El servicio de Enfermería de la Unidad Quirúrgica del Hospital Provincial resulta tan anónimo como imprescindible en todas las operaciones que allí realizan. En los salones (incluidos los de maternidad), ellos asumen múltiples procederes.
“Cualquier operación siempre es tremenda. Uno entra solo y asustado, con aquella ropa puesta y unas ganas de salir corriendo. La suerte es que desde que llegas al área de preoperatorio las enfermeras te reciben con aquel cariño, hablan como si te conocieran, tratan de tranquilizarte. A mí me tocó una que se llama Olaya, ¡qué delicadeza de mujer!, el pinchazo para cogerme la vena casi ni me dolió. Y después, en el salón o en el postoperatorio los enfermeros también me cuidaron con mucho esmero”, cuenta Osvaldo Fernández, en la puerta del hospital a punto de salir de alta, luego de una intervención de vesícula.
El servicio de Enfermería de la Unidad Quirúrgica del Hospital Provincial constituye una suerte de columna para la cirugía en el territorio: su quehacer, distinguido por la consagración y la competencia, resulta imprescindible tanto para los pacientes como para los especialistas.
TODOS PARA UNO
En los 12 salones de operaciones que se encuentran activos en estos momentos en el “Camilo Cienfuegos” laboran más de 80 enfermeros, una veintena menos que los establecidos por la plantilla, pues el resto se encuentra de misión, cursando el quinto año de la Licenciatura, de maternidad o con otras limitaciones de salud.
“Este déficit no constituye ningún problema, el trabajo fluye perfectamente porque el personal que tenemos asume todo el servicio con calidad, lo mismo lo que demandan los médicos que los pacientes. Nuestro personal es muy calificado y con mucha entrega”, asegura César Benítez, jefe de los enfermeros en la Unidad Quirúrgica.
En los salones (incluidos los de maternidad), ellos asumen múltiples procederes: preparación del paciente según indicación médica, que puede incluir la canalización de la vena, poner sonda, entre otros; tratamiento sicológico al enfermo para que entre tranquilo al quirófano; desinfección, montaje de la ropa y el instrumental, en dependencia del tipo de cirugía.
Además, durante la operación este personal debe abastecer al galeno con todo el material necesario; suturar; luego clasificar y preparar las muestras para las biopsias; sin obviar su labor docente. Después, se mantienen atentos al proceso de recuperación con cuidados específicos, retiran la entubación endotraqueal y dan seguimiento a la tensión arterial, entre otros parámetros. Algunos de ellos se vinculan también al Grupo de Donación de Órganos.
“Ahora no trabajamos tan cargados porque debido a la falta de algunos insumos, de guantes específicamente, solo estamos operando tumores, pero cuando funcionamos a plena capacidad por aquí pasan 60 o 70 pacientes al día. Todo el personal es muy colaborador, de mucha permanencia, no hay hora, ni turno fijo, son leones para que las cosas salgan bien. Me gusta mucho lo que hago, siempre pienso en esa persona que se va a operar, esa es nuestra razón de ser”, resume César Benítez.
ANÓNIMOS, PERO INDISPENSABLES
Durante el 2011 en los salones del Hospital Provincial se realizaron unas 22 070 cirugías mayores, con predominio de las de tumores malignos, vesícula y hernias. En ese despegue de la actividad quirúrgica, que resultó posible gracias a la reapertura de varios quirófanos, mucho decidieron los enfermeros.
“Antes trabajaba en la Sala de Cirugía, pero desde el 2002 vine para acá, yo pedí el traslado porque me gusta, el salón es el corazón del hospital, aquí salvamos vidas humanas y todos somos importantes”, asume Ignacio Pérez, uno de los licenciados en Enfermería más destacados.
Pero en esa lista su nombre aparece acompañado de otros colegas que cada día hacen valer su profesión: Ivis Díaz, Marlene Guerra, Digna Jiménez, Martha Bastida, Alina Fariñas y Olaya Díaz, entre muchos otros. El anonimato de este quehacer no constituye obstáculo para su alto desempeño.
“Los enfermeros son indispensables en el equipo, en ellos recae tremenda responsabilidad, tienen múltiples funciones antes, durante y después de la cirugía, incluso deben asegurarse de que no queden apósitos, compresas o instrumental dentro del paciente. En general resultan muy disciplinados y capaces, reciben una preparación especial antes de comenzar en los salones y tienen hasta que buscar alternativas para las dificultades”, sintetiza el doctor Javier García, jefe de Servicios de la Unidad Quirúrgica.
¿Qué debilidades o insuficiencias todavía afectan la labor de los enfermeros?
“Siempre deben seguir superándose, pero las mayores dificultades no dependen de ellos, sino de la necesidad de mejorar sus propias condiciones de vida y de trabajo: tienen que enfrentar carencias, desde la alimentación hasta limitaciones materiales para desempeñarse. Pero hacen el esfuerzo todos los días, son los primeros en llagar y los últimos en irse”.
FELICIDADES AL COLECTIVO DE ENFERMEROS, ESPECIALES PARA LOS DEL AREA DE MATERNIDAD, LUGAR DONDE TRABAJE POR CASI 18 ANOS.
FELICIDADES AL COLECTIVO DE ENFERMEROS DE LA UNIDAD QUIRURGICA DEL HOSPITAL GENERAL DE SANCTI SPIRITUS, SOY MEDICO DE ESA UNIDAD PROVINCIAL, Y ME ENCUENTRO CUMPLIENDO MISION INTERNACIONALISTA EN MOZAMBIQUE, Y NO SABEN LA SATISFACCION QUE SIENTO AL PODER LEER ESE ARTICULO SOBRE EL PERSONAL DE ENFERMERIA DE MI HOSPITAL Y ESPECIFICAMENTE DE LA UNIDAD QUIRURGICA, ES CIERTO QUE SON SACRIFICADOS, MUY RESPONSABLES, ADNEGADOS, CON UNA ALTA PREPARACION CIENTIFICA Y PROFESIONAL Y CASI SIEMPRE SU TRABAJO ES ANONIMO, ESO NO IMPIDE QUE SIEMPRE ESTEN A LA VANGUARGIA, SIEMPRE LO HAN ESTADO Y CONTINUARAN ESTANDOLO. FELICIDADES REITERADAS.