A casi cuatro años de la asunción del presidente estadounidense, Barak Obama, las expectativas de un cambio de actitud de su gobierno respecto a Cuba están muy lejos de cumplirse, consideró aquí una diplomática de alto rango.
Si bien Obama adoptó algunas medidas de carácter positivo para la relación entre ambos países, los aspectos fundamentales que caracterizan la política hacia la isla no han sido modificados, afirmó la directora de América del Norte de la Cancillería cubana, Josefina Vidal.
En una entrevista concedida a la cadena televisiva CNN en español, difundida aquí, la funcionaria subrayó que las sanciones económicas como el bloqueo, cuyas pérdidas al país son estimadas en 975 mil millones de dólares, siguen intactas.
«Tampoco han sido revisados los llamados programas para promover cambios en Cuba, que son programas ilegales en nuestro país, en tanto tratan de buscar un cambio que solo a nuestro pueblo le compete adoptar o decidir», comentó.
Vidal expresó, además, que continúan las transmisiones radiales y televisivas diseñadas contra la isla; y la permanencia del país en las listas negras del Departamento de Estado que tratan de deslegitimar a la nación caribeña.
Asimismo, reiteró la disposición cubana a sostener un diálogo político, abarcador de todos los problemas, para identificar áreas de interés común e impulsar la cooperación bilateral.
Respecto al caso del estadounidense Alan Gross, encarcelado aquí por actos contra la independencia nacional, la funcionaria señaló que los medios tratan de equiparar su proceso con el de René González, antiterrorista cubano que cumplió una sentencia de 13 años en Estados Unidos y se encuentra bajo libertad supervisada.
Al ser interrogada sobre una petición de Gross de visitar a su madre enferma, Vidal aclaró que los casos son distintos, pues el norteamericano se encuentra al inicio de su condena, y como ocurre en otros países, en tales condiciones no está permitido que las personas salgan del territorio donde cumplen su sanción.
Recordó que Gerardo Hernández, otro de los cinco cubanos apresados junto a René González en 1998 por informar de acciones terroristas perpetradas en el sur de la Florida contra la isla, perdió a su madre mientras cumplía su pena de cárcel y nunca se le permitió viajar a Cuba.
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