Con el libro Fuego Cruzado contra las bandas de Pluto y Mangosta, el coronel retirado José R. Herrera hace un nuevo aporte al estudio del fenómeno de las cuadrillas de terroristas y asesinos que plagaron a Cuba en el período 1960-1965.
Participante él mismo en las distintas fases del enfrentamiento a las bandas contrarrevolucionarias en la región central de Cuba, y especialmente en la zona del Escambray, el coronel retirado José Ramón Herrera Medina acaba de presentar su libro Fuego Cruzado contra las bandas de Pluto y Mangosta en el XI Taller Nacional sobre la Lucha Contra Bandidos (LCB), efectuado recientemente en Trinidad.
La obra, ha reconocido su autor, es continuación de una anterior sobre el mismo tema, titulada Operación Jaula, contragolpe en el Escambray, en la cual Herrera Medina -San Fernando de Camarones, Cienfuegos, 1941- profundiza en el fenómeno del bandidismo en su primera etapa, previa a la invasión mercenaria de abril de 1961 por Playa Girón.
El nuevo libro, que aborda sucintamente ese período, ahonda sin embargo en la problemática en su conjunto y las raíces internas y externas de ese azote, al tiempo que hace nuevos aportes basado en el estudio de documentos originales, entrevistas a combatientes, consulta de textos sobre el tema y declaraciones de alzados contrarrevolucionarios, algunas de ellas tomadas de los expedientes de los juicios en que fueron juzgados y sancionados.
Con un gran poder de síntesis, en Fuego Cruzado… se insertan sucesivamente la situación antes y después de Girón, el desarrollo de la táctica revolucionaria de enfrentamiento al bandidismo, la consolidación de la LCB, los más connotados crímenes derivados de la llamada Operación Mangosta y la lucha en otras partes del país, en la primera mitad de 1965, todo de forma sistémica y cronológica.
Un atractivo adicional del texto de este campesino de origen devenido combatiente clandestino, policía, militar, investigador del Instituto de Historia de Cuba y Doctor en Ciencias Filosóficas, es la forma en que combina los aspectos castrenses del tema con los de tipo sociopolítico, que incluyen la evacuación y reubicación de colaboradores y familiares de bandidos de la zona del Escambray – Grupo montañoso de Guamuhaya- en otras partes del territorio nacional.
Este punto resulta de máxima trascendencia a la hora de enfocar el problema bajo el prisma de los derechos humanos, pues a diferencia de conflictos armados en otras partes de este continente, como los de Guatemala, El Salvador y Colombia, donde los opositores fueron víctimas de masacres que clasifican como genocidio, en Cuba se les educó, se les enseñaron nuevos oficios, se les dio empleo y la posibilidad de construirse nuevas viviendas en sustitución de los precarios bohíos en que vivieron siempre.
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