La II Convergencia Nacional de Permacultura dedica el intercambio a las experiencias específicas en el desarrollo de estas prácticas en poblados y asentamientos de las ocho provincias cubanas, representadas en el evento.
En su segundo día de trabajo la II Convergencia Nacional de Permacultura, que sesiona desde este lunes 27 en Sancti Spíritus, dedica el intercambio a las experiencias específicas en el desarrollo de estas prácticas en poblados y asentamientos de las provincias de Cienfuegos, Camagüey, Santiago de Cuba, La Habana y el territorio sede del evento.
A la convergencia, que por segunda ocasión acoge Sancti Spíritus, asisten 119 permacultores en representación de ocho provincias cubanas; en tanto, el encuentro traza una evaluación del trabajo desplegado en función de desarrollar la producción de alimentos desde alternativas sostenibles con el medio ambiente.
Especialistas de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, organismo rector del evento y principal promotor en Cuba en la introducción y manejo de la permacultura, conceden importancia a este intercambio de experiencias entre varios territorios del país, porque no solo refleja la labor realizada, sino que también identifica las debilidades y obstáculos que frenan un mayor avance y extensión de este programa.
Particular interés revisten las experiencias expuestas por varios permacultores del costero poblado de Tunas de Zaza, al sur de la provincia espirituana, quienes han logrado transformar la mentalidad y el suelo salino del lugar, y enseñan ya los primeros resultados en la producción de alimentos agrícolas no logrados allí anteriormente, a la vez que en el rescate de la biodiversidad la zona refleja despegue.
En la sesión matutina de la Convergencia Nacional, quedó expuesto además el trabajo desplegado en el municipio espirituano de Fomento para detener, mediante prácticas de permacultura y manejo agroecológico, la degradación del suelo y recuperar la capacidad productiva de los terrenos.
Las experiencias de la aplicación de la permacultura en la provincia de Cienfuegos y en el poblado de El Caney, en Santiago de Cuba, resultaron verdaderas muestras del alcance y potencialidad de esta herramienta, que se fundamenta en la utilización de la naturaleza en beneficio del hombre, a partir de una agricultura sostenible y de apoyo a la seguridad alimentaria, de ahí que se le considere un soporte práctico que incide en el desarrollo social, económico y ecológico.
Tópicos como la utilización de los techos para producir alimentos, la recolección del agua de lluvia, el intercambio de semillas, la conversión del desecho sólido en materia orgánica y el impacto del cambio climático en el escenario agroalimentario cubano figuran ente las temáticas que ocuparán espacio en lo adelante en los talleres y sesiones plenarias de esta II Convergencia Nacional de Permacultura que sesiona hasta el día primero de marzo en Sancti Spíritus.
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