El pastor Miguel Ángel Entenza lidera la Primera Iglesia Bautista de Sancti Spíritus desde hace más de 30 años.
Junto al templo del céntrico bulevar, la alta puerta, con el timbre que al parecer hoy no quiere anunciar visitas a casa. Los toques, a la antigua, acercan los pasos y la historia del pastor Miguel Ángel Entenza Hernández, quien ve en el actuar de los seres humanos su verdadera raza, más allá de los caprichosos colores que reflejan las partidas de nacimiento.
En la sala, las pinturas de su hijo Hermes, y el viejo sillón, que lleva y trae insistentemente las palabras y el cuerpo menudo de Entenza, al frente desde 1970 de la Primera Iglesia Bautista de Sancti Spíritus, hoy Disney Martínez in memóriam, cuyo centenario fue celebrado el 10 de abril último.
De ilustre voz pastoral por más de medio siglo, Miguel Ángel, quien no es de los que ponen la cabeza al verdugo, habla con la misma devoción de los orígenes de su iglesia en Cuba en 1882, gracias al capitán mambí Alberto de Jesús Díaz, que de su participación en la Caravana Pastores por la Paz. Mucho menos esconde sus preferencias televisivas por el programa del viejo Pánfilo (Vivir del cuento) y sus decepciones beisboleras por causa de los Gallos.
Como un ser bien terrenal, Entenza vino al mundo en 1930 en Trinidad, en un hogar azotado por los vientos demoníacos de la pobreza que se llevaron tempranamente a su madre, víctima de la tuberculosis, asegura el sexto de los 10 hijos de la familia.
Las imágenes de su abuelo a horcajadas sobre la mula cansina de tanta alforja de pescado traído desde la playa María Aguilar para vender; del padre entre los vapores de la pequeña tintorería, y de sus días, primero de barrendero y luego de dependiente en una tienda, llegan en el umbral del diálogo con quien fuera representante del Consejo Nacional de Iglesias en la provincia por varios años e invitado a predicar en México y Guatemala.
¿Usted fue un joven parrandero o dado al recogimiento?
No era muy parrandero; pero sí me gustaba mucho bailar.
¿Llegó a ser creyente por convicción o por herencia familiar?
Llegué a ser religioso un poco por la herencia familiar, aunque no tanto. Fui el primero de la familia en llegar a la iglesia evangélica. El pastor me ayudó mucho; la iglesia me sirvió de escuela, la que dejé para trabajar. En la otra tienda donde laboré estaba frente a la Iglesia Bautista. El pastor compraba allí, hice amistad con jóvenes que asistían; pero lo que más me haló fue una muchacha.
¿Cómo ingresó al Seminario Teológico Bautista de La Habana?
Escribí al seminario para solicitar el ingreso; era requisito indispensable tener al menos tres años como miembro de la iglesia. A inicios de 1955 pasé un cursillo en el propio seminario, en septiembre entré oficialmente y en el 59 me gradué.
¿En qué circunstancias conoce al joven bautista Frank País, cuyo padre fue pastor de la iglesia que usted lidera hoy en Sancti Spíritus?
Lo vi dos veces en el seminario, que era el centro de las iglesias bautistas de Cuba. Lo saludé, pero no quiere decir que tuviéramos una amistad como tal; después supimos en lo que estaba. Frank era muy noble, callado, un hombre reflexivo. Cuando llegó la noticia de su muerte, fue un día triste, de duelo en el seminario; estando ahí vendí bonos del 26 de Julio en La Habana, que un hermano me daba en Trinidad. En el seminario también conocí a mi esposa, que falleció hace cuatro años.
¿Usted se hubiera convertido en pastor si su iglesia tuviera como requisito el celibato, un tema muy controvertido?
No, porque, eso no es de Dios, en mi opinión. Dios hizo al hombre y a la mujer. Según la Biblia, Dios dijo: “Al hombre le hace falta una ayuda idónea”; fue entonces cuando hizo a la mujer. La mujer hace falta no solo por el sexo; mi mujer era mi confidente, mi consejera.
¿Cómo lograr la armonía en una familia con un hijo pastor, el otro chofer y el tercero un artista que ha dedicado semanas a fermentar cartones de huevos y periódicos viejos para simular los papiros egipcios?
Ante todo, nos amamos. La madre fue la artífice de eso; yo también, pero ella más. Criamos a los hijos muy unidos. Nunca quisimos a uno más que a otro. ¡Ah!, en los primeros años, Hermes y Otoniel usaban prácticamente la misma ropa y tenían un solo escaparate. Vivo aquí con Jonathan; Otoniel, en La Habana. El otro día Hermes me vio por la calle comprando pizza a la hora de almorzar y me dijo: “Pipo, ¿por qué estás comprando eso? Vamos para la casa para que almuerces”. En el fondo de todo siempre está la enseñanza del hogar; desde que abres los ojos lo primero que ves es la familia.
¿Cuánta presión hizo para que Jonathan se convirtiera en pastor como usted?
Su decisión fue natural; la vocación de pastor no se puede imponer. A los pastores a cualquier hora del día y la noche nos vienen a buscar. A las dos de la madrugada, tocan a la puerta: ¿Qué pasa? “Tengo un familiar que se está muriendo; ¿le podrá decir algunas palabras?”. Ser pastor es un privilegio; pero tiene su sacrificio. Servir a Dios es servir a la Humanidad; Dios nos hizo y nos atiende.
Pero, hay quienes dicen: si Dios existiera, esto no ocurriría.
A veces hacemos cosas en contra de su voluntad, actuamos mal; es una cuestión de cada ser humano. Dios ilumina la conciencia con el espíritu santo; sin embargo, no la domina.
¿Acaso por ahí no andan sueltos algunos falsos devotos?
¡Cómo no! Tiempo atrás, un joven empezó a venir aquí; pero un día me dijo: “Mire, pastor, realmente yo vengo a la iglesia por un motivo: quiero irme del país, y me han dicho que las iglesias ayudan mucho en eso”. “¡Qué va!, viejo. Tú lo que estás buscando es una agencia de viajes; ve con Inmigración”, le respondí.
Mi trabajo es alimentar espiritualmente a las personas. Si tienes un problema tengo que tratar de escudriñar ese problema, tratar de ayudar. Ayudar no quiere decir que le pase la toalla a nada.
¿Por qué usted prefiere cortar por lo sano?
Porque es respetar la verdad. Tuve un maestro en el seminario que decía: “Muchachos, es mejor ponerse rojo una vez, que colorado varias veces”. Me gusta poner las cosas en su lugar. Puede ser que esté equivocado; entonces, lo reconozco, uno no se lo sabe todo; por eso he leído y leo mucho, lo mismo sobre cuestiones propias de la iglesia, que los periódicos Granma, Escambray…
¿Cuál fue su reacció ante un cambio tan radical como el triunfo de la Revolución cubana?
Los primeros años fueron de conflictos porque aquello nuevo chocaba. Hasta el momento en que Fidel se reunió con nosotros, decíamos que éramos como los murciélagos, como en la guerra que hubo entre las aves y los ratones. Dentro de la Iglesia Bautista, un grupo de pastores jóvenes, entre ellos yo, pudimos abrir más nuestra mentalidad religiosa, nacional; íbamos aceptando las ideas de la Revolución, y eso nos trajo problemas con la convención bautista a la que pertenecíamos, de donde nos expulsaron.
¿Por ello lo tildaron despectivamente de comunista rojo?
Era terrible. Mantengo mis principios cristianos; pero también los sociales, y no permito que nadie se inmiscuya en ello. Asumimos y aceptamos la Revolución; al aceptarla, cumplimos el mandato de Cristo de amar al prójimo. Nunca antes el prójimo ha sido más amado en Cuba.
A pesar de que el Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa, todavía existen muchos prejuicios…
Fíjate si es así que no hace mucho un amigo del Partido me presentó a otro suyo y le dijo: “Él es el pastor de la Iglesia Bautista”. Claro, lo saludé, y enseguida el hombre respondió: “¡Ah!, no, yo soy ateo”. Le dije: La amistad no tiene nada que ver con eso. Lo respeto a usted y usted me respeta.
En una visita suya a Miami le parquearon un Mercedes Benz frente a la casa donde lo acogían a usted, sin olvidar las ofertas de un abultado sueldo…
La propuesta para quedarme venía de una iglesia. “Les doy las gracias por sus elogios; pero estoy loco por coger el avión. Vine aquí a pasear y a predicar el Evangelio; lo mío está allá”.
En este mundo tan material, que llega a corromper, ¿hasta qué punto sobrevivirá la espiritualidad?
No será fácil, pero confío en que Dios ponga su mano. Quizás si te hablara otro pastor te diría que estamos en los últimos tiempos. Yo siempre busco una esperanza. En una época me dio por levantarme para ver el amanecer, y 10 o 15 minutos antes de salir el Sol, veía una sombra en la oscuridad; al poco tiempo esta aumentaba y luego ya tenías enfrente el Sol radiante. Ese es el amanecer, el mundo será igual. No creemos que el mundo se destruya. Dios nos puso aquí para que actuemos; no nos puso como muñecos.
En 1970 arribó a Sancti Spíritus, junto a su esposa Disney Martínez. ¿Qué lo llevó a decir que no deja esta ciudad?
Estoy sembrado aquí física y espiritualmente; con anterioridad había pastoreado en Consolación del Sur, Pinar del Río, y en Palmira, Cienfuegos. Me siento pastor de los casi 100 000 espirituanos. Solo voy a dejar a Sancti Spíritus cuando me muera. Antes de fallecer, mi esposa me dijo: “Me entierras aquí, pero mis restos los llevas para el panteón de ustedes en Trinidad. Allá te espero”. Ya la llevé, y le he dicho a los muchachos que me entierren en Trinidad; aunque pienso vivir 20 o 30 años más.
Usted es bastante pragmático.
Sí. Uno tiene que alimentar el espíritu; pero no puede dejar de buscar los mandados, la leche… No puedes decir: “Ahora voy a orar”, ¿y si pierdes la leche en la tienda?…
¿De qué se arrepiente?
De mis pecados sutiles. Cierto día tenía una visita en casa. El pan no me alcanzaba, pero no me lo habían anotado en la libreta; fui a la panadería y lo cogí otra vez. Dije: “Esto es a bendición de Dios”. Pero cuando venía caminando, empezó el Espíritu Santo: “Oye, has hecho mal”, y comenzó la guerra dentro de mí. Cuando llegué lo solté y le dije a mi mujer: “Coge este pan que me ha hecho pecar hoy”. Después le pedí perdón a Dios. El pecado es muy sutil; pero hay que evitarlo. Claro, unos trascienden más que otros. Hay que vivir limpio; para predicar no puedo decirle a la gente: haz lo que yo digo y no lo que yo hago. Cada hombre es un mundo; a veces la gente llega pidiendo consejos; he salvado a muchos.
¿Qué sugerencia tiene para un periodista ateo como yo, que solo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena?
Cada ser humano tiene derecho a pensar como quiera. Podrías documentarte más y verás que Dios es el todo en la vida. Estamos acostumbrados a ver que se ha usado la religión para otras cuestiones, pero en sí ni Dios tiene culpa de eso, ni la religión tampoco. Cristianos y no cristianos somos hermanos. Hay que crear puentes para no vivir disgustados. Todos somos hermanos.
Saludos al periodista Enrique Ojito por este trabajo, esperamos se continúen publicando artículos como este. En nuestra ciudad de Sancti Espiritus hay una gran presencia de Iglesias evangélicas con muchos pastores y lideres que tienen bastante que contar del trabajo que realizan para llevar el mensaje de nuestro Señor Jesucristo a las personas de pésima conducta, alcohólicos y con otros vicios malgastando su dinero en lo que no es Pan y haciendo mucho daño a su familia de esta forma de vida hacen mucho daño a esta sociedad con sus vidas sumergidas en el pecado.
Dios lo bendiga Pastor y a usted «periodista ateo» por darle un espacio a temas como este. Si toda la humanidad viviera según las enseñanzas de Cristo Jesús, la Tierra toda sería nuestro Paraíso.
Buen dia compañeros., por favor haganle llegar este pequeño obsequio al Pastor Miguel Angel Entenza. Deseo felicitarle pastor por sus palabras, realmente son muy sabias y cargadas del amor que debe existir entre todos los humanos., hace un rato escribia en una seccion de una prensa extranjera, un comentario de un multimillonario que se referia, a construir nuevamente el TITANIC., y comentaba, porque este dinero no se utilizaba en ayudar a paises, que necesitan del pago de sus deudas ( quizas ocasionadas por el mismo hombre)., al igual en la construccion de universidades, escuelas y hospitales, hariamos con esto un mayor beneficio al mundo, y no pensar en fantasias absurdas, como ud. expresa Cuba es el mayor ejemplo de la igualdad del hombre, y de lo humano en lo humano., por cuestiones de la vida, estamos en Ecuador, soy medico en la especialidad de Medicina Fisica y Rehabilitacion., pero he podido observar muchas cosas crueles en este mundo, principalmente en Africa y paises de America Latina., conoci en Trinidad un gran amigo medico, que quizas ud. conozca Juan Fco. Irarragorri Zerquera., el cual vive hoy en Republica dominicana, mi correo es lazaroyero@hotmal.com., esperamos su amistad, como cubano que somos, amantes de nuestra patria. Un gran abrazo fraterno. Atte. Lazaro