El softball, ya se sabe, tiene un reservorio especial en Sancti Spíritus. Cada vez que ha intentado escabullirse entre el marasmo, no pocos empeños lo han impedido.
Aquí se inscribe el movimiento popular que impulsan algunas empresas y organismos que han hecho de este deporte algo más que un sano entretenimiento.
Aunque ya la “furia” no es la misma de la década de los 90 e inicios del 2000, la llama no ha logrado apagarse. La responsabilidad recae, en parte, en los representantes de Comercio y la fábrica de ron, quienes arrastran a otros como los eléctricos y los miembros de la peña de la Asociación Nacional de Economistas (ANEC).
Cada miércoles y sábado alrededor de 50 trabajadores se reúnen en el terreno de softball aledaño a la EIDE Lino Salabarría para cumplir sus jornadas de preparación o de competencia.
“Sancti Spíritus es una cuna del softball en el deporte masivo en Cuba y no queremos que eso muera -comenta Rafael Macklian, exjugador de la disciplina y director del equipo de Comercio-, por eso después de cumplir la jornada laboral en la tarde nos reunimos y entrenamos hasta que el Sol nos deje”.
El juego es bastante serio, tanto como para ganar en la última década cuatro campeonatos nacionales, entre los que se destacan los dos títulos de la Peña Deportiva de Garaita. En coordinación con la Liga de Veteranos, se realizan copas internas como la de la ANEC, la Gerónimo Marín, la Lázaro Marín. Tampoco faltan los topes con Ciego de Ávila, Villa Clara y Cienfuegos.
“El título que más recordamos es el del 2010, fue atómico -rememora Macklian-, tuvimos que venir de los últimos puestos en un torneo donde las provincias participaron con peloteros retirados y se amplió la cantidad de partidos.
“El objetivo esencial es despejar, recrearnos y, por supuesto, ayudar a nuestra salud; a pesar de existir mucha rivalidad entre los dos equipos principales, logramos atraer a personas de todas las edades, aunque siempre algunos se destacan más como Asniel Marín, José Baracaldo, Hugo Gómez, Reynaldo Romero y Ernesto López, todos de la fábrica de ron y Jorge Díaz, Jaime Rodríguez, Omar Martín y Alex Díaz, por Comercio”, añade Rafael.
La cooperación colectiva rige como regla para mantener el movimiento. “Los recursos los conseguimos nosotros -agrega Ernesto López, lanzador y director del elenco de la fábrica de ron. En las copas logramos uniformar a los participantes, el INDER nos apoya con los terrenos, creo que nuestra constancia atrae a la gente y los obliga a venir siempre, existe mucha disciplina y aunque hay rivalidad, prima la amistad y confraternidad entre nosotros”.
Desde polos opuestos por la edad, Humberto Isla, que rebasa los 50 y Alexis González, que aporta juventud, tienen sus respectivas motivaciones: “Es una ‘piña’ a puro amor, llevo 14 años jugando, voy también con los veteranos, es el único momento en que hago ejercicios, a veces el trabajo no te da tiempo, pero a uno le gusta esto. Es un vicio como el dominó, cuando estoy fuera el Sol me mata, aquí ni lo siento”, afirma
Un termómetro que pudo medir el alcance del movimiento fue el más reciente verano, cuando lograron atraer a glorias deportivas del béisbol.
“Fue un orgullo ver jugar entre nosotros a Frederich Cepeda, Yulieski Gourriel y Eriel Sánchez, a otros ya retirados como Ixis Valle -resalta Ernesto-, ellos lo hicieron con mucho entusiasmo, eso atrajo mucha gente y fue como un regalo en el verano”.
Aunque casi todos lo sostienen, lo de ‘a la piña’ parece bastante relativo. Desde fuera así lo percibe Geovedis Oliva Morell, exjefe de regla y arbitraje de la provincia
“El nivel de juego es bueno, pero no es ‘piña’, ya no es flojito, es como un rápido modificado, ya el pitcher a la bamba no puede lanzar en esta liga”.
Ahora los preparativos se acentúan ante la anunciada visita de un equipo colombiano que ya ha estado en otras provincias cubanas como Cienfuegos y La Habana.
Puede venir o no otra medalla. Mas, por encima de todo, ya estos recibieron su premio mayor al asumir el deporte como motivo de sus vidas
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