Durante la asamblea de balance de la Unión de Periodistas de Cuba en Sancti Spíritus, el Buró Provincial del Partido reconoció la labor de la prensa del territorio.
El secretismo, esa hidra de mil cabezas que tanto perjudica el desarrollo de la sociedad cubana, ha de ser desterrado de una buena vez si pretendemos enrolar al pueblo en el proceso de transformaciones en que se enfrasca por estos días el país.
A ello fueron convocados los 122 miembros de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en Sancti Spíritus durante la asamblea de balance de dicha organización, espacio en el que se debatieron problemas medulares que entorpecen el ejercicio comprometido del criterio.
La necesidad de continuar elevando la preparación académica, el rigor profesional y la ética de los periodistas, así como el imperativo de auscultar con mayor precisión el sentir del ciudadano de a pie fueron temas en la agenda del encuentro, que devino una suerte de análisis autocrítico del gremio donde se cuestionaron, además, los rezagos que aún subsisten del discurso triunfalista, edulcorado y laudatorio.
Con la presencia del Departamento Ideológico del Partido en Sancti Spíritus y la presidencia nacional de la UPEC, los reporteros pusieron una vez más el dedo sobre la llaga de las fuentes informativas, que en no pocas ocasiones ocultan datos relacionados con su gestión con el argumento de “no dar información al enemigo”, excusa obsoleta, y no lo afirman los profesionales de la prensa sino el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido.
Inspirados en los acuerdos de la recién concluida Conferencia del máximo órgano partidista, los miembros de la UPEC en el territorio espirituano insistieron en pertinencia del vínculo estrecho entre los reporteros y la población, con el ánimo de reflejar mejor los claroscuros de la provincia, de redactar trabajos periodísticos más veraces, objetivos y creíbles, y contribuir, de esa forma, al perfeccionamiento de la sociedad en su conjunto.
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