El Ministerio de Relaciones Exteriores emitió una declaración en la que demanda al gobierno de los Estados Unidos otorgar de inmediato la licencia que permita a la entidad cubana Cubaexport renovar la marca Havana Club.
El Ministerio cubano de Relaciones Exteriores denunció este jueves nuevas acciones de Estados Unidos contra marcas comerciales de la isla, en una posición que atenta contra la protección de la propiedad industrial.
En una declaración difundida en el diario Granma, la Cancillería mencionó la negativa de la Corte Suprema estadounidense para que la compañía Cubaexport tuviera la posibilidad de defender su derecho de renovar el registro de Havana Club ante la Oficina de Marcas y Patentes.
Ese paso enfrenta el rechazo de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC), adscrita al Departamento del Tesoro, a otorgar a la entidad cubana la licencia que le hubiese permitido renovar la marca registrada en ese país desde 1976 hasta el 2006.
Dicha negativa fue hecha al amparo de la Sección 211 de la Ley �»mnibus, aprobada por el Congreso de los Estados Unidos a fines de 1998, la cual prohíbe el reconocimiento y renovación de marcas asociadas a propiedades nacionalizadas por el gobierno cubano.
Eso es resultado de las maniobras de la mafia anticubana de Miami y sus aliados dentro del Congreso, en retribución a las contribuciones financieras que reciben de la compañía Bacardí, «la real promotora de estas acciones contra Cubaexport, dirigidas a usurpar las marcas y mercados del ron genuina y legítimamente cubano», expresa la nota.
La Cancillería recordó que desde 1995, Cubaexport, de conjunto con la compañía francesa Pernod Ricard, distribuidora del ron Havana Club, ha defendido su derecho a registrar la reconocida marca.
Esa intención encontró respaldo en la decisión del Panel de Solución de Diferencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que falló contra Estados Unidos y reclamó la eliminación de dicha Sección considerada ilegal.
Durante el proceso judicial que ahora ha llegado a su final, la OFAC argumentó que no emitiría la licencia que exige la Sección 211, porque el Departamento de Estado había ordenado no hacerlo debido a que ello no se correspondería con la política norteamericana de Estados Unidos hacia Cuba.
Esta acción constituye una grave violación de los compromisos de los Estados Unidos en materia de Propiedad Industrial, que lo obligan a proteger las marcas de las compañías e instituciones cubanas, prosiguió la declaración.
De esa forma, este litigio y otros procesos en curso contra patentes y marcas cubanas en las cortes norteamericanas han puesto en evidencia la complicidad del gobierno de los Estados Unidos en el despojo de los derechos de la isla.
Frente a esa posición, el Ministerio de Relaciones Exteriores demandó a Washington otorgar de inmediato la licencia que permita a la entidad cubana Cubaexport renovar la marca Havana Club.
La Cancillería recordó que Cuba ha respetado invariablemente, sin la menor discriminación, las obligaciones contraídas en virtud de los instrumentos jurídicos internacionales referidos a la propiedad industrial.
Mediante esas normas, se ha garantizado que más de cinco mil marcas y patentes norteamericanas «se beneficien y continúen beneficiándose de su registro en el país».
Por tal motivo, si el gobierno estadounidense no actúa, será el único responsable del robo de la marca Havana Club a su legítimo titular, la compañía Cubaexport, y de las consecuencias negativas que pudieran derivarse de este hecho, concluyó la declaración.
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