La entrada de 44 nuevos tractores permitirá mejorar la calidad de las labores agrícolas y realizar las atenciones a tiempo.
El arribo a los cañaverales espirituanos de 44 tractores de moderna tecnología favorece a la agricultura del sector para transformar la preparación de tierra y la atención a las plantaciones, bajo la premisa de enmarcar cada labor en el momento requerido por el cultivo.
Una inyección de maquinaria de tal magnitud no llegaba a la provincia desde hacía más de 20 años y, según precisó a Escambray Hermio Cáceres Hernández, director de Atención a Productores Agropecuarios en la Empresa Azucarera Sancti Spíritus, “nos pone en condiciones de cubrir la totalidad de las necesidades de la caña, incluido el programa de acercamiento del cultivo a los dos centrales”.
El equipamiento -40 tractores-, fruto de un proyecto del ALBA Cuba-Venezuela, será empleado mayoritariamente en la atención a la caña y los demás en función de la cosecha como movedores de remolques en los dos pelotones de combinadas de moderna tecnología que operan en áreas del Uruguay.
Los tractores posen 150 caballos de fuerza, una potencia muy superior a la capacidad de la maquinaria que tradicionalmente se ha explotado en el territorio. Tales ventajas aseguran la calidad del cultivo profundo y la diversificación de los implementos a utilizar.
“Este medio permite combinar labores en un mismo pase: fertilizar, cultivar y acondicionar el terreno, trabajo que con la anterior maquinaria se hacía por separado, de manera que esa versatilidad implica ahorro de combustible y más eficiencia en la operación agrícola”, refiere Hermio Cáceres.
La nueva maquinaria posee notables mejoras en las condiciones de trabajo del operador: climatización, confort y un moderno manejo tecnológico del equipo.
También se adquirieron implementos agrícolas como arados, gradas y cultivadores, componentes que refuerzan y amplían las posibilidades de explotación de la maquinaria, determinante para las proyecciones de incrementar los volúmenes de producción de caña.
Para tales aspiraciones resultan esenciales también las inversiones en función de extender el riego de agua, una actividad muy deprimida en el territorio, a pesar de la elevada capacidad de almacenamiento.
Los 10 sistemas de riego llegados a la provincia recientemente, ocho de ellos destinados a las áreas del Uruguay, tienen un cronograma de instalación hasta el primer trimestre del 2013, y cubrirán alrededor de 1 300 hectáreas, cifra que significa aumentar en unas cuatro veces la superficie que se irrigaba en el 2011.
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