Rodeado de su familia, amigos y allegados, el destacado expelotero Lourdes Gourriel se encuentra en su hogar espirituano donde se recupera de una dolencia cardiaca luego de una prolongada estancia hospitalaria en la provincia y en la capital cubana.
“Ya estaba loco por estar en casa después de tanto tiempo», expresó Gourriel, quien adelantó que seguirá al pie de la letra las indicaciones médicas para lograr una favorable evolución.
«He seguido haciendo aquí los ejercicios, comencé a correr y tengo el seguimiento de los médicos del Hospital Camilo Cienfuegos, pero lo que más me reconforta es la cantidad de personas que han venido hasta la casa o llaman constantemente para interesarse por mi salud, algo parecido ocurrió en La Habana, nadie sabe el ánimo que da eso, no hay dinero en el mundo que pueda pagar eso”.
Gourriel agradeció todas las atenciones recibidas tanto en el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (CIMEQ) de La Habana como en el Camilo Cienfuegos espirituano, donde ingresó desde finales del mes de enero.
Según reportó al periódico Granma el doctor Ángel Gaspar Obregón Santos, jefe del Cardiocentro del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ) Lourdes llegó a la capital “con una insuficiencia cardiaca congestiva, secundada por una miocardiopatía dilatada, con síntomas de dolor pectoral y mucha falta de aire. Se le hicieron las pruebas aplicadas en una cardiopatía: ECO, espirometría, coronariografía y su evolución ha sido muy favorable.
“En toda cardiopatía es muy importante la actitud del paciente. Y en este caso, Lourdes ha sido muy disciplinado, cooperativo, cumplidor de las indicaciones del cuerpo médico que lo atendió, él es un ejemplo”.
Y mientras recibe visitas constantes en su hogar espirituano, sigue las incidencias de la Serie Nacional de Béisbol y la actuación de los Gallos, el equipo que dirigió durante ocho temporadas y donde ahora juegan sus tres hijos: Yunieski, Yulieski y Lourdes Yunielki.
No puede evitar ciertas emociones. Tampoco algunas sugerencias a los bateadores en un momento en que los espirituanos no atraviesan una buena racha. En un juego cerrado tal vez hasta extraña aquel batazo que lo inmortalizó en el Mundial de Parma en 1988, cuando su jonrón empató el partido ante Estados Unidos y abrió las puertas al título de Cuba.
Recuerda muy bien las indicaciones médicas. Mas, entre sonrisas y tensiones, exclama: “Ellos van a salir de ese bache, van a clasificar”.
Nos alegra la recuperación de Gourriel, excelente pelotero.
Tiene que cuidarse como gallo fino y seguir las recomendaciones de los medicos o sino se puede ir del aire y mas que tiene el corazon falleteando.