En el Hospital General Universitario Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, más del 90 por ciento de los casos sometidos a este tratamiento mejoran su calidad de vida.
Sin grandes alardes tecnológicos ni procederes dolorosos la ozonoterapia ha ido ganando adeptos dentro de las Ciencias Médicas de Cuba. Tan así es que, más allá de las miradas escépticas que persisten, probadas están ya sus propiedades curativas.
Al menos en el servicio de Ozonoterapia del Hospital General Universitario Camilo Cienfuegos, de la provincia espirituana, más del 90 por ciento de los pacientes que requieren este tratamiento han logrado mejorar sus dolencias y, por consiguiente, su calidad de vida.
De acuerdo con Lázaro Jesús Rodríguez Companioni, licenciado en Enfermería y al frente de este servicio en la institución hospitalaria, en lo que va de año más de 600 pacientes se han sometido a esta terapia.
Entre las patologías más frecuentes que se tratan allí se encuentran las úlceras del pie diabético y las hernias discales, aunque también se reciben -en gran medida- otras remisiones de las especialidades de Angiología, Fisiatría, Ortopedia, Oftalmología y Neurocirugía.
La terapia -que según la enfermedad requiere de 10 a 20 sesiones durante tres veces al año hasta espaciarla cada seis meses- se suministra por vía rectal, intramuscular, local y subconjuntival.
Su probada eficacia recae en las propiedades del ozono que van desde su acción bactericida, fungicida y viricida; su contribución al aumento de la oxigenación sanguínea, a la disminución de la agregación plaquetaria hasta sus dotes como estimulante del sistema retículo-endotelial, como antiinflamatorio y antiálgico.
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