En la refinería de Cabaiguán ejecutan una inversión para eliminar la contaminación y los molestos hedores que durante años han afectado a parte importante de los habitantes del pueblo.
Desde principios de año en la refinería Sergio Soto, del municipio espirituano de Cabaiguán, comenzaron a ejecutar un proyecto para quemar en el horno F-101 los gases contaminantes que emanan desde la torre de destilación al vacío, los cuales durante años han provocado pestilencias y afectaciones a un segmento significativo de los habitantes de esa localidad.
A fines del 2011 la Oficina de Regulación Ambiental y Seguridad Nuclear (ORASEN) prohibió a esta empresa cubana volver a procesar el crudo procedente de Matanzas y fabricar líquido asfáltico dadas las continuas quejas de los vecinos por la agresividad de las emanaciones.
“Desde 1997 comenzó a funcionar aquí la torre de destilación al vacío, donde se obtiene el asfalto, la materia prima para el aceite y el fuel oil. Primero se trabajaba con el crudo de los yacimientos de Pina-Majagua que no violaba los parámetros establecidos para las emisiones, pero a partir del 2009 se comenzó a emplear el de la zona de Matanzas y La Habana, que es muy pesado, tiene alto contenido de azufre y eleva por encima de la norma las emisiones de hidrocarburo y sulfuro de hidrógeno”, detalla Mijail Bonachea, director técnico de la Refinería.
Estas exhalaciones, además del desagradable olor, provocan afectaciones respiratorias y agudizan las crisis de asma bronquial en las zonas cercanas, donde en franca violación de las normas urbanísticas se han levantado numerosas viviendas.
Para contrarrestar estos efectos, durante el 2010 comenzaron a aplicar un tratamiento con sosa cáustica, pero no resultó suficiente. El pasado año las reclamaciones aumentaron pues en función del ahorro de energía la “Sergio Soto” decidió inyectar más crudo y por ende se multiplicaron los efluvios de estos gases contaminantes.
Las labores actuales, que ejecuta la Unidad de Mantenimiento de la Refinería a partir de un diseño de seguridad de la Empresa de Ingeniería y Proyectos del Petróleo, hasta el momento han costado alrededor de 150 000 pesos y buscan llevar a la norma permisible la calidad del aire en el ambiente, para lo cual se trasladarán por tubería los gases en cuestión desde la torre hasta el horno.
“Tuvimos que hacer contratos con el Centro Meteorológico Provincial y con el Instituto de Meteorología para asegurarnos que todo esto no provocaría otro efecto indeseado, las lluvias ácidas. Los trabajos ya se encuentran alrededor de un 70 por ciento, pero ahora estamos detenidos porque faltan los controles automáticos del sistema que dependen de la importación”, puntualiza Mijail.
Entre tanto, los planes productivos del centro no han sufrido afectación pues con una autorización previa, ya han realizado dos corridas este año y se cumplen las cifras previstas de procesamiento de crudo, así como la obtención de sus derivados, incluido el aceite dieléctrico y el líquido asfáltico.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.