Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno colombiano se sentarán este miércoles en La Habana por tercer día a dialogar sobre la política de desarrollo agrario en ese país, primer paso con el que intentan sellar más de 50 años de enfrentamiento.
La discreción y el hermetismo han sido la constante en la mesa de conversaciones, iniciada el lunes último en el capitalino Palacio de las Convenciones, donde ambas partes debaten a puertas cerradas el futuro de una Colombia en paz.
Encabezados por el exvicepresidente Humberto de la Calle, por el Gobierno; y el comandante Iván Márquez, por la guerrilla, en los diálogos participan hasta 10 personas por delegación, cinco de ellas como plenipotenciarios.
Aunque los voceros del gabinete de Juan Manuel Santos no han ofrecido declaraciones a la prensa, la víspera uno de los representantes de las FARC-EP, Jesús Santrich, destacó «que avanzan a buen ritmo y por buen camino».
En el Acuerdo General para la terminación del conflicto, rubricado el 26 de agosto pasado, detallaron que para garantizar la transparencia del proceso -que mantiene pendiente a toda esa nación suramericana y a la región-, elaborarán informes periódicos.
Asimismo abogaron por un mecanismo para dar a conocer conjuntamente los avances.
En las últimas horas medios de prensa han especulado sobre la posibilidad de una página oficial en Internet, aún sin definir.
En un comunicado al que tuvo acceso Prensa Latina, las FARC-EP instaron la víspera al gobierno colombiano a tomar la senda del cese el fuego, anunciado de manera unilateral.
Precisaron que su principal objetivo es la paz, «la verdad pura y limpia, convocando a la contraparte a tomar la misma senda, en la que sin duda es el pueblo, el constituyente primario, el legítimo y único soberano, el abanderado de esta causa sagrada que cautiva el espíritu de los verdaderos patriotas».
El primero de los cinco puntos que abordan es amplio y complejo, y abarca seis subpuntos uno de ellos sobre desarrollo social, centrado en la salud, educación, vivienda y erradicación de la pobreza.
Ambas partes han reiterado su mutua disposición por acabar con el conflicto armado que sacude a Colombia desde hace más de cinco décadas como «condición esencial para la construcción de la paz estable y duradera».
Al arribar el domingo último a Cuba -país garante junto a Noruega del acercamiento-, De la Calle expresó expectativas y entusiasmo de cara al proceso.
Creemos que esto puede permitir abrir un diálogo que culmine con la presencia activa de las FARC-EP sin renunciar a sus ideas. Hay realmente oportunidades y esperemos que ellos las aprovechen, comentó en un material facilitado aquí a Prensa Latina por el equipo de Comunicación del Gobierno.
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