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Las elecciones de este domingo en Venezuela resultan decisivas para la Revolución bolivariana y la causa de la solidaridad y la integración de América Latina y el Caribe.

El mundo está en ascuas ante los resultados de los comicios presidenciales en la patria de Bolívar porque, en la actual coyuntura regional e internacional, de ello se pueden derivar magníficos dividendos o gravísimas consecuencias.

En lo interno, la reelección del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías significará la continuación de las políticas sociales de beneficio popular y su paulatina profundización, la construcción de un modelo económico alternativo al capitalismo neoliberal que posibilite hacer de Venezuela una potencia media, y el fortalecimiento y consolidación de los esfuerzos integracionistas que hoy tienen lugar en nuestro continente.

La República Bolivariana ha logrado en algo más de una década de gobierno lo que no alcanzaron nunca las administraciones anteriores en casi 200 años a contar desde la independencia que le trajo a Venezuela el más ilustre de sus hijos.

De acuerdo con el analista Marcos Roitman, del mexicano La Jornada, “(…) durante el período 1999-2010, la inversión social acumulada se ubica en 330 000 millones de dólares (20 por ciento del PIB), mientras que en la década de 1988-1998 solo alcanzó el 8 por ciento. Según el Banco Mundial, la pobreza disminuyó del 70 por ciento en 1996 al 23.9 en 2009 y la pobreza extrema se redujo del 40 por ciento al 5.9”.

También de acuerdo con Roitman, la patria de Bolívar es hoy el país de la región con menor índice de desigualdad social, mientras la tasa de desempleo no supera el 6.2 por ciento y el salario mínimo pasó de 185 dólares en 1998 a 462 en el 2010. En 1998 los beneficiarios del sistema de pensiones sumaban 387 000 personas y hoy totalizan 1 916 618, con una pensión homologada al salario mínimo, inexistente hasta la revolución.

Pero además, todo el mundo sabe, incluso los enemigos de Venezuela, que allí se eliminó el analfabetismo con ayuda de Cuba,

gracias a la alfabetización de cerca de un 1 500 000 personas, mientras la Misión Milagro, también con el aporte de la Mayor de las Antillas, ha devuelto la visión a más de 1 413 000 ciudadanos.

Hoy Venezuela cuenta con varias veces más estudiantes universitarios que en toda su historia, con la ventaja de que la administración chavista multiplicó la opción gratuita de ese nivel de enseñanza como parte de la transformación radical de todo el sistema educativo en la nación.

En cuanto a la esfera de la Salud, la Misión Barrio Adentro y todas las medidas adoptadas por el Gobierno le han dado un vuelco a ese sector, con el acceso gratuito a los servicios asistenciales en todo el país, la entrada en funcionamiento de cientos de Centros de Diagnóstico Integral (CDI), laboratorios especiales, salas de rehabilitación y modernas terapias, entre otros beneficios, que posibilitaron la disminución de la mortalidad infantil y la mortalidad general.

La soberanía nacional, recuperada por la Revolución bolivariana, ha dado un impulso singular al deporte y a la investigación científica, lo que se comprueba en el primer caso por los resultados en competencias regionales e internacionales, como los recientes Juegos Olímpicos, y en el segundo, con el acceso de Venezuela a la tecnología espacial y la puesta en órbita de dos satélites: Bolívar y Miranda, en colaboración con la República Popular China.

Para una economía que crece este año a un ritmo superior al 5 por ciento del producto interno bruto y se apoya en reservas internacionales de más de 30 000 millones de dólares es difícil aceptar cuestionamientos como los que les han venido haciendo la derecha y su candidato Henrique Capriles.

Ya en el plano internacional, según especialistas, de la victoria del actual Presidente el 7 de octubre depende el éxito que puedan cosechar en el futuro la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones del Sur (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) y hasta el Movimiento de los países No Alineados (MNOAL). En el caso del ALBA y la CELAC la alternativa deviene como el ser o no ser shakesperiano.

Esos analistas coinciden en que una victoria de Capriles acabaría con todos los beneficios que ha venido obteniendo Venezuela en todos estos años; pero además sería nefasta para las estrechas relaciones económicas que hoy sostiene Caracas con países como Rusia, China, Irán, Argentina y Brasil, entre otros.

A pocas horas del inicio de la votación, en la que la mayoría de las encuestas previas le confirman el triunfo al actual Presidente con márgenes que fluctúan entre el 11 y el 20 por ciento, el mundo detiene la respiración a sabiendas de que es demasiado lo que se juega en estas elecciones.