Cuba reclamó este lunes un Consejo de Seguridad más transparente, inclusivo y accesible, que tome en cuenta las opiniones de los países miembros de la ONU, y propuso opciones con vistas a la demandada eliminación del veto. Lo que se requiere es acción, erradicar el secretismo, la falta de transparencia y la exclusión de la gran mayoría de los Estados de las labores y decisiones de ese órgano, afirmó el representante permanente alterno de Cuba ante la ONU, Oscar León González.
En un debate sobre los métodos de trabajo de ese cuerpo encargado de la paz y la seguridad internacionales, el diplomático cubano insistió en la necesidad de una reforma integral, urgente y profunda del Consejo de Seguridad.
Dijo que los cambios introducidos en los últimos años en esos métodos son modestos, limitados y formales y no garantizan una verdadera participación de todos los integrantes de la ONU en los trabajos y acuerdos de esa instancia.
Precisó que las decisiones fundamentales recaen en los miembros permanentes del Consejo, «y a veces ni siquiera en todos ellos», mientras que el resto tiene poco margen para incidir y mucho menos los países que están fuera de ese órgano.
El delegado cubano propuso incrementar el número de reuniones públicas y convertirlas en la regla, al tiempo que las sesiones a puertas cerradas y las consultas oficiosas ocurran solo en casos muy excepcionales.
También sostuvo que los Estados concernidos deben participar en las discusiones sobre los asuntos que lo afectan directamente.
León González denunció la tendencia creciente del Consejo de Seguridad a considerar temas y asumir funciones que no le corresponden, «usurpando el papel asignado en la Carta a otros órganos, particularmente a la Asamblea General».
Con respecto al derecho del veto que tienen los miembros permanentes, consideró que se trata de «un privilegio anacrónico y antidemocrático que debe ser eliminado cuanto antes».
No obstante, propuso varias opciones que limiten su uso hasta tanto se logre su erradicación.
En ese sentido, mencionó la limitación del ejercicio de esa facultad a las medidas adoptadas en virtud del Capítulo VII de la Carta (Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión).
Además, presentó la iniciativa de anular el veto mediante el voto afirmativo de determinada cantidad de miembros del órgano, acorde con el número de miembros de un Consejo ampliado, y otra para anular ese privilegio por la mayoría de dos tercios en la Asamblea General.
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