Maquinaria con sello espirituano

La máquina procesadora de forrajes YABRAY se produce en Sancti Spíritus para el mercado nacional con un valor de casi 3 000 pesos. -YABRAY, ¿y de dónde le viene el nombre? -¡Ah!” -sonríe el hombre ajetreado- eso fue un invento mío. Yo quise que llevara consigo dos símbolos de Sancti

La máquina procesadora de forrajes YABRAY se produce en Sancti Spíritus para el mercado nacional con un valor de casi 3 000 pesos.

-YABRAY, ¿y de dónde le viene el nombre?

-¡Ah!” -sonríe el hombre ajetreado- eso fue un invento mío. Yo quise que llevara consigo dos símbolos de Sancti Spíritus (Yayabo y Escambray) y ahí tienes el juego de palabras, así surgió.

Ahora, de seguro Luis Manuel Mesa Palacio, jefe de la Base de Talleres T-16, perteneciente a la Empresa de Transportación y Servicio a la Mecanización (TRAZMEC), recuerda aquellos primeros años cuando la YABRAY solo despertaba en planos. Poco a poco la máquina procesadora de forrajes para la alimentación animal fue creciendo y en la actualidad ya se fabrican a escala industrial y se comercializan en toda Cuba tres modelos: monofásica y trifásica (con alimentación eléctrica de 220 volts) y la cardán, la cual funciona acoplada a un tractor.

Todo comenzó en 1996, cuando nuestros campos carecían de equipos para procesar forraje. Altos precios en el mercado internacional y un puñado de hombres pensaron en grande en los talleres T-16 de Sancti Spíritus bajo la égida de Luis Manuel Mesa y Guillermo Miguel Estrada Márquez.

“Es entonces cuando nace el proyecto de construir una máquina menos costosa fabricada a partir de materias primas de los centrales que se estaban desactivando. Primero hicimos un diseño muy sencillo sin motor, pero no triunfó”, explica Mesa.

Actualmente, la YABRAY posee componentes y recursos adquiridos por un convenio con una firma coreana, donde un 50 por ciento es importado y el otro es de producción nacional.

La Yabray está concebida para moler forraje verde, principalmente caña y kingrass, aunque también tritura vegetales y otras plantas, con un alto grado de pulverización, lo que resulta de fácil asimilación por los vacunos.

Surgió como resultado de una innovación tecnológica con mejoras continuas y etapas de puesta en explotación y con el objetivo de dar respuesta a la comida para el ganado en el período de seca a raíz de la creación de granjas agropecuarias en el sector azucarero.

Su introducción en las empresas azucareras a nivel de país aporta grandes cantidades de ingresos, alrededor de 180 000 pesos, y por su nivel de aceptación e importancia es un producto con posibilidades de mercado exterior.

Recientemente, dicha inventiva obtuvo Premio Provincial de Innovación Tecnológica, otorgado por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Sancti Spíritus.

“Nos satisface muchísimo ser líderes en el mercado nacional y que nuestra idea se haya generalizado a todo el país”, comenta Guillermo Miguel Estrada Márquez, tecnólogo de la Base de Talleres T-16, quien asegura seguir multiplicando esta feliz iniciativa con el Yayabo y el Escambray a cuestas.

 

 

 

 

Donarys Cruz Cruz

Texto de Donarys Cruz Cruz

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