Los principales aspirantes republicanos a la presidencia de Estados Unidos manifiestan este martes posiciones alejadas de lo que según analistas políticos norteamericanos debe marcar los nuevos tiempos en relación con Cuba.
Es tiempo que Washington examine y actualice sus políticas hacia Cuba, porque fallaron las mantenidas durante los últimos 49 años, subrayó recientemente un renombrado analista político en este país.
Mortimer B. Zuckerman, editor de la revista US News and World Report y miembro de la Comisión Trilateral, un tanque pensante fundado en 1973, es partidario de otro enfoque hacia la isla.
Sin embargo, en el debate realizado la víspera en Tampa, Florida, varios de los aspirantes a suceder al presidente Barack Obama en la Casa Blanca ofrecieron al auditorio recetas sobre más de lo mismo.
Tanto el expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, puntero en las encuestas, como el exgobernador de Massachussets, Mitt Romney, y el exsenador Rick Santorum, expresaron posiciones que reflejan la hostilidad de una política fracasada.
Gingrich es partidario de utilizar operaciones encubiertas y otros medios contra Cuba en su afán de complacer los oídos de una parte del electorado miamense.
Mientras Romney criticó a Obama por haber levantado restricciones a viajes y envíos de remesas desde Estados Unidos a la isla, una política que aunque no varió la agresividad contra el país caribeño, es mal vista por los conservadores.
Santorum señaló que es importante tener tratos con Cuba, pero abogó por mantener el bloqueo impuesto en 1962.
El otro aspirante, Ron Paul, un poco más cauto, se manifestó contra el bloqueo comercial y dijo estar en contra de una intervención de Estados Unidos.
«Creo que es hora de detener el aislamiento. Hablábamos con los soviéticos. Hablamos con los chinos. Y abrimos el comercio, no nos estamos matando. No sé por qué los cubanos deben ser tan intimidantes», indicó.
El debate en la Universidad del Sur de Florida (Tampa), el próximo estado en sostener primarias, estuvo dirigido a una importante población de origen cubano, cuya fragmentación en términos ideológicos dista mucho de los que abandonaron el país a partir de 1960.
En un reciente artículo publicado en el diario The New York Times, titulado La hora de Estados Unidos de revisar su política hacia Cuba, Zuckerman, consideró que el gobierno cubano inició cambios favorables para la isla.
Entre las medidas señaló la eliminación de regulaciones, el fomento de la productividad y la orientación, en general, hacia un gobierno más pequeño y eficiente, al tiempo que mantiene los excelentes sistemas de salud y educación públicas.
Por otro lado -agregó- la comunidad cubano-americana radicada en Estados Unidos ya no es la misma que la de la década del 60 del siglo pasado. Está compuesta mayormente por jóvenes con una actitud diferente a la de sus antecesores, y muchos opinan que el bloqueo debe terminar.
Un primer paso para reconstruir los nexos, aseveró, sería suprimir restricciones para exportaciones norteamericanas de productos agrícolas hacia Cuba, una medida que además redundaría en beneficios anuales de entre 300 y 500 millones de dólares para los empresarios estadounidenses.
No debemos seguir intentando aislar a Cuba, no podemos sojuzgar a un país por el hambre o negar a las personas el derecho a reunirse con familiares. Podemos movernos adelante en nuestra relación, sin afectar intereses y valores norteamericanos, sostuvo.
De acuerdo con la directora del Departamento Norteamérica del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal, la isla «está presta para activar un diálogo político respetuoso con Estados Unidos, pero este país debe renunciar a los condicionamientos que el propio gobierno de Washington no pone como requisito para sostener relaciones civilizadas con el resto de las naciones del mundo».
Para Zuckerman, las ideas que enarbolan ahora los republicanos han fracasado por más de 49 años.
No son apropiadas para la Cuba de hoy, donde más del 70 por ciento de los cubanos nacieron después de la Revolución, puntualizó.
Por otra parte, ejemplificó, el año pasado más de 300 mil personas tomaron vuelos charter desde Florida a Cuba. Muchos son de la generación más joven y consideran que la reunificación familiar y el apoyo a la familia debe ser su prioridad. Ellos piensan que después de 50 años, es hora de probar algo diferente, acentuó el analista.
(Tomado de Prensa Latina)
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