A menudo es posible que la gente pueda oír con el corazón, dijo cierta vez el actor, productor y activista norteamericano Danny Glover, al referirse a la necesidad de que los hombres y mujeres honestas de este mundo escuchen el reclamo por la libertad de los Cinco.
Por Arelys García Acosta
Un espirituano raigal, el destacado escritor e investigador Julio M. Llanes, trae de vuelta hoy la misma idea y enfatiza en esa suerte de dulce intransigencia de los Cinco de mantenerse a salvo con la lectura, la escritura y la pintura. “Ellos se han acercado al arte, a la literatura -comenta Llanes-, por la necesidad de expresar sus sentimientos y, además, porque ellas redimen y sirven de mucho en los momentos difíciles. El Che siempre decía que cuando las circunstancias se tornaban complejas resolvía la situación con dos versos y un poco de mate.
“Sin dudas, la literatura ayuda a fortalecer y a enfrentar la vida. Los Cinco han reflejado en esa literatura el drama personal que viven; pero al mismo tiempo, la batalla que están librando por todo un pueblo”, aseguró el intelectual espirituano.
Los poemarios de Antonio Rodríguez (Tony) y los versos dedicados a sus esposas y madres por René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Fernando González son cantos hijos de la pasión como acertadamente apuntó el reconocido poeta Edel Morales.
El escritor Julio Llanes, cuya maestría literaria nos ha dejado libros memorables, habla de la dimensión humana del arte que emana de estos hombres:
“Cuando José Martí le hizo el prólogo al libro de Serafín Sánchez Héroes Humildes, escribió: “(…) su literatura no estaba en lo que escribían, sino en lo que hacían. Rimaban mal, a veces, pero solo pedantes y bribones lo echarían en cara: porque morían bien”.
Más que emitir juicios puramente literarios sobre los poemas escritos por los Cinco, hay que ahondar en la sensibilidad humana que poseen y en su desprendimiento porque fueron capaces de renunciar a las comodidades, a ejercer su profesión, y de forma desinteresada entregarse a la lucha contra el terrorismo.
“A más de 13 años de presidio mantienen sus principios y no han negociado con ellos -añade el autor de Mi amigo Serafín-. Los Cinco son representantes de las cualidades más altas de un pueblo y eso es lo que los hace resistir: su identidad cultural, su cubanía, su amor a la Patria. En su cultura de resistencia están contenidos los mejores valores de un país y de la humanidad”, dijo finalmente Llanes.
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