo la víspera su segundo día de receso.
«Hasta el momento hay un buen balance y la prensa debe ayudar a que sea mejor», apuntó.
La guerrilla aprovechó el contacto con periodistas para reiterar su fe en la incorporación a las conversaciones de Simón Trinidad, quien fue extraditado a Estados Unidos y cumple allí 60 años de prisión.
Tenemos confianza de que llegue a la mesa, y esperanza de que el presidente norteamericano, Barack Obama, brinde un mensaje de paz a Colombia, subrayó.
Las FARC-EP han solicitado a Obama un indulto para Trinidad, aunque en las últimas horas un funcionario estadounidense descartó ese procedimiento.
Como ha sido usual desde el inicio de las conversaciones, la delegación gubernamental, encabezada por el exvicepresidente Humberto de la Calle, arribó al Palacio de Convenciones sin ofrecer comentarios.
Después del receso del lunes, las partes entraron hoy en la séptima jornada de diálogo para tratar de poner fin a décadas de conflicto armado, proceso regido por una agenda que tiene como primer punto el tema de la tierra, al cual los interlocutores coinciden en calificar de origen y profundización de las hostilidades.
El programa incluye también las cuestiones de la participación política, el fin del conflicto en sí, la solución al problema del narcotráfico y el resarcimiento a las víctimas, además de un mecanismo de implementación, verificación y refrendación de lo acordado.
Las conversaciones que tienen su sede permanente en esta capital y a Cuba y Noruega como garantes han estado marcadas por la discreción y el hermetismo en torno a lo discutido.
Hasta el momento, la delegación del Gobierno de Juan Manuel Santos en la mesa no ha ofrecido declaraciones a la prensa, mientras que los representantes de la guerrilla lo han hecho día tras día, al llegar al Palacio de Convenciones con anuncios, denuncias y breves comentarios.
Sobresale el pronunciamiento realizado por el jefe de la delegación insurgente, comandante Iván Márquez, quien el día de la instalación de la mesa anunció un cese unilateral de las acciones ofensivas de las FARC-EP, desde el 20 de noviembre hasta el 20 de enero de 2013.
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