Así confiesa la poetisa cabaiguanense Rosa María García Garzón, quien se ha convertido para las nuevas generaciones de escritores en una suerte de confidente literaria.
Sin alejarse demasiado de Cabaiguán, la ciudad donde ha echado raíces, la escritora Rosa María García Garzón intenta mantenerse con el alma siempre joven y el espíritu de un niño.
Temas como el amor o la locura deambulan por su obra con un sello original, en una suerte de obsesión por la poesía que simultanea con sus labores como asesora literaria de quienes dan los primeros pasos en el mundo de la letra impresa.
Espejuelos, bolígrafo y papel son las armas de las que se vale para reflejar sus sentimientos. De figura delgada, voz áspera y sonrisa amplia, Rosa María cautiva a todos, pues lleva en sí la humildad de los grandes.
¿Cuándo comienza su romance con la literatura?
¡Ah!, muy niña, aún conservo algunas de mis primeras libretas de poemas. Eran muy trágicos, de esos de adolescentes enamorados que esconden los versos para que la mamá no sepa que escribe de amor. No sé si por timidez, pero estuve guardando mis poesías mucho tiempo bajo el colchón.
Su voz no es de las más dulces, mas todo el que la conoce añora escucharla leer poesía. ¿Cómo logra esa magia?
Mi voz es un trofeo. Trabajé más de 25 años en Educación, lo que me afectó para “el uso profesional de la voz”, pues el enfrentarse a un aula durante tanto tiempo requiere de un esfuerzo extraordinario y, sin dudas, no saqué los mejores dividendos, pero así ronca y todo, leo los poemas con todo mi amor.
Algunos la consideran como una especie de confidente literaria…
Tanto los jóvenes escritores del municipio como varios de experiencia acuden en busca de mi opinión, y quizás sea porque desde hace años, más que a escribir, me he dedicado a apoyar el trabajo de otros, y muchas veces dejo hasta de leer por esa labor de asesora literaria, de confidente, de amiga, de madre, de todo un poco.
Su principal trabajo como asesora ha sido con infantes. ¿Por qué los niños?
Porque siempre me he entendido mucho mejor con los niños, los adolescentes y los adultos mayores. No sé por qué con los adultos casi siempre tengo problemas.
El taller literario infantil Luis Tosco del municipio fue de los más premiados del país bajo su asesoría. ¿Buena cantera o buena profesora?
Me parece que ha habido de las dos cosas.
Cuénteme sobre la antología Un Pueblo con suerte…
Fue como librar una batalla que valía la pena con las editoriales donde me argumentaban que niños y adolecentes publicando era una locura, pues adultos esperaban para hacerlo. Me la denegaron una vez, volví a presentarla, tuve muchos altercados, pero finalmente el libro salió a la luz. A los pocos días no quedaba ningún ejemplar en las librerías.
Muchos afirman que Rosa se rehúsa al paso del tiempo. ¿Es cierto?
No, simplemente trato de mantener mi apariencia personal lo mejor posible, porque la “fachada” hay que cuidarla.
Rosa María agradece los avatares diarios de su numerosa familia.
Los poetas a veces sufrimos mucho y hay la idea de que si no sufres no escribes poemas intensos. Mi familia me ha hecho escribir muchos versos, como los dedicados a mis hijas: Es que estas hijas, no sé por qué/ me hacen parirlas cada vez, y es así, cada día hay un dolor de parto, un sufrimiento que me inspira a crear.
Es popular en Cabaiguán. ¿Complacida?
Soy una persona muy despistada, paso vergüenza, pues muchos me conocen, me saludan y no los recuerdo. Con sinceridad lo confieso: no conozco ni a algunos de mis vecinos, pero puedo decir que si ser popular es ayudar a todo el que pueda, entonces sí, y estoy complacida de ello.
Pedagoga, madre, mujer amada, poetisa… ¿feliz, realizada?
Sí. He tenido hijos, he escrito libros, he hecho de todo lo que considero hace falta realizar. Muchas personas me quiere, con otras no me entiendo muy bien, pero esa es la propia vida: las contradicciones que llevan a cada cual hacia adelante.
Rosa fue mi asesora literaria desde que yo era un niñito, asi que esta entrevista era una especie de deuda con esa persona que fue de las primeras en darme herramientas para escribir. POr suerte ya la considero saldada.
Encantadora poetisa ROSA MARIA a decir verdad son muy pocas las profesionales y entendisdas en la materia mujer u hombre gue tienen ese corazon tan grande y modesto pues en este mundo tan globarizado donde prima el interes monetario no es comun ver una poeta reconocida por sus calidad salir en busca material didactico e impartir clases todos sus alumnos deben sentir un afecto desbordante en felicidad por haber tenido una profesora ilustre como lo es ROSA MARIA a la cual le envío mis saludos y gue sepa gue ella es unica y autentica. Lazaro