Desde los primeros parlamentos en voz de los actores, hasta la última nota musical sacada al piano por el distinguido músico y compositor cubano José María Vitier, la jornada de reapertura del Teatro Principal, de Sancti Spíritus, transpiró espirituanidad y cubanía, expresiones genuinas de identidad nacional.
Quince meses tardó la reconstrucción capital de este coliseo, ejecutada a un costo de alrededor de 1 600 000 pesos, cuya reinauguración este 15 de julio coincidió con la fundación hace 173 años gracias a la iniciativa de unos parroquianos amantes de las artes de disponer de un teatro, levantado bajo la mirada del maestro de obra Blas Cabrera.
Los orígenes de la edificación que intentó emular con el capitalino Teatro Tacón, sus épocas de esplendor y decadencia y los artistas de realce que pasaron por su escenario fueron evocados en la gala de reapertura, a partir del guión de José Meneses, también su director general.
Hilvanado dramatúrgicamente con organicidad y fluidez, el espectáculo contó con cuatro momentos: el primero de estos recreó la etapa de surgimiento de la institución con las actuaciones de la Orquesta de Cámara de la Escuela de Música Ernesto Lecuona, de intérpretes del Teatro Lírico de Pinar del Río y de la compañía infantil Trinidanza.
La más auténtica sonoridad espirituana se puso en solfa en la segunda parte de la velada al salir a escena la Parranda Típica Espirituana, con 90 años de existencia, y el trío de cuerdas Los Lamas, cuyo líder el maestro Marcelo Lama confirmó por qué es considerado uno de los mejores laudistas de Cuba.
A seguidas, el matiz satírico, la picardía y el vuelo paródico del teatro bufo tomaron cuerpo y alma en el tercer momento, que contó con el respaldo musical de la Banda Provincial de Concierto y de otros intérpretes.
Como una noche venturosa calificó la velada de reinauguración del Teatro Principal el destacado pianista cubano José María Vitier, quien marcó el cierre con la interpretación de “Danzón imaginario” y temas musicales de su autoría pertenecientes a series televisivas emblemáticas como En silencio ha tenido que ser (1979), Julito el pescador (1980) y La frontera del deber (1986).
El miembro del Comité Central del Partido, José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario de esa organización en la provincia, entre otras autoridades y personalidades invitadas asistieron a la reapertura de la institución.
Julián González Toledo, viceministro de Cultura, destacó las transformaciones técnicas experimentadas por el teatro a favor de la factura general de los espectáculos que allí se presenten.
“Es un regalo para los espirituanos y para los artistas de aquí y del resto de Cuba”, indicó González Toledo, quien subrayó el desafío de mantener una programación estable con elevada calidad artística.
Con 330 lunetas, confortables camerinos y de una adecuada climatización, el Teatro Principal dispone de un escenario de 12 metros de boca y 10 de fondo, donde podrá presentarse todo tipo de teatro, ballet de pequeño y mediano formatos, compañías de baile folclórico, música de cámara y lírica de pequeño formato.
Bravo por los espirituanos, mi empresa (Copextel) puso su granito de arena con la climatización.
Felicidades y que ahora cuiden esta instalación para que puedan disfrutar de ella por mucho tiempo.