Con apenas 20 años en abril de 1961, José Luis López, entonces alumno de la Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas, tuvo su bautismo de fuego en el indómito escenario de la Ciénaga.
Para el hoy teniente coronel (r) José Luis López González, oriundo del central Washington, en la actual provincia de Villa Clara, su participación en los días finales de la dictadura batistiana al mando del Comandante Bordón, y luego, su condición de joven rebelde y el haber subido tres veces el Pico Turquino, tan relevante para él en un inicio, quedarían opacados ante lo que habría de venir.
Con solo 20 años ingresa en enero de 1961 en la Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas. Allí estudia con ahínco para dominar las materias militares y el manejo de variado armamento artillero y de infantería, hasta el 15 de abril, cuando, de pase en aquel momento, escucha la noticia del ataque a los aeropuertos cubanos.
José Luis no tarda en llegar a la escuela y se incorpora junto a sus compañeros a un entrenamiento constante y aprestos organizativos para encuadrar en plazo récord a los más de 800 alumnos del centro en un batallón de combate.
La tarde del 16 escuchan reunidos por compañías las palabras de Fidel en el acto de despedida a los caídos la víspera, declarando el carácter socialista de la Revolución y alertando sobre lo inminente de la agresión mercenaria. Esa noche, agotados y tensos, continúan los preparativos hasta que se van a la cama.
A poco, una nueva alarma y los envían por pelotones a requisar camiones para disponer del transporte necesario cuando se diera la orden de marcha. Y esa orden no tardó mucho, pues el propio Fidel le pide al Gallego Fernández, director del centro, que movilice el personal y marchen de inmediato a la Ciénaga, vía central Australia.
Tras una escala en el “Australia”, donde se encontraba el Puesto de Mando, continúan en dirección a Pálpite y ya cerca de ese poblado son atacados por tres B-26 mercenarios que llevaban pintadas las insignias de nuestra Fuerza Aérea.
“Allí muchos compañeros gritaban: ‘No, no les tengan miedo que son aviones nuestros’. Y cuando regresaron aquellos aparatos escupiendo fuego por encima de la caravana, todo el mundo se tiró de los camiones y buscó refugio en las cunetas y alcantarillas”.
De este impactante episodio salieron bastante bien librados. Ya a las tres estaban en Pálpite esperando instrucciones cuando llega Fernández y los distribuye en sendos grupos a derecha e izquierda de la carretera. Luego les ordena: “Arriba, avancen y no paren hasta llegar al mar”.
“No habíamos avanzado mucho cuando fuimos atacados de nuevo por los B-26 y tuvimos que tirarnos a toda carrera por el monte y la manigua alta buscando protección. Aquel infierno duró como 10 o 15 minutos, hasta que llegó un Sea Fury de las FAR…
“Las compañías se hacen fuertes en ese punto y se organizan antes de continuar a Playa Larga, ya de noche. A las nueve de la noche llegó el Gallego y ordenó avanzar. Cuando estábamos bastante cerca de ese punto, se le tiró al enemigo con Cuatro Bocas en fuego rasante. Al poco rato se incorpora con nosotros la Columna 1 del Ejército Rebelde al mando del capitán Harold Ferrer.
“Avanzamos unidos hasta que, como a las cuatro de la madrugada, el proyectil de un cañón sin retroceso de los mercenarios le arrancó una estera al tanque que marchaba en vanguardia y este se atravesó en el camino.
“Nos desplegamos a la izquierda de la vía mientras un grupo se esforzaba en apartar al tanque averiado para que los demás pasaran. Entonces empezó a tirarnos también una calibre 50 del enemigo y tú sentías las balas chapeando las malvas. Fue allí donde más heridos tuvimos, porque había un talud alto y todo el que quedaba de la parte de arriba era alcanzado en la espalda.
“Ya iba a ser casi de día y se nos plantea que el batallón de la escuela debía regresar al central Australia porque otras fuerzas nuestras iban a ocupar las posiciones para la ofensiva.
“Nos mantuvimos en el ‘Australia’ desde la mañana del 18 hasta el 23 de abril, que regresamos. Y el 27 o el 28 nos visitó Raúl y hubo un gran acto. Y Fidel dijo luego que algunos compañeros no se graduaban ese día de Responsables de Milicias, porque se habían graduado de héroes eternos de la Patria”.
Nota: Después de Girón el entonces teniente José Luis López se incorpora de inmediato a la LCB en el Escambray, donde dirigió compañías y batallones de milicias hasta marzo del ‘65. Luego cumplió misión internacionalista en África.
Ya hice un anterior comentario ahora solo agregare que si mal no recuerdo el 15 de ABRIL DE 1961 yo tenia en ese entonces 8 abril de edad y en la madrugada esta con una tia TOMAZA en la panaderia de mi pueblo como es costumbre en los campesinos o guagiros como yo vimos un avion que hacia tremendo ruido tirando balas para la poblacion de nueva gerona antigua ISLA DE PINOS HOY ISLA DE LA JUVENTUD yo vi que ese artefacto con motores venia como de a PLAYA BIBIJAGUA y SIERRA CABALLO cada vez que yo oigo hablar de los mercenarios de la brigada pro yangui y batistiana 2506 me dan repugnancia y asco todos los gusanos asalariados internos y externos VIVA FIDEL CASTRO RUZ. Lazaro
Es un orgullo y honor el conocer la realidad que no pertenece al pasado como fue la batalla de GIRON pues para mi la llevo en mi mente y alma esta digna y noble del teniente coronel ciertamente todos los jovenes deben conocer de estas memorias muy reales por lo violento y desigual de los combates pues los traidores y batistianos todo el tiempo trataron confundir y crear panico entre los milicianos cubanos cosa que no consiguieron pues la justicia la verdad y razones aun hoy sigue estando de nuestro lado pues todos los cubanos y cubanas nos hubimos de sacudir el polvo del descaro del imperialismo yangui y de los mercenarios de la ciudad bananera de miami que vinieron por miel a invadir por PLAYA GIRON y salieron trasguilados los cochino gusanos asalariados. VIVA FIDEL CASTRO RUZ Y VIVAN TODOS LOS HEROES Y MARTIRES DE GIRON. Lazaro